Reportaje a Darío Díaz
“Roberto Martino es un rehén de la Embajada de Israel”
Cuando el 20 de noviembre pasado conversábamos con Darío Díaz, integrante del Frente de Acción Revolucionaria (FAR) y del Movimiento Teresa Rodríguez (MTR), hablábamos de la huelga de hambre que Roberto Martino, dirigente del MTR, había comenzado el 10 de noviembre en el penal de Marcos Paz en reclamo por su libertad y la de los presos políticos en el país. Poco después del reportaje, el 24 de noviembre, Darío inició su propia huelga de hambre junto a Natalia Muñoz, del MTR. Ambos decidieron apoyar el reclamo de Martino siguiendo su mismo método de protesta. Hasta el día de hoy, 30 de noviembre, todos ellos continúan en huelga de hambre.
Decíamos el día del reportaje que las noticias de algunos diarios titulaban: “una protesta complica el tránsito en el centro”. Como muchas protestas sociales, lo que los medios resaltan son las complicaciones que se genera en el tránsito. Había que entrar a la nota para enterarse que los compañeros de distintas organizaciones políticas y sociales estaban manifestando y pidiendo la libertad de los presos políticos, entre ellos la del dirigente Roberto Martino, detenido el 4 de mayo último. A Martino, el juez federal Bonadío lo acusó de ser el organizador de una marcha realizada en mayo de 2009 que se proponía repudiar el ataque de Israel a la franja de Gaza mientras la Embajada de Israel y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires celebraban el 61º aniversario de la creación del estado hebreo.
Así nos explicaba Darío Díaz la situación de Martino y la de otros presos políticos del MTR: “desde el 4 de mayo de este año Martino está rehén de la Embajada de Israel en el penal de Marcos Paz. Ahora la Cámara de Casación tiene que resolver si le levanta la prisión preventiva hasta el juicio o se la deja, él ha iniciado una huelga de hambre a partir del día 10 de noviembre, y nosotros en solidaridad hemos instalado el 15 una “Carpa del Aguante” frente al Congreso, tratando de difundir su situación y la de otros 4 presos políticos que hay en el país. José Villalba, Karina Germano, Berta González y Carlos Olivera, que están presos por cortar rutas o reclamar mejores salarios. Algunos están en los penales de Ezeiza y General Alvear, y otros con prisión domiciliaria. La iniciativa de Martino es también un reclamo por la libertad de los presos políticos en todo el país, porque así no hay derechos humanos, son sólo formales, y también un reclamo por el desprocesamiento de más de 5000 luchadores populares”. La situación física de Martino se ha estado deteriorando, ya son 20 los días de su huelga de hambre. Al Poder Judicial parece no importarle ese dato. La audiencia de la Cámara de Casación Penal fijada para el 23 de noviembre, que como nos decía Darío, debía decidir sobre la continuidad en prisión de Martino, fue suspendida. A la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación tampoco parece importarle el caso. Ya se produjeron tres reuniones entre los compañeros que reclaman la libertad de Martino y los funcionarios del gobierno nacional, y sin embargo la Secretaría no se ha movilizado.
Martino está preso por estar acusado de organizar una marcha contra los crímenes cometidos por el estado de Israel en la franja de Gaza. Para la Justicia, las causas que se le imputan son: atentado, lesiones y prepotencia ideológica. Darío Díaz nos explicaba en qué situación se produce el arresto de Martino: “el año pasado, el 17 de mayo de 2009 Buenos Aires celebraba a Israel a los pocos días de haber masacrado a la población palestina. Macri y el embajador de Israel Daniel Gazit habían organizado un acto cerca de la Casa Rosada, y a nosotros nos pareció una manifestación nazi en pleno centro de Buenos Aires. Israel, que es un Estado genocida y que no tiene ningún problema en tirar fósforo blanco en la franja de Gaza, celebraba en Buenos Aires, entonces fuimos a manifestar y hacer un acto de repudio. Resultó que nos reprimió la Organización Sionista Argentina (OSA) y el Mosad, y después la policía federal nos detuvo a cuatro compañeros. A los dos días, el 19 de mayo, se hace un allanamiento en el local central del MTR y piden la captura de Martino”. Y agregaba: “en el caso de Martino, en el allanamiento “apareció” un arma de guerra, entonces por eso todavía está en prisión. Ese procedimiento fue de noche, y la cosa estuvo totalmente fraguada”. Para Darío, es muy claro que la detención de Martino es una cuestión política, por varias razones.
“El Estado de Israel no permite que alguien opine en contra de su política exterior. Nos acusaron de antisemitas, discriminación, prepotencia ideológica, cosas que fueron cayendo, porque nosotros tenemos una tradición militante, piquetera, revolucionaria, desde hace mucho tiempo, y no somos nada de lo que nos acusaron. Lo que sí somos es antisionistas, porque sionismo es racismo y nosotros estamos en contra del racismo y de los genocidas. A Juan Carlos Beica, compañero de Convergencia de Izquierda, también lo acusaron de lo mismo, estuvo a punto de ir a prisión y finalmente la acusación de antisionista cayó y fue liberado” nos dijo Darío en la entrevista. Y, en la misma línea, continuó: “El mismo Israel ha dicho, y está publicado en el Le Monde Diplomatique hace unos meses, ha dicho que tiene tres enemigos: Irán, Hamas y Hezbolá y en tercer lugar todas aquellas organizaciones o personalidades que se oponen a la política exterior israelí. Nosotros, como MTR, no somos una fuerza que a nivel mundial defina nada, somos casi inexistentes políticamente, pero sin embargo se nos vino el mundo encima, el Mosad, la Side, Aníbal Fernández que dio una conferencia el 18 de mayo pidiendo la captura de Martino. ¡Ni que fuéramos las FARC!”. Sin embargo, las motivaciones políticas de la persecución a Martino y otros compañeros no se reducen sólo a la política exterior del Estado de Israel. En la perspectiva de Darío también hay muy fuertes razones internas que también actúan: “Resulta que el problema es que habíamos metido el dedo en la llaga. Israel tiene intereses muy fuertes en nuestro país. Eduardo Elsztain es integrante del Consejo Judío Mundial –que pone plata en la guerra contra los palestinos- y es argentino, presidente de IRSA, del Hotel Intercontinental, dueño de fuertes negocios en la pampa húmeda argentina, dueño del Dot Baires y de varios shoppings en Buenos Aires. Y es uno de los empresarios que marca la política económica del gobierno nacional. Ese es otro elemento para considerar a Martino como un rehén de la embajada de Israel, como un preso político”.
La situación de Roberto Martino ejemplifica, le pone identidad concreta, a la consigna de luchar contra la criminalización de la protesta social. Si bien la indiferencia de los grandes medios de comunicación respecto a este tema es notable, de cualquier forma el reclamo de Martino y de los compañeros del MTR ha obtenido algunos apoyos importantes. Así nos lo relataba Darío Díaz en la entrevista: “generalmente todos nos quejamos diciendo que la izquierda, el campo popular, están fragmentados, pero a través de hechos como el de Mariano Ferreyra o en este caso de la detención de Martino, todo el mundo se ha unido. Esto es un atentado a las libertades públicas, a los derechos humanos. Por acá, por el acampe, pasó mucha gente, incluso Osvaldo Bayer estuvo el jueves pasado. Además, él sacó dos artículos en el Página/12 denunciando las detenciones de los luchadores populares. Por acá pasó todo el mundo, organizaciones sociales y populares, culturales, todas han pasado”. Uno de los artículos que Bayer escribió haciendo referencia a la situación de Martino, titulado “La noble igualdad”, fue publicado el 7 de noviembre por el diario Página/12. En él, el escritor de “La Patagonia rebelde” y “Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia” afirma de manera contundente que “el caso Martino toca a todos los argentinos que salimos siempre a la calle en la constante lucha contra la violencia, provenga de donde provenga. Porque condenarlo es condenar a todos aquellos que ganan la calle contra la violencia. Sin esos protestantes, la democracia se convertiría en un mito”.
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