Biografías curturales

Con tan solo 10 años y un talento muy particular para el dibujo Pancra está destinado a ser uno de los grandes genios del arte caricatureril de esta parte del mundo.

Pancracio Hermenejildo Gómez

La gran esperanza del comic

por Maytland Goyeneche

Pancracio Hermenejildo Gomez tiene hoy 10 añitos, pero empezó a dibujar ya desde el vientre materno, usando el cordón umbilical como pincel y el líquido amiótico como témperas. Lo que se dice un verdadero instinto por el dibujo.

Siempre le gustó jugar con los lápices, dibujar "de todo" y dejar en el papel y las paredes de su casa las huellas de su imaginación.

"Tiene una capacidad especial para el dibujo, que por supuesto nosotros le incentivamos regalándole lápices en lugar de esos horrorosos juguetes bélicos que tanto se usan ahora- dice Marina Ezequiela, su orgullosa mamá- Ël no pasó por la etapa del garabato cuando era chiquito. Las maestras se sorprendían porque en la etapa que sus compañeritos de la salita azul hacían monigotes él hacía retratos de las seños que después vendía a la salida del cole."

Además de dibujar, Pancracio Hermenejildo Gomez empezó a leer libros antes de cumplir su segundo añito ("La guerra y la paz" fué el que más me costó, nos confesaría después) y data de esa época su aficción por las historietas. "Cuando me llevaban al pelotero - nos cuenta Pancra- siempre me escondía un par de comics books en la remera porque después cuando nadie me veía me aburría como una ostra aburrida". Comenzó por los clásicos superhéroes: Spiderman, Batman, El chapulin colorado. Pero mas tarde descubrió que también le interesaban las tiras cómicas, "de esas que salen en los diarios, el otro día descubrí en un Litoral viejísimo unos chistes de Basurto que estaban rebuenísimos, lástima que ya no lo publiquen más, pero por lo menos aparece mi ídolo máximo, Cristián Lemhan, que hace unos chistes re-copados".

Su familia también colabora en la formación de este genio del arte popular. "A mi mamá le gustaba mucho Quino y mi papá siempre le regalaba historietas de Mafalda. Un día las empecé a leer, era un 24 de mayo, llovía, y aunque al principio no entendía ni mierda ahora sí que las entiendo. Quino es un buen dibujante", se entusiasma Pancra.

"En nuestra familia todos leemos. Él puede escribir porque lee muchísimo, eso le permite tener una creatividad mucho más frondosa", cuenta su mamá mientras le parte un palo de escoba en el lomo para que lea la última parte de Harry Potter.

Cuando Pancracio Hermenejildo Gomez comenzó a dubujar y se despertó su gusto por las historietas, en su casa le dieron la posibilidad de ir a distintas escuelas e incluso a un par de club de niños pintores. Sin embargo, recién ahora puede asistir a un lugar donde donde vé específicamente lo que le interesa, la de Luis Alberto Bujajeruk Manzano.

"Ahí me enseñan mucho y nos dan cursos para los que en esto del dibujo la tenemos clara: tramas, bocetos, cómo hacer a un cura visto de abajo, cómics de superhéroes, cómo dibujar las cejas del Eternauta y cosas así" enumera, y explica que "ahora me enseñan lo que yo quiero; caricaturas y desnudos artísticos, que en otras escuelas no podía aprender".

Aunque tiene 10 años se expresa con una soltura y una seguridad que no son propias de su edad, aunque sí la frescura de su mirada pícara, esa con la que descubre los protagonistas de sus historietas. Sin embargo se adivina en su mirada un dejo de amargura, un insospechado resentimiento producto de su sobreprotegida niñez. "Ser un nerd no es fácil. Cuando los otros chicos se van por ahí a jugar a los videos yo me quedo solo en casa haciendo esos dibujitos de mierda. Claro que quisiera tener una vida normal, es el precio por haber sido tocado con la varita mágica del talento prematuro".

La habilidad que Pancracio Hermenejildo tiene para el dibujo se complementa con su capacidad imaginativa. "Inventé como mil personajes y hay uno que le gusta a todos mis amigos: el Lagarcho, que es un cocodrilo que tiene forma de pene que se divierte acosando a la secretaria de cultura de la provincia". Así va desarrollando su imaginario en una serie de tiras cómicas de las que ya lleva realizadas tres tiras.

El año pasado ganó un concurso sobre logotipos que realizó Arcor para revitalizar los alfajores Tatin. "Los tatín son horribles, pero por dos moneditas qué querés? un fondiú de chocolate? lo que hice fué inventar una nueva marca, la barrita de cereales Punch que estoy seguro va a revolucionar el mercado. En realidad la idea la saqué de un episodio de los Simpsons, pero a quién le importa? yo solo tengo 10 años..." confiesa con una honestidad brutal.

"Cuando empiezo lo que hago es mirar bien alrededor. Por ejemplo, acá, miro el grabador roñoso ese que trajiste, lo dibujo, le pongo cara, patas, le invento una situación, hago que pase un casette. Primero miro, después creo el boceto o sea un primer dibujo simple, después lo escaneo y le pongo color. La computación es la herramienta del futuro", dice Pancra como si tuviera una bola de cristal.

Cuenta que la coputadora está muy cool, que ahora todo pasa por ahí, hasta para pedir un remis sirve, y que ahora está investigando las posibilidades creativas de la computadora. "Me estoy inspirando en una serie de fotos que saqué de los diarios para hecer una serie sobre política exterior que van a salir en el periódico de la escuela. Va a ser todo hecho en computadora, 100% high tech. Prefiero las historias cómicas, Hergé es un maestro de maestros, me encanta la línea clara, Solano López ya fué. Ahora me están interesando los dibujos animados también, el oso yogui me parece lo más grande desde que se inventó el dulce de leche repostero. Pero lo que más quisiera es hacer manga japonés. Me encanta como hacen las minitas y toda esa violencia desenfrenada que hace que te den ganas de salir a golpear ancianitas a la calle".

Y si hay algo de lo que está seguro es que quiere vivir del dibujo, "sobre todo de dibujar historietas, no de superhéroes que me parecen que son una pedorrada para mentes infantiles que no pudieron superar la etapa del garabato, pero sí de esas que salen en la parte de atrás del diario La Nación que es el que compra mi mamá. Sé que no es fácil, que hay un montón de obstáculos que superar, pero yo estoy seguro que con empeño lo voy a lograr".

Y así Pancracio Hermenejildo Gomez se retira a tomar la leche mientras mira unos episodios grabados de Los Teletubies de los que nos contó piensa hacer un crosover con su ya clásico Lagarcho. Aprovechando su momentánea ausencia su mamá nos cuenta que ellos, sus padres, van a hacer todo lo posible para que Pancra pueda vivir de lo que le gusta.

Y yo tomo mi roñoso grabador y me voy pensando si será bueno que estos talentos jóvenes tengan todo servido en bandeja, si no sería bueno que sufran un poco más para poder incentivarle su amor por el arte. No lo sé.

Buenas noches.



Opiná sobre este tema
Pancracio Hermenejildo Gomez en un recreo en su escuelita del barrio Las Ranitas.
"Un libro de la primaria de mi mamá me inspiró para seguir esta loca carrera en el mundo del dibujo".
Punch, el logotipo que le valió la fama.
Uno de sus personajes inspirados en los funcionarios de la cartera de Reutemann.
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