Reportaje a Jorge Pedraza

"Hubo una estructura represiva de más de cien hombres en Santa Fe"

La causa es conocida como causa Brusa porque uno de los acusados es justamente Victor Brusa, ex juez federal, pero en ella también están siendo juzgados quien fuera jefe de la Dirección de Drogas Peligrosas, Héctor Colombini, el ex jefe de la Guardia de Infantería Reforzada, Juan Perizotti, la ex carcelera María Eva Aebi, Mario Facino - que fue jefe del Comando Radioeléctrico de Santa Fe y Presidente Comunal de San José del Rincón - y el ex policía Eduardo Ramos.

Jorge Pedraza fue el primero de una serie de alrededor de cien testigos que darán su testimonio ante el Tribunal Oral Federal de Santa Fe.  Es abogado, actualmente es director provincial de Investigación y Reconstrucción de la Memoria Histórica y es uno de los querellantes en el juicio que se está desarrollando en la capital santafesina.  Estuvo cautivo en la Guardia de Infantería Reforzada, después en la comisaría Cuarta y posteriormente en un chupadero conocido como "La Casita", descubierto en 1998 cerca de la ruta 19.

En este reportaje que le hicimos hace ya un par de sábados desde la 98.1, nos cuenta lo que sintió al declarar ante sus captores 33 años después de haber hecho la denuncia y realiza una descripción de los modos en que operaba el sistema represivo en Santa Fe y zona, durante la dictadura militar.

MdH: Vos fuiste el primer testigo en el juicio contra Brusa y los demás implicados en los asesinatos de la dictadura en la década del 70. Contanos un poco que sentiste, porque vos sos un luchador de los derechos humanos ya de hace mucho tiempo y esto es una cosa que tardó mucho.  Qué sentiste, cómo viviste ese momento?

Jorge Pedraza: Es una reivindicación personal y colectiva, porque en el caso mío yo había hecho mi denuncia de torturas hace 33 años y 10 meses, así que te imaginás que si bien hay un dicho que dice que la justicia es lenta...

MdH: Esto ya es una exageración, no?

Jorge Pedraza: Acá corrieron también muchos acontecimientos extraordinarios en el medio que fueron demorando todas causas por las violaciones a los derechos humanos en la década del 70, pero el hecho mismo de que se abra el juicio y podamos presentarnos y volver a contar ahora ratificando verbalmente todo ante los jueces, el público presente, los abogados propios, los fiscales y también los acusados que estaban ahí al lado, a tres metros, con sus abogados defensores que te están mirando a ver en qué te podés equivocar para sacudirte.  O sea que es una situación que genera algunos nervios, a un abogado quizás se le hace un poco más fácil, pero en lo personal también me afloraron los sentimientos, en un momento determinado se me hizo un nudo en la garganta, porque no dejo de ser una persona de carne y hueso, por más abogado que sea.

MdH: A lo sumo tenés alguna facilidad de palabra....

Jorge Pedraza: Si, vos manejás un poco mejor el escenario, pero bueno, sirvió también lo mío como una experiencia para los demás compañeros que tenían que seguir declarando, algunos ya lo hicieron, otros van a seguir haciéndolo hasta fines de noviembre, así que vamos sumando experiencias y en general vamos sacando una valoración positiva de todo lo que está ocurriendo porque hay testimonios que si bien sintéticamente se habían vertido por escrito, o algunos compañeros ya habían declarado como testigos, creo que dadas las características de este escenario, de esta causa, la atención de la opinión pública, muchas veces nos obliga a entrar en detalles y a contar cosas que a lo mejor jamás habíamos contado, y eso hace más interesante todo esto, más emocionante y creo que tanto la opinión pública como los jueces van teniendo un panorama bastante completo de cómo fueron las cosas,  se van acumulando los elementos de prueba y bueno, somos optimistas.

MdH: Otra cuestión que ha estado vinculada y que ha sido casi una constante, de más está decir, el caso de Jorge Julio López el más resonante, pero a cada rato hay aprietes, amenazas, cómo lo viven?

Jorge Pedraza: Mirá, siempre hubieron amenazas.  Nosotros desde la misma época que sufrimos el terrorismo de estado, siempre hubo acciones para impedir que se investigara, incluso desde la misma época previa al golpe de estado ya estaba el terrorismo de estado, no olvidemos tantas bombas que se les ponían a los abogados, tantos secuestros contra abogados, periodistas, que después se siguieron haciendo durante el proceso militar.  En fin, nosotros estamos bastante acostumbrados ya a este tironeo.  Quizás ahora cuiden las formas, estén más elegantes en cometer los hechos, las amenazas, se cuidan porque nosotros también los tenemos a todos bastante identificados, el hecho de que no podamos llevarlos a todos al banquillo de los acusados no es que no los tengamos identificados, no.  Entonces ellos saben eso, se cuidan mucho, y van cometiendo determinadas actividades que a lo mejor no implican mandar una carta bomba o poner una bomba o tirotear como hacían algunos años el frente de una casa, o secuestrar, bueno tenemos el caso de López y algunos otros, pero en general son hechos aislados que se siguieron produciendo de esa gravedad, pero en términos cuantitativos cuidan mucho las formas.  Lo que ocurre es que con el pasado que nosotros vivimos, cualquier gesto, cualquier anónimo, se multiplica en la manera como produce temor, te imaginás que si hacen unos dibujos en una foto familiar como ocurrió en Reconquista, te imaginás cómo dispara eso el terror.

MdH: Obviamente, vinculado con los recuerdos.

Jorge Pedraza: Por supuesto.  Y muchas veces saben cómo atacar a la familia de uno.  O sea que este amedrentamiento colectivo que se vivió en el terrorismo de estado, la paz de los cementerios y demás, implica que hoy un pequeño gesto o una pequeña amenaza se potencia de manera tal que lleva a producir el objetivo, quizás con un nivel menor de violencia

MdH: Una de las principales noticias ni bien comenzaba el juicio, fue la declaración de uno de los acusados en esta causa, Perizotti, acusando a otros dirigentes del ejército que actuaba acá en Santa Fe, lo cual motivó que se abra una nueva causa.  ¿Qué lectura hacés de eso?  ¿Pensás que fue una estrategia para desviar la atención?  ¿Pensás que ya hemos llegado a un punto en que los tipos acusan porque se rompió el silencio corporativo?  ¿Qué lectura hacés de esa declaración y de las consecuencias que tuvo?

Jorge Pedraza: Hubo distintas responsabilidades en todos los ejecutores del terrorismo de estado.  El hecho de que haya habido una pirámide jerárquica represiva, como yo digo, compuesta por alrededor de cien hombres acá en Santa Fe, no quita que aquellos de menor jerarquía no sean responsables.  Perizotti es responsable de todos los hechos de que se le acusa, no obstante ello él quiere decir cosas, y bienvenido sean todas las cuestiones que quiera decir que rompen los códigos de silencio, a nosotros nos parece bien, él también intenta ocultar algunas cosas dentro de ese relato que hace con el que amplia la indagatoria, porque sabemos bien que en derecho penal la declaración indagatoria es un acto eminentemente de defensa, él ahí sin el juramento de decir verdad, pretende mejorar su situación e incrimina a este Teniente Coronel Jorge Diab en algo que nosotros sabemos que fue así, es decir el área 212, el área militar y el Destacamento de Inteligencia, tenían la conducción en el manejo de los chupaderos, en el manejo de las casitas de tortura, en el manejo del traslado de detenidos, ellos decidían quienes se trasladaban a quién no, ellos decidían muchas veces hasta donde llevaban el suplicio a las víctimas y hasta dónde no, a quienes había que ejecutar y a quiénes no, y tenían en la policía la fuerza ejecutora, no menos responsable pero en el plano de la ejecución, integraban los grupos de tareas que eran funcionales en sus distintas asignaciones de funciones, eran absolutamente corresponsables y completaban un eslabón más de esta cadena y  sin la policía tampoco se hubiera podido ejecutar todo este mecanismo de terrorismo de estado, haciendo los traslados que hacían, sometiendo a malos tratos, a apremios ilegales y a tormento en los lugares de detención semiclandestinos u oficiales, como eran la Guardia de Infantería, la Comisaría cuarta, las distintas seccionales de policía de la ciudad, etcétera.  Pero bueno, bienvenido sea que rompan los códigos de silencio, de todas maneras ya era casi una verdad que Diab tenía los días contados en libertad porque venía avanzando a paso firme la megacausa que se llama de homicidios, que es la que finalmente permitió que hace un par de días el Juez Rodríguez ordenara la detención de doce personas, militares y policías, y la indagatoria de un civil y de un coronel.

MdH: Ellos ya estaban procesados.  Esto también de haberlos detenido tiene que ver con que si los empezaban a mencionar se iban a terminar rajando, no es cierto?

Jorge Pedraza: Si, yo creo que tampoco les conviene en términos generales a varios militares, jugar a la clandestinidad.  Como esto es una política de Estado a nivel nacional, se le van cerrando muchas puertas, se les van cerrando muchos escondites.  Y que ellos decidan pasar a la clandestinidad o irse fuera del país sí, es una posibilidad, pero hoy prácticamente juegan a otra estrategia.  En el caso de Perizotti, cuando él hace el relato de la patrulla y la ubica en un punto imaginario que es la continuidad de la Avenida Luján, en Santo Tomé, pasando la Avenida Richieri, es decir sin doblar la curva, siguiendo derecho por calle de tierra, a dos cuadras, yo creo que ese es un punto que él elige como un punto imaginario que está equidistante de los distintos chupaderos que funcionaron en Santo Tomé, no en vano lo elige ahí, no en vano hace esperar a la patrulla una hora ahí, hasta que Diab volviera con las diez mujeres jóvenes, militantes jóvenes que habían pasado por las sesiones de tortura en La Casita.  Yo creo que eso es simbólico, él no quiere decir dónde están los chupaderos, él sabe perfectamente dónde están porque él iba, llevaba y traía, pero elige ese lugar porque es un punto imaginario equidistante de los distintos chupaderos que funcionaron en Santo Tomé.

MdH: Todas las cosas que van apareciendo detrás de la causa de Brusa van a reaparecer en esta megacausa.  Y después hay dos megacausas más para ser juzgadas....

Jorge Pedraza: Nosotros tenemos contabilizados en Santa Fe y alrededores, en jurisdicción de los Juzgados Federales número uno y número dos de nuestra ciudad, un total de 94 homicidios como listado provisorio, esto va variando porque ocurridos en la década del 70 como parte del terrorismo de estado hay muchísimos otros casos de tormentos, privación ilegal de la libertad, que no están captados en la causa Brusa ni en la megacausa de homicidios.  Y hay muchos personajes a los que todavía no les ha llegado el brazo de la justicia, que integraron el área 212 e incluso el Destacamento de Inteligencia 122, por ejemplo el Teniente Coronel Luna Cáceres, que está mencionado en varias causas como integrante del área 212, está el caso del oficial del ejército Claris Avallone, está el caso del coronel Roque Martello, en fin, estos últimos tres fueron procesados en la causa Di Doménico, que es una militante de Buenos Aires que la secuestran aquí en Santa Fe, en un petit hotel frente a la sede central del Banco Provincia, en agosto del  76, y la llevan a la Esma y allí desaparece.  Pero el papá era comisorio inspector de la Federal, Adalberto Di Doménico, y era abogado, e inmediatamente viene a Santa Fe cuando la secuestran y hace una investigación sumaria ayudado por los federales, por sus pares, y determina quién integraba la cúpula del área 212, y él presenta esa denuncia ante el Juez Torres, en la causa Esma, y logra el procesamiento de estos tres militares, que yo lo he planteado hace rato que tendrían que ser llamados por autores de escritorio o autoridad mediata que se llama.  Tenemos el caso del Coronel Héctor Melitón Martínez, alias Nolo, que está en Rosario, que fue del Destacamento de Inteligencia 122, y la lista del Destacamento de Inteligencia compuesta por quince oficiales del Ejército está desde fines del 2002.

MdH: Vos hablás de más o menos cien represores en Santa Fe...

Jorge Pedraza: Si, si, porque estaba el área militar, el Área 212, que ahí tenían desde las cúpulas, algunos han fallecido, el caso de Rodríguez Carranza, o ahora el caso de Rolón que se lo aparte por incapacidad sobreviniente, pero el Coronel José Ernesto González está preso en la causa de Grillo Marini ante el juez Miño en Buenos Aires y ahora se lo vuelve a citar.  Después, por ejemplo, en el Destacamento de Inteligencia había una nómina de quince oficiales principales y todo un cuerpo de oficiales de menor rango que eran los colaboradores de esa tarea, que no aparecen en esa lista pero que nosotros sabemos positivamente que existen, incluso hay gente reciclada acá, por ejemplo alrededor de la UOCRA, que han sido miembros del Destacamento de Inteligencia acá, que no son solo Gaziano ni Barco, sino que son personajes, incluso hay hasta un abogado por ahí dando vuelta.  Luego venía el D2, el Departamento Informaciones, que también tenía una integración de aproximadamente veinte miembros y después tenés el personal civil de inteligencia del ejército, ahí nomás ya tenemos cincuenta con la nómina de la causa Barcos, y ya nomás sobre la base de eso hacés un mínimo de cien personas activas en el engranaje del terrorismo de estado en la ciudad de Santa Fe, que no se si vamos a llegar con la justicia a todos, pero por lo menos lo tenemos bien  identificado, vamos a avanzar hasta donde podamos.


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Declarar es una situación que genera algunos nervios, en un momento determinado se me hizo un nudo en la garganta.

Creo que la opinión pública y los jueces van teniendo un panorama bastante completo y se van acumulando los elementos de prueba. Somos optimistas.

Con el pasado que nosotros vivimos, cualquier gesto, cualquier anónimo, se multiplica en la manera como produce temor.

El hecho de que haya habido una pirámide jerárquica represiva de alrededor de cien hombres en Santa Fe, no quita que aquellos de menor jerarquía no sean responsables.

Sin la policía no se hubiera podido ejecutar el terrorismo de estado, haciendo los traslados, sometiendo a malos tratos, a apremios ilegales y a tormento en los lugares de detención.

Yo creo que no les conviene a los militares jugar a la clandestinidad. Como es una política a nivel nacional, se le van cerrando muchas puertas, se les van cerrando muchos escondites.

Perizotti sabe perfectamente dónde están, pero elige ese lugar porque es un punto imaginario equidistante de los distintos chupaderos que funcionaron en Santo Tomé.

Tenemos contabilizados en Santa Fe y alrededores, un total de 94 homicidios como listado provisorio.

Hubo un mínimo de cien personas activas en el engranaje del terrorismo de estado en la ciudad de Santa Fe.

No se si vamos a llegar con la justicia a todos, pero por lo menos los tenemos bien identificados, vamos a avanzar hasta donde podamos.

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