Crónicas Curturales

Un niño que sueña mucho, una gata y un ratón, un conjunto de reversibles, una chica liberada y un papá que se niega a entrar a la alta sociedad hoy nos acompañan en este tour por el fantástico mundo de la historieta..

Sepa qué es la historieta

4 _ cinco grandes (part 1)

por Maytland Goyeneche

Obras maestras

Nos quedaba pendiente un par (bueno, puntualmente, un par de cinco…) de obras fundantes de la historia del comic. No fundantes porque con ellas se le diera vida al lenguaje incipiente, ya que, cabe aclarar, solo son parte (si bien parte muy importante) de los pioneros que ayudaron a darle al comic categoría de lenguaje, aparte de generar flor de industria.

Previos al establecimiento de los sindycates y la estandarización resultante estas obras gozaron de la libertad que luego nunca más se daría en el terreno del mainstream. Entonces no había un cánon de cómo debía ser un comic, y si bien es lamentable que estos comics no lo hubieran establecido (habría sido un cánon bastante amplio y anárquico) supieron moverse dentro del campo de las publicaciones con soltura, imaginación y autonomía. Aclaración 1: el campo de las publicaciones eran los periódicos, entonces no había publicaciones específicas de comics, e incluso de haberlas, solo fueron pálidos reflejos de lo aparecido en las páginas de los principales diarios. Aclaración 2: syndicates, lo veremos en la próxima clase, no os desespereís.

Vayan por ahora los tres primeros para mantener una lógica interna en la duración de las notas, y de paso me ahorro tener que escribir en la próxima revista, ocasión en la que iremos por los dos restantes.

Little Nemo in Slumberland (1905) de Winsor McCay

Si bien Richard Felton Outcault aparte de ser un verdadero "pionero" con su Yellow Kid, más tarde supo elevar el nivel de su obra con un Buster Brown, un niño que, al contrario del pibe amarillo del camisón pertenecía a clase acomodada e iba a la escuela. pero la existencia en el mundo del comic de otro creador tal vez haya opacado a más de uno, tal el caso de Lyonel Feininger (1871-1956), que aportó lo suyo a los suplementos dominicales con obras de fantasía, de corta vida pero de excelentísima factura, The Kin-der-Kids y Wee Willie Winkie 's World ambas imprescindibles obras maestras del arte de los comics pero que, tal vez por una cuestión de suerte, ha estado siempre un paso atrás en el ranking de popularidad de Winsor McCay y sobre todo de su creación Little Nemo in Slumberland.

Entre 1903 y 1911 (año en que se pasó al equipo de Hearst), McCay creó innumerables series de comics para los periódicos, Little Sammy Sneeze (1904), sobre un niño que estornudaba demasiado fuerte y Hungry Henrietta (1905), con niña demasiado hambrienta, y también Dreams of a Rarebit Fiend (1904-1907) con seudónimo de "Silas". En esta serie, los protagonistas solían tener terribles pesadillas originadas por suculentas comidas que desencadenaban pavorosas situaciones. Los experimentos de esta serie allanaron el camino para la aparición de la más valorada obra maestra de la historia de los comics. Casi escribo "sobrevalorada", pero no es así, nunca una valoración para Little Nemo in Slumberland será demasiada.

Desde 1905, cada noche, el pequeño Nemo es transportado a Slumberland, y son sus sueños lo que ocupa la historieta, para cerrar con el último cuadro con Nemo despertando al mundo real no de las maneras más delicadas.

En cada una de sus incursiones al mundo de los sueños Nemo se va encontrando con un universo totalmete compacto, con sus propias leyes e incluso su continuidad temporal, las aventuras que fueron interrumpidas por el despertar serán por reanudadas la noche cuando vuelva a dormir. Allí conocerá al rey Morpheus y su hija la Princesa, Flip, el verde enano que le arrastra a aventuras cada vez más peligrosas; Impy, el infante caníbal, el Dr. Pil y muchos otros personajes de galería.

Windsor Mc Cay también es un pionero en el campo de la animación, que ya sabemos, son dos cosas que siempre han ido muy de la mano... GertIe the Dinosaur (1912) (varios cortos de entre 4000 y 10000 fotogramas) es uno de los primeros dibujos animados de la historia del cine... Del cual ha realizado varios cortos de lo que supo pasar alguna vez Caloi en Argentina... El proceso que realizó Windsor era totalmente artesanal, él solo dibujó, entintó y fotografió cada uno de los fotogramas de sus cortos.

Chuck Jones, uno de los directores de los famosos "dibujitos" de la Warner (Bugs Bunny, Lucas, Porky y esos...) hablando de McCay dijo "es como si el primer ser vivo que salió del lodo a la tierra hubiera sido Albert Einstein y el segundo una ameba". De esta manera comparaba su importancia en el mundo de los comics y la animación.

Little Nemo in Sumberland desplegaba todo un mundo onírico mucho antes de que los surrealistas abrazaran los conceptos de la psicología de entonces, y mucho antes desarrolló todo un mundo "surrealista" con su propia lógica ilógica, donde los objetos que se multiplican hasta formas insospechadas, o se deforman, cambio de tamaños o el desplazamiento de las partes eran una constante de la cotidianeidad de Sumberland.

Se ha dicho que esta es la historieta más bella, tal vez con razón. Y a mi juicio, una de los pilares del mundo del comic. Dibujo preciosista, de trazo depurado, limpio, de un ingenio visual que aún hoy, pasado el siglo XX no deja de sorprender.

Después de su marcha del "Herald", McCay continuó las aventuras de Nemo (bajo el título de In the Land of Wonderful Dreams) para Hearst hasta 1914. Luego, después de una ausencia de diez años (en los cuales se dedicó a la realización de dibujos animados) volvió a Little Nemo, que se publicó en el "Herald-Tribune" desde 1924 a 1927. En 1935 y en 1947 R. Winsor McCay jr. (el modelo original de Nemo) trató de revivir la serie de su padre, pero en ambas ocasiones sus esfuerzos fueron de corta duración y la aventura no pasó de unos pocos meses.

Krazy Kat (1910) de George Herriman

Parece ser que en el viejo Egipto hay una historia donde un ratón se enamoró de la hermosísima gata Cleopatra, llamada también Krazy, y, aconsejado por un adivino, había escrito su declaración de amor en un ladrillo que lanzó a la gata, la que después de recuperarse del desfallecimiento aceptó encantada la proposición del ratón. Desde entonces, lanzar ladrillos a las damas se ha transformado en símbolo del más tierno de los sentimientos románticos.

George Herriman crea Krazy Kat en 1910, una "animal strip", o sea, una tira protagonizada por personajes animales humanizados. La gata Krazy está enamorada del ratón Ignatz y de quien esta enamorado el oficial de policía, el perro Ofissa Pupp. A partir de este sencillo triángulo toda la serie se va desarrollando entre el ratón que no deja de tirarle ladrillos a Krazy en la cabeza, el perro que no deja de meter preso al ratón por atentar contra la gatita, esperando de esta manera poder merecer los favores ella, y Krazy que no deja de pensar en su enamorado Ignatz.

Quienes hayan entrado en contacto con esta serie, que también ha sido llevada a la pantalla grande en serie de dibujos animados, y a la pantalla chica también en serie de dibujos animados, no puede dejar de reconocer que no hay en ella nada que no llame a la admiración Incondicional.

Lejos del onírico mundo de los sueños de Little Nemo nos encontramos aquí con un mundo auténticamente surrealista, paisajes desolados habitados por un cactus por allí, una casita por allá, algunas piedras de formas extrañas, una ruta que corta el paisaje y los personajes que, animales al fin, no dejan de tener una carnadura humana que ya quisiera el más realista de los dibujantes.

Ningún personaje es malo, solo cumplen con su destino, incapaces de torcerlo (¿para qué?) y asisten al espectáculo maravilloso de la vida que les sucede como a todo el mundo, presos de sus obligaciones, esto es, amar al ratón, tirar ladrillos, mantener el orden...

Herriman venía haciendo una tira sobre un oficinista y su familia (gato incluído), The Dingbat Family. En la parte inferior de la tira de los Dingbat, introdujo una pequeña historia secundaria (una topper) el 26 de julio de 1910. En ella aparecen un gato y un ratón y este último arroja una pelota al gato. Poco a poco, la parte inferior del espacio fue siendo ocupado por una tira pequeñita y estrecha en la que comenzó a gestarse el entorno que luego conformará la tira de Krazy Kat. Como afirma su autor "Krazy no fue concebida, no nació, sino que simplemente creció".

En un inicio, la relación consistía en las diferentes maneras en las que Ignatz podía agredir a Kat mediante el uso de los más diversos objetos (bates de béisbol incluidos). Pronto aparecerían otros animales como personajes secundarios.

Cabe destacar que el dibujo (y no solo sus trazos, sino también sus ideas) de Herriman es de una personalidad tan avasallante que cuando éste dejó de producir la tira ningún dibujante se atrevió a continuar su obra.

La primera página dominical de Krazy Kat apareció el 23 de abril de 1916 en la sección semanal de Art & Scene, lo cual permitió que la serie comenzase a llegar a un público totalmente distinto (durante este año, desde febrero, los personajes protagonizaron sus primeras apariciones animadas, en los Hearst-Vitagraph Pictorials, de los cuales se produjeron 14 cortos hasta abril de 1916). Era la primera vez que tenían una página completa a su disposición y su autor decidió a experimentar con el nuevo formato. Durante sus inicios, la página dominical fue contando fábulas e historias acerca de cómo el petirrojo adquirió su plumaje o por qué los gatos tienen miedo al agua. A la vez, el plantel de secundarios iba definiéndose, destacando "Ofissa" Pupp, Gooseberry Sprigg, Don Kiyoti y Sancho Pansy, Kolin Kelly, Walter Cephus Austridge o Mathilda, la mujer de Ignatz, y sus hijos.

En junio de 1935, Hearst decidió trasladar a Krazy Kat a la sección dominical en color (si bien la serie ya había conocido el color en 10 páginas de 1922), y con formato tabloide. Esto unido a una cada vez mas incipiente artritis confluyó en el uso cada vez mas arriesgado del color. Es a partir de esta época que la serie empieza a tener cada vez más restricciones de espacio, pero merced a un contrato vitalicio se puede dar el lujo de hacer caso omiso a la comercialidad en aras de algo que a todos nos beneficio: la calidad artística, o se suena mejor: la creatividad de un mundo único lleno de una vigorosa mirada crítica.

Pero la vida de Herriman no estuvo muy plagada de rosas. En 1934 muere su esposa en un accidente automovilístico, cinco años después su hija, epiléptica de nacimiento, sigue a su madre al mas allá. Herriman sobrevive cinco años mas a la tragedia para finalmente teminar con una cirrosis hepática no alcohólica.

Desde entonces Krazy Kat no ha dejado de estar presente en forma de libros, reediciones, estudios e incluso series de animación (los estudios J.R. Bay y luego los de Bill Nolan produjeron una tanda de episodios de éxito durante los años veinte, Charles Mintz hizo unos cuantos episodios mediocres durante los finales treinta para Columbia, y allá por 1963 hubo otra serie de dibujos animados -ahora producida por el King Features Syndicate para la televisión- si bien con escaso respeto hacia la obra en la que se inspiraban). La obra de Herriman es admirada por miles y miles de autores de historietas de todo el mundo y sigue sirviendo como materia de estudio y aprendizaje para muchos de ellos.

The Upside Downs (1903) de Gustave Veerbeek

Hablar de quien fue el más creativo de los pioneros (genios, pioneros genios) es un sinsentido, pero podríamos decir que Gustave Verveek sino el mas creativo, fue el mas estrafalario. Con un dibujo totalmente alejado del preciosismo de Mc Cay ganado por un primitivismo que florecía mas en la sombra que en la luz (bueno, estamos hablando del estilo de dibujo) durante el período inicial de la historia de los comics mantuvo tres series de excelente factura a cuál mas imaginativa, desde finales de 1903 hasta principios de 1905, produjo una de las páginas más extrañas del comic, The Upside Downs of Little Lady Lovekins and Oid Man Muffaroo título algo demasiado largo para una simple historia cuya principal característica es que se podía leer del derecho y del revés.

Gustave Verbeek nació en Nagasaki, Japón, en 1867 de ascendencia holandesa, su padre era misionero de la Iglesia Reformada de América y además director de una escuela en Tokio que luego sería la Universidad Imperial de Japón. Gustave empezó su carrera como ilustrador en diversas publicaciones europeas. Por el año 1900 se piantó para Estados Unidos donde realizó ilustraciones para revistas y diarios para luego incorporarse a la nómina del New York Herald, donde también estaba Winsor McCay. Para el Herald creó tres tiras cómicas: The Upside Downs (1903-1905), Terrors of the Tiny Tads (1905) y The Loony Lyrics of Lulu (1910).

The Upside Downs of Little Lady Lovekins and Oid Man Muffaroo estaba plagada de seres extraños, monstruos de pesadillas y seres fantásticos, características que compartía con el resto de los trabajos de Gustave. Y si bien la ingeniosa idea de realizar una tira cuyos dibujos fuesen reversibles no era una creación propia, que ya la había utilizado antes Peter Newell, un ilustrador e historietista estadounidense, creador de libros para niños, así como de tiras cómicas que por esas cosas que tiene el destino no llegó a ser tan famoso como quien nos ocupa, pero que bien vale un espacio dentro de la historia del arte. Bueno, del comic. Para que se entienda, los upside downs era una historieta de seis cuadros que cuando dabas vuelta la página te encontrabas con otra historieta, tan coherente como la anterior.

Bien se podría decir que la genialidad se acaba en este gadget, su obra, incluso aquella que carecía de tal característica, resplandece de calidad, originalidad, inventiva y vaya uno a saber qué mas, solo si pudiéramos acceder a una publicación que nos acercara a tamaño creador, pero la realidad es que el mundo de los comics es escasamente reconocido como potencial comercial, vaya ironía, y es bastante improbable que una editora decidiera poner al alcance de nuestras manos las obras de los pioneros cuya importancia parece ser mas histórica que, efectivamente, artística. Pero algo hay por ahí, si se busca con suficiente entusiasmo, algo, poquito, eso sí, se encuentra.

The Upside Downs se publicó semanalmente del 11 de octubre de 1903 al 15 de enero de 1905 contando con apenas 64 tiras en total. El argumento era muy sencillo: Lady Lovekins y su mentor Muffaroo vivían en un mundo fantástico en el que cualquier cosa podía ocurrir. Al dar vuelta la página, cada uno de los dos personajes principales (Lady Lovekins y Muffaroo) se transformaba en el otro y la historia continuaba, con un curioso giro argumental.

Verbeek insistió con los mundos fantásticos (aunque no con la particular narración reversible) en The Terrors of the Tiny Tads (1905 - 1916). En esta serie los protagonistas son cuatro renacuajos (los tiny tads); los textos de la serie, que no utiliza globos para los diálogos, son cuartetas. Algunas criaturas: el hippopautomobile, un hipopótamo con asientos en su lomo, la pelicanoe, un pelícano en el que un pasajero podía sentarse y remar, el halconductor y el hotelelefante, el Jaguarderobe y el Sagamorangutan.

The Loony Lyrics of Lulu, es su última creación catalogada, la historia de un maníaco profesor y de su hosca sobrina Lulu cazadores de monstruos, un Verbeck totalmente adentrado en la fantasía más surrealista..

En los años 20, Verbeek abandonó la historieta, para dedicarse al grabado y la pintura. Hecho que el mundo de la historieta no debería lamentar, ya que su carrera dio a los comics una brillante obra plástica.


La próxima vamos con los dos últimos.

Buenas noches


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