Reportaje a Luis Carreras y Marta Costamagna, coordinadores del libro Daños colaterales, las víctimas ocultas de las fumigaciones "No se puede seguir con ese sistema de fumigación que hoy le está haciendo mucho daño a la gente" por Daniel Mangona, Javier González y Miguel Espinaco Mdh: Saños colaterales, las víctimas ocultas de la fumigaciones es un libro que tenemos acá sobre nuestra mesa de trabajo, que nos alcanzó la gente del Cepronat y también están aquí los responsables de este trabajo, Marta Costamagna y Luis Carreras. ¿Cómo nació la idea de este libro? Luis: Bueno, después Marta te va a contar en detalle como ha sido la investigación. Yo lo que quiero es hacer un marco en esto, porque el Centro tiene 32 años y siempre ha estado quejándose -por así decir- o haciendo cosas por el tema de las fumigaciones y de cuatro años a esta parte estamos trabajando con la campaña “Paren de fumigar” del GRR (Grupo de Reflexión Rural). A partir de allí nosotros comenzamos a recorrer la provincia y vemos que se infringía severamente la Ley 11.273 de Fitosanitarios que establece áreas de protección para las comunidades, para las poblaciones. La gente lo desconoce y a los productores y a los políticos no les interesa demarcarlo porque son hectáreas de terreno que se pierden para el cultivo. En realidad lo que se prohíbe es la fumigación, no el cultivo, eso hay que aclararlo, lo que pasa es que no se puede seguir con ese sistema de fumigación que hoy le está haciendo mucho daño a la gente. Mdh: un sistema de fumigación que está muy ligado a la forma de cultivo de la soja, no? Luis: Si, por supuesto. Ese es un modelo agrobiotecnológico, que nosotros lo explicamos en el libro para que la gente vea que la investigación no está aislada, no se trata solamente del problema de unos vecinos de un lugar determinado de la provincia de Santa Fe, sino que hay todo un modelo que impacta en las más de 300 Comunas y Municipios de la Provincia y que la gente lo desconoce. Entonces todo esto genera problemas, justamente estos “daños colaterales” que como no son sumados en las ecuaciones económicas, no se suma la pérdida de salud de la gente, no se suma la pérdida de biodiversidad, no se suma la pérdida en la calidad del agua, no se suma la muerte de animales domésticos por ejemplo que puede llegar a haber en algún lado, no se suma la pérdida de la soberanía alimentaria, tampoco se suman otras cosas. Pero específicamente con el tema de las fumigaciones lo que no se suman es el grado de afectación a la salud del ambiente y de las comunidades. Mdh: Claro, eso no se valora económicamente pero es parte del terrible costo de producción de la soja, no? Luis: Es que no se suma, si se sumara muy posiblemente los valores de ganancia de este modelo serían muchísimo menores de los que tienen en este momento y de los que tuvieron en casi diez años. Mdh: Contanos Marta cómo fue el trabajo de campo, el trabajo de investigación que ahora se resume en el libro Daños colaterales, las víctimas ocultas de las fumigaciones. Marta: esto surge a partir de la demanda de un grupo de vecinos localizados en la zona urbana de Sauce Viejo, zona urbana o marginal, entre Santo Tomé y Sauce Viejo, dónde intercaladamente hay predios donde se siembra soja. Esas comunidades son el barrio Villa Adelina Este, San Cayetano y Los conquistadores. A partir de la demanda de esta gente que se sentía muy afectada por el tema de las fumigaciones, esto llegó al Cepronat, incluso ellos hicieron una denuncia y eso llevó a que tomara intervención el juez, y a partir de eso el Cepronat se vio motivado para hacer una investigación en terreno a partir de la cual se pudiera determinar que tipo de enfermedades, que tipo de afecciones provocaba la siembra en los predios adyacentes en la población, que impacto tenían en el ambiente y que grado de conocimiento y de conciencia había en la gente acerca de este problema. Para eso tomamos el 20% de cada una de estas poblaciones, hicimos encuestas con preguntas cerradas y abiertas, entrevistas en profundidad, grabaciones y quizás tanto más importantes que los números es la percepción que tiene la gente de su realidad. La mayoría de ellos fue a un lugar -incluso Los conquistadores es un barrio donde hay casas donde viven en forma permanente y casas-quintas, clase media alta- y bueno, tiene un grado de conciencia alto, pueden acceder más facilmente a la información respecto a los posibles efectos de los agrotóxicos -en este caso del Glifosato de la soja- en su salud y los otros dos barrios ya tienen otras condiciones, tanto en sus condiciones culturales, simbólicas, de ingresos, son de clase más baja. San Cayetano tiene condiciones de vida más precarias, con bastante hacinamiento, promiscuidad, precariedad de la vivienda y el barrio Villa Adelina está en una situación intermedia. Pero los tres barrios cuentan con algunos servicios como el de riego pero no con agua potable y cloacas. Los servicios fundamentales no los tienen. Entonces se puede confundir -la zona está muy cerca del Parque Industrial también- este tipo de problemas. Nosotros hicimos la investigación desde lo sociológico, no desde la experimentación que demuestre fehacientemente causa-efecto. Sino determinar a partir de los hallazgos que encontramos, por su reiteración, por su momento de aparición, por la percepción de la gente, si realmente confirmábamos la hipótesis nuestra, es decir que las fumigaciones afectan seriamente la salud a través de enfermedades agudas, crónicas, acumulativas en el tiempo que pueden llegar a ser terminales. Mdh: ¿y qué encontraron? Marta: de las personas que fueron encuestadas, que fueron 289 personas, una parte importante ha estado afectada por los mismos problemas que se recrudecen o aparecen con posterioridad a la fumigación incluso en sus animales domésticos. Los dos más importantes son problemas respiratorios -que son muy graves- y los problemas de piel. Problemas respiratorios variados, todos manifiestan que con posterioridad a la fumigación sienten una sensación muy fuerte de asfixia, de dificultad para respirar, la neblina levanta lo que se fumigó, incluso hay un camino que pasa por el campo de soja donde se mueven hacia Santo Tomé, o para ir a trabajar, y allí ellos sienten fuertemente los efectos de la fumigación, mucho más la gente que vive al frente. Mdh: ¿También pudieron confirmar malformaciones? Marta: No, no pudimos confirmar malformaciones. Allí hace más o menos ocho años que se está fumigando de esta manera, pero en las familias que nosotros encuestamos que es elegida al azar no encontramos malformaciones. Si algunos cánceres. Mdh: ¿cánceres también ligados a problemas de piel? Marta: No, los cánceres no, porque eran de paladar, de útero, otros tipos de problemas. Eso no fue tan demostrativo como por el momento más que nada lo que pudimos realmente hallar -porque tenemos que remitirnos a lo que realmente pudimos comprobar y ver en la piel de los chicos y de los adultos, que son los problemas respiratorios y de piel. Dentro de los problemas respiratorios muchos bronco espasmos, incluso en gente grande no en niños que todavía no tienen inmunizado su sistema inmunológico. Gente grande que está afectada por bronquiolitis, bronquitis, neumonías, broncoespasmos. Muchos de ellos -esto consta en el libro- expresan, por ejemplo una señora que vivía en Santa Fe y se fue allí buscando una mejor calidad de vida expresa que ha estado en dos o tres momentos internada porque realmente tiene unos problemas respiratorios muy fuertes y con antibióticos, con corticoides no logra superarlos. Lo mismo expresa respecto a sus nietos y esposo y eso se replica en prácticamente casi todas las familias encuestadas, en más o en menos. Mdh: Ustedes han presentado este libro y supongo que se suma a una lucha de la cual no son solamente actores las organizaciones ambientalistas sino también comunidades como la de San Jorge que han llegado a la Corte Suprema de Justicia (ver nota). ¿Cómo se puede arribar a conocer a este libro? ¿Ustedes han tenido posibilidades de distribuirlos, por ejemplo, en las bibliotecas de las escuelas, de tener posibilidades que los profesores lo trabajen con sus alumnos? Porque ya no estamos hablando de pueblos chiquitos al borde de un campo, estamos hablando de zonas muy pobladas. Hablar de una zona entre Sauce Viejo y Santo Tomé es hablar de una zona muy importante. Luis: si, en realidad el libro está recién hecho, casi recién salido del horno. Hemos tenido una primera pequeña presentación donde estuvo presente Jorge Rulli del Grupo de Reflexión Rural, y ahora vamos a volver a presentarlo el 26 de mayo en la Escuela de Servicio Social. Lo que estamos tratando de buscar es que se difunda este libro en la mayor cantidad de lugares posibles. Nosotros vamos a colocarlos en sitios de venta, en Alicia Libros y en el Arca del Sur y además aquellas personas que lo quieran adquirir pueden llamar al 0342-4531157 que es el teléfono del Centro de Protección a la Naturaleza. La idea nuestra -y esto quiero dejarlo aclarado porque por ahí nos está escuchando la gente y dice “quieren lucrar”- es recuperar la inversión que se hizo para hacer una segunda edición porque ya hoy tenemos una mayor cantidad de datos que podemos aportar, por ejemplo la resolución de San Jorge, la resolución de la Jueza de Circuito de Santo Tomé en la cual ella prohíbe la fumigación en este campo en particular. Nosotros coordinamos un equipo que estuvo trabajando con todo esto y nadie cobró absolutamente nada, nuestro interés está en aportar todos estos elementos que le agregan cosas a las personas que quieran luchar para defender sus intereses en el sentido de la salud y la calidad de vida. Mdh: Por eso la pregunta tiene que ver con si ahí está el apoyo público del Gobierno, de las Universidades, para que esto se distribuya y se conozca porque, creo, que el objetivo de quien hace un libro de estas características, como vos decís no para lucrar, es que todo el mundo lo conozca y sepa de los riesgos a los que se está exponiendo y trate de superar los problemas sociales que tiene, como este el del glifosato. Luis: La idea es que se difunda lo más posible, por eso estamos apuntando a una segunda edición una vez que podamos recuperar la inversión realizada que para una institución como el Centro de Protección a la Naturaleza, con la cantidad de socios que tiene, porque esto se hace con la cuota societaria, para que te des una idea, aquí no hay ningún tipo de subsidios. Mdh: Luis, una última pregunta, ¿cuesta mucho hacer cumplir la Ley 11.273 de Fitosanitarios? Luis: Si, muchísimo porque hay intereses muy importantes. Vos imaginate, en Gálvez cuesta muchísimo poner la ley en vigencia porque la hectárea de terreno que queda desafectada cuesta U$S 15.000. Imaginate que 500 metros alrededor del pueblo o de la ciudad tienen que ser desafectados y entonces los productores no quieren, porque quieren seguir con este sistema donde vos tenés un cultivo que tenés que fumigar necesariamente, que necesita un determinado modo de trabajo con la tierra que implica necesariamente fumigaciones. Entonces algunos no quieren perder su inversión, los que pierden la inversión en salud son las personas que viven alrededor. Ese es el problema, los que ganan son siempre uno o dos y los que pierden son los demás. Por ejemplo el autódromo de Rafaela cuando no se utiliza está sembrado con soja. Es una forma que tienen para conseguir dinero fresco para las actividades que hacen allí y una vez tuvieron que apurarse con la cosecha porque tenían una carrera encima. Este ejemplo demuestra como son las cosas. Opiná sobre este tema |
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