Breves de sábado (16/06/07) Frío frío por Enzo Vicentín Esta semana que termina tuvo en Santa Fe al tema de la inseguridad tan presente en las noticias como el frío polar que llegó para quedarse. La sensación térmica del miedo, real o magnificada, tuvo puntos altos desde el fin de semana pasado, cuando el crimen del policía Cristian Enciso se sumó a otros 4 homicidios más en un lapso de 2 días, obligando a reuniones apuradas en la Casa de Gobierno entre Obeid, funcionarios y jerarcas policiales el lunes por la mañana. Enciso fue el segundo policía asesinado en pocos días, luego de que Mario Santillán haya sido baleado por un grupo de 12 o 15 delincuentes cuando custodiaba una obra de la Empresa Provincial de la Energía, según lo informado por los diarios. Las versiones de ese lunes hablaron de que el Gobierno provincial buscaba dar una respuesta inmediata a un problema que hoy influye y mucho en las encuestas y en la campaña electoral. El Litoral dijo que dentro del gobierno algunos hablaron de refuerzos policiales focalizados en las zonas críticas, mientras que otros plantearon la necesidad de estudiar el desembarco de fuerzas federales, como la Gendarmería. En este nuevo partido por no perder votos, Obeid no puede contar entre los titulares a su "Maradona" Roberto Rosúa, de licencia y ausente de las negociaciones del lunes. El martes pasó y el miércoles trajo novedades. El Gobierno difundió sus medidas para combatir la inseguridad en la capital provincial: sumar 350 policías a las zonas más críticas del delito según el gobierno, presupuesto para la reparación de móviles, una reestructuración de comisarías y comandos, y el relevo del titular de la Unidad Regional I, José Luis Heck. El jefe de la Policía provincial, Gabriel Leegstra, nos dijo por los medios de comunicación que "los cambios de jefes policiales responden a que en muchas oportunidades, el poder político entiende que el trabajo que se está realizando no es el adecuado o, como en este caso, que puede haber un desgaste en la conducción". Si bien podemos compartir la impresión de que la responsabilidad al frente de la policía de toda una ciudad sea un trabajo estresante, hablar de desgaste en el caso de Hek que asumió en mayo la conducción de la URI 1 es un poco curioso. Deberíamos pensar en otros motivos. Que un jefe policial sea reemplazado en menos de 60 días, que 2 policías mueran acribillados a balazos en un lapso de 72 horas en situaciones que no fueron ni robos ni allanamientos, que al reemplazo de Hek por Juan Ruiz (el nuevo jefe de la URI 1) lo siguieron noticias de un asalto a la salida de un banco que fue tapa de los dos diarios de la ciudad y otra ola de hechos delictivos, todos esos hechos ponen sobre el tapete cuestiones estructurales de la policía y del tratamiento que el Estado le da al tema seguridad. Tal vez por haber mirado muchas películas pienso que hoy en Santa Fe se están reacomodando piezas dentro de redes delictivas tan complejas como rentables, como el narcotráfico por ejemplo, red que incluye a delincuentes pero también a policías y al poder político. Las denuncias de la jueza federal de Rosario Laura Cosidoy se han orientado hacia el problema del tráfico de drogas en la provincia, y las acusaciones hacia la policía terminaron por cambiar la opinión del gobierno que en un principio trató de desacreditar las denuncias. El plan anunciado el miércoles pasado vuelve a ser una muestra de que en nombre de las soluciones efectivas y rápidas se cae nuevamente en la ecuación que nunca funciona: más policías y más comisarías para disminuir el delito. Esa miopía recurrente de no ver más allá de la sensación de inseguridad y las reacciones reaccionarias de la opinión pública no deja margen para alguna crítica positiva a las medidas anunciadas. Esa miopía recurrente, ¿no?, esa miopía que permanente tiene la derecha cuando quiere combatir el delito. Como en el jueguito del caliente o frío que juegan los chicos, al gobierno que apunta siempre para un lado equivocado cuando hay que apuntar a causas y respuestas estructurales, al gobierno miope hay que responderle como en ese juego: "frío… frío". Opiná sobre este tema |
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