Breves de sábado (23/06/07)

Gestores de la rendición

por Miguel Espinaco

Dice el ex enviado especial de la ONU para el Medio Oriente, el diplomático peruano Álvaro de Soto, que Naciones Unidas fracasó en el Medio Oriente porque su papel de mediador en esa región se ha convertido en un acto de sumisión hacia Estados Unidos e Israel. Dice también, en un informe confidencial de 53 páginas que fue filtrado a la prensa inglesa la semana pasada, que la actual crisis en el territorio de Gaza podría ser consecuencia de las presiones de Israel y Estados Unidos sobre la facción Hamas.

El revuelo por lo que este documento revela fue, obviamente, mayúsculo. El Secretario General, Ban Ki-moon lamentó la filtración del documento a la prensa y se cuidó de aclarar rápidamente, que se trata de "la visión personal" de Álvaro de Soto.

Alcanza sin embargo con revisar los hechos recientes para concluir que ha sido ciertamente la presión terrorista del estado israelí y de su socio yanqui, la que arrimó el fósforo a la mecha.

En Febrero, 2006, hace apenas dieciséis meses, Hamas ganaba las elecciones palestinas por mayoría absoluta. Como ocurre que Hamas se niega a reconocer al Estado de Israel, o sea como se niega a acordar políticamente con sus enemigos, estos resolvieron que el resultado electoral no estaba bien y entonces, resolvieron un boicot económico internacional cortándole la transferencia de los impuestos que Israel recauda entre los palestinos y está obligado a transferir por un mecanismo parecido a nuestra coparticipación. A la fecha, la retención alcanza a unos quinientos cincuenta millones de dólares que no llegaron a Palestina, desquiciando todavía más su ya empobrecida economía.

Pero peor todavía, la presión no se limitó al dinero. En abril de 2006 se fortalecía el rearme de los grupos armados de Al-Fatah y en noviembre empezaba la operación "nubes de otoño", que a pesar de tener un nombre tan poético consistió en ataques sistemáticos israelíes a la Franja de Gaza: tanques y buldózer y helicópteros y decenas de muertos palestinos.

En enero de este año se instaló el Gobierno de Unidad entre Al Fatah y Hamas. Estaba la esperanza de que así terminara el bloqueo económico pero no, la presión se mantuvo, más armas y más dinero para Al Fatah y más presión sobre Hamas, al punto que Haniye, el ahora destituido Primer Ministro, fue condenado a muerte por Israel en otra de esas bravuconadas que los medios de difusión mundiales no condenan casi nunca como terrorismo.

Y ahora, la manipulación llega hasta el delirio de que la expulsión de Hamas del gobierno es relatada por los medios de difusión mundiales como un golpe militar del propio Hamas contra el gobierno que integraba en forma mayoritaria. La repuesta de Haniye sería cómica si la situación no fuera trágica: "Tenemos mayoría en el parlamento, somos mayoría en el Gobierno. ¿Cómo vamos a dar un golpe de Estado contra nosotros mismos?".

Mientras tanto, en Cisjordania, en el sector palestino que controla Al Fatah, Mahmud Abbas puso fin al gobierno de unidad y se apresta a ver si consigue alguna retribución de los israelíes por los servicios prestados. Por lo pronto, ya ha solicitado que en la reunión del jueves que convocaron los egipcios, les liberen los quinientos cincuenta millones de dólares que les deben.

Para hacer más notorio el puente de amistad que ha tendido con los genocidas, ya juró que no habrá diálogo con Hamas - el partido mayoritario que fuera su socio hasta ayer nomás en el gobierno - y los llamó "terroristas asesinos", para no desafinar con sus nuevos amigos.

Y para que quede más claro todavía que se propone sin vacilaciones como gestor de la rendición palestina, ya eligió como Primer Ministro de "su" gobierno a Salam Fayyad, un señor que fue miembro del Banco Mundial, un señor del que George Bush ha dicho - para que todos nos quedemos bien tranquilos - que es "un buen tipo".


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