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Mucho en común: Los dos candidatos a la intendencia que dicen lo mismo y son casi lo mismo

Por Daniela Pierotti y Enzo Vicentín

     Ambos se candidatean a intendentes de la ciudad de Santa Fe: HUGO STORERO va con los dos sublemas radicales del PS y OSCAR MARTÍNEZ se sube al Tren K para la Victoria del PJ. Pareciera que los contrincantes se copian hasta las palabras para convencer, aunque la metodología varía un poco. Martínez es más televisivo y personal, las boletas llegan a su casa de la mano de dos colaboradores que además de dejarle algunos volantes azules lo charlan para convencerlo del porqué "no hay que perder otra oportunidad", y le dicen que "los santafesinos ya hemos sufrido mucho" y que "esta vez todos podemos hacer algo para que las cosas cambien"... Los mensajes son participativos, quieren que usted se suba a su tren porque "Santa Fe te necesita". Pero: no hay pasado ni presente en su verso, sólo futuro, claramente evitan que se les observe que si sufrimos mucho fue justamente por ese karma que aparece en letras chiquitas en la cabecera de su boleta y que reza Partido Justicialista y que nos ha gobernado hasta la fecha.

     La estrategia de Storero es más farandulera, la conocida musiquita tomada prestada que bombardeó la ciudad es la más pegadiza, se escucha a la gente silvarla o cantarla o tararearla hasta en el colectivo. Además de eso, el fuerte del candidato es la IMPRENTA: una descomunal repartija del proyecto, de volantes y de papelitos y papelones para todos, pero principalmente en los barrios sur y norte, donde están los más proclives a tragarse la del idóneo universitario.

     ¿Qué tienen ambos en común en este panfletario sentido? Son los candidatos que más dinero invirtieron en sus campañas, son campañas muy caras, lo declarado se queda corto, gastaron mucho más... la diferencia está dada por la fuente de los fondos, pasaremos a contar nuestras sospechas por separado.

     ¿Qué más tienen en común? Ambos se especializaron en urbanismo, y ése es el fuerte de sus proyectos: prometen y prometen mucho en cuanto a infraestructura y aprovechamiento de los recursos. Para no perder la posta tironean alrededor del tema del corredor bioceánico, el aprovechamiento de los ríos y la descentralización de la ciudad, para que usted diga cuál le gusta más. Dicen lo mismo sobre el tema del transporte público de pasajeros, y alguito más que diga uno y alguito menos que diga el otro, las diferencias en lo que proponen prácticamente no existen. Entonces, veamos realmente quiénes son estos dos personajes, estas dos caras de una misma moneda trucha, como las que abundan en la ciudad.

Hugo Storero: el Morado de las elecciones

     Oriundo de la localidad de San Guillermo, con 55 años de edad, el arquitecto especializado en urbanismo hoy viene por más, por más para llevarse. Encontró la oportunidad de alianza con quien le viene como anillo al dedo: el candidato a gobernador por el socialismo Hermes Binner. Se metió debajo de la sábana del PSP con dos sublemas radicales "Coalición por Santa Fe" y "Mejor por Santa Fe".

     Forma parte del grupete de candidatos que promociona su condición de profesional como garantía de confiabilidad, prejuicio que impera en los sectores de la sociedad donde el candidato tiene muy buena imagen, el del medio.

     Los pasos que lo condujeron hasta aquí siempre tuvieron que ver con los diferentes sectores de poder que ocupó dentro de esa gran caja negra que es la UNIVERSIDAD. Fue electo Decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional del Litoral en los períodos 89/93 y 93/94; y fue electo también Rector de la misma institución en el período 94/99.
Desde entonces pasó el mando a su amigo íntimo Mario Barletta, con quien compartió desde sus intereses y planes hasta las causas judiciales en las que están implicados. Bartella, actual rector por el radicalismo también, le sirvió de anca para su ascenso a la Subsecretaría de Cultura de la Nación como Diputado Nacional, también como cargo electivo en el 2001. Fue como dejar la casa en manos conocidas, del palo, y subir un escalón bastante alto que le permitió concretar cuestiones que desde adentro no podía.

     El período de Storero en la UNL significó el apogeo de la Franja Morada en nuestra ciudad, con lo que esto significa, es decir: muchísimo dinero destinado a su campaña política, cargos administrativos generados y multiplicados a fin de acomodar a sus críos y copar las oficinas de rectorado, centro de publicaciones y seccretarías de todas las facultades, mientras el presupuesto se recortaba por el lado más fino: los sueldos magros de los docentes. La generación de pasantías pagas y de carguitos anuales por contrato que quedan entre los radicales - franjistas de la universidad está respaldada en cierta medida por el estatuto mismo de la Universidad que en su artículo 16º h, establece que es el rector quien dispone los pagos que deban realizarse con los fondos votados en el presupuesto de la Universidad junto con los que autoricen los demás miembros del H. Consejo Superior, en el que Franja fue y es mayoría, así que queda todo para la familia. Storero pertenece a ella.

     En otro artículo, el 16 j, el mismo estatuto establece que el rector rinde cuenta de su administración al H. Consejo Superior. He aquí el punto: en los 4 años de gestión de Storero como rector nunca se ha cumplido. Y por eso, y otras tantas causas de similar índole, actualmente el correligionario está siendo imputado en un trámite judicial iniciado en el año 2000 por presunta infracción a los artículos 172 (por estafa), 174, inciso 5 (por defraudación a la administración pública), 248 (violación de los deberes de funcionario público), 268 (peculado) del Código Penal, y por falta a la ley penal tributaria 24769 por enriquecimiento ilícito por el que la DGI está haciendo las investigaciones bastante lentamente se puede decir. Aunque él asegura que sus Master Card, Visa y Cabal, su Megane, su Palio y su Ford Orion, fueron el fruto de su esfuerzo y trabajo, la investigación sobre su grupo familiar y las personas vinculadas comercialmente con él, no lo garantiza. Las irregularidades, catalogadas de "mayores", informadas por la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) en noviembre de 2001, se referieren estrictamente al manejo de los bienes de la universidad.

     Con este CV, el hecho de que todo el aparato universitario (persona jurídica, autónoma y autárquica según el art 1º de su estatuto), toda su estructura edilicia, incluida la imprenta, se haya transformado en esta campaña electoral en un comité al servicio del sublema radical, aunque sea ilícito, resulta lógico. Los buitres franjistas, los que aparecieron en la lista de profesionales que apoyan al candidato, están babeando por los beneficios que les espera si obtienen la victoria en las urnas. El gobierno de la universidad tiene los mismos códigos y manejos que los del gobierno provincial, de ahí que sean rivales aunque sean la mismo. Ambos sistemas manejan los medios de comunicación locales, lo que no dice LT10 (Radio Universidad Nacional del Litoral) lo dice LT9 (oficialismo a pleno). Por eso, si quiere escuchar las 24 horas del día el jingle del (S)torero sintonice la "radio de la gente".

     Todavía nuestra Universidad es pública y gratuita, aunque cueste cada vez más hacer una carrera universitaria. Las fuertes marchas estudiantiles contra la privatización de esta institución fueron justamente en los dos últimos años de la gestión de Storero, durante la cual la amenaza de arancelamiento estuvo a punto de concretarse.

     "Vamos a estar mejor", no sé si eso significa "nosotros, todos los santafesinos" o es el comentario que bien puede estar haciendo Storero a Binner y Paulón en la foto de uno de los volantes, o es un mensaje dirijo a su quintita morada. Sea como sea, el Programa de Gobierno - Storero Intendente, impreso a colores y en formato periódico, que el personal radical de la universidad se encargó de repartir por todos lados, más los globos anaranjados, más los afiches, más todo lo que se imagine en estrategia impresa de campaña, suma hasta la fecha 80000 pesos invertidos. Habrá que ver de dónde salieron, aunque el candidato asegura que de la colaboración voluntaria de la gente y de instituciones. Habrá que ver... esté atento a un próximo recorte de sueldos magros en la Universidad, por las dudas, vio?

Oscar Martínez: espejitos de colores

     Ante el desfile de concejales o funcionarios vitalicios que hoy quieren llegar a la intendencia de la ciudad de Santa Fe, la figura del joven Oscar Ariel Martínez suma simpatías entre los que piensan que el "Cachi" (como lo llaman) representa otra cosa distinta de los políticos que ya estuvieron y seguirán estando. La figura de un joven empresario exitoso que desde una fundación ha proyectado numerosos proyectos (sobre todo urbanísticos) para la ciudad es "carnada" para muchos santafesinos que no saben qué se esconde detrás de las bellas y serias propuestas de la Fundación Centro, que preside Oscar Ariel Martínez.

     Para tener una reseña de él, se puede decir lo siguiente: nació el 6 de Diciembre de 1968, tiene hoy 34 años. Es abogado, se recibió en 1990. Está casado, tiene dos hijos.
Ejerce su profesión en Santa Fe y Buenos Aires; integra una sociedad comercial llamada Carob Centro que, como lo indica su nombre (carob significa algarrobo), se dedica a la exportación de productos forestales; es presidente de la Fundación Centro, que se autodefine como un grupo de jóvenes empresarios del interior del país que proyectan obras para la región centro, es decir la zona que abarca a las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba; es afiliado del Partido Justicialista desde los 18 años; para comprar usa tarjeta Dinners; anda en un Renault Laguna modelo 2001. ¿Es nuevo en la política, como lo piensa la mayoría de la gente? No. A pesar de ser un joven, Oscar Ariel "Cachi" Martínez ya tiene bastantes antecedentes en la política, casi todos ellos durante la década menemista: fue asesor Ad- Honorem del presidente de la Comisión de Transporte de la Cámara de Senadores de la Nación (período 2002/2003). Fue miembro del Directorio del E.NA.BIE.F (Ente Nacional Administrador de Bienes Ferroviarios) desde 1995 hasta 1999 (segunda presidencia de Menem). Fue Diputado Provincial (periodo1994/95). Fue asesor letrado y Subsecretario de la Secretaría de Comunicaciones de la Nación por dos años:1993/94. Por último, trabajó en Acción Social de la provincia de Santa Fe durante 1993.

     Es por lo menos llamativo que su actividad en la función pública transcurra mayoritariamente durante las presidencias de Carlos Menem, ya que después del 99 solo fue asesor de la Comisión de Transporte del Senado y no cobró por ello. Es por lo menos sorprendente que con solo 23 años Martínez haya llegado a ocupar un puesto tan alto en la Subsecretaría de Comunicaciones de la Nación. Es por lo menos sospechoso su paso por el Directorio del E.NA.BIE.F, un Ente estatal que se dedicó a subastar (o regalar) el patrimonio ferroviario nacional, vendiendo terrenos, vagones, vías, es decir todo lo que se podía vender a los amigos del poder que durante esos años hicieron grandes negocios. Para decirlo más claro, el Ente Nacional Administrador de Bienes Ferroviarios fue un ejemplo clásico de cómo la rapiña menemista actuó sobre las empresas que eran del Estado y se privatizaron, en este caso los ferrocarriles. Sería bueno que Oscar Martínez aclare su paso por el E.NA.BIE.F, o que algún periodista se lo pregunte, ¿no?, porque a simple vista todo parece demasiado oscuro. Es por lo menos necesario saber algo más sobre este candidato.

     Se ve que desde la llegada de De la Rúa a la Casa Rosada, Martínez ya no tuvo cabida dentro del Estado. Y tuvo tiempo entonces para dedicarse de lleno al proyecto de la Fundación Centro. Dijimos antes que esta fundación tiene anclajes en Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, pero no dijimos nada todavía de su alto perfil mediático tanto aquí como en las provincias vecinas. Por ejemplo, en Córdoba organizó junto a la Universidad Nacional de Córdoba (con la que firmó un convenio de cooperación permanente en 1999) algunas conferencias sobre la Región Centro y el Corredor Bioceánico en las que disertaron figuras importantes....¡del menemismo!: Roberto Alemann, Enrique Croto y nuestro conocido Marcelo Muniagurria (vice de Reutemann); mientras que en Entre Ríos colabora con la municipalidad de Paraná apoyando iniciativas de planeamiento urbano y organizando alguna que otra conferencia importante. La Fundación Centro tiene buenos contactos institucionales, organiza eventos que son noticia y sobre todo dispone de muy buen dinero para moverse. Haciendo memoria, aquí en la ciudad de Santa Fe ha organizado conferencias y programas siempre relacionados con el sector empresario: por ejemplo, el Programa Intensivo en Desarrollo Empresarial o el Programa Señor en Alta Conducción y Negocios Internacionales, ambos durante el 2002; ha presentado numerosos proyectos urbanísticos para remodelar por ejemplo el Parque Federal o la ex - estación de trenes Belgrano (se debe decir que en estos proyectos había construcciones casi "faraónicas" que implicaban millonarias inversiones, aunque presentados en animación computada parecían una belleza); la fundación se ha involucrado en temas de planificación urbana como el del transporte público; por último, ha publicado recientemente un libro: "Santa Fe es el Centro", en donde expone un proyecto estratégico de desarrollo para la ciudad.

     ¿Qué hay de malo en eso? Nada. Es muy bueno que una fundación se preocupe por mejorar la ciudad y que aporte proyectos constantemente. El punto en cuestión es quiénes son los que hacen proyectos y de dónde sale tanto dinero. Porque, aunque sea obvio decirlo, algunas (o casi todas) fundaciones defienden los intereses de quienes las sostienen, igual que en la política un candidato hace campaña y después gobierna para quien pagó su campaña. Y aquí está el problema y la razón principal por la cual no se debería votar a Oscar Martínez, es porque todo es bastante oscuro. Sería bueno que Oscar Martínez nos aclare a los santafesinos cómo sostiene su campaña así como los numerosos proyectos de la Fundación Centro. Porque semejantes comerciales de tv, afiches, presencias en programas de radio y tv, etc. tienen un precio alto, demasiado alto como para que un solo supermercadista de la ciudad pueda sostenerlo. ¿Otra manera de hacer las cosas? Aunque su publicidad diga eso, Martínez hace lo mismo que los políticos viejos: "tranzó" con las Vecinales para lograr su apoyo a través del proyecto del libro "Santa Fe es el Centro"; por cierto fueron las mismas Vecinales que hace un tiempo lo rechazaban a Martínez (por ejemplo durante la discusión del transporte público) diciendo que era menemista y que ellos no lo eran. Para promocionar su libro, Martínez consiguió el apoyo: de LT 9 (el que escucha a Alejandro Colussi se dará cuenta que el "Cachi" habla con este periodista casi todas las mañanas, y no por casualidad); de Cablevisión Santa Fe; de Rubén Tocci y Gerardo Ingaramo (empresarios del transporte bastante cuestionados, socios en varias líneas de colectivos). Un candidato que usa las mismas estrategias políticas que los demás, que paga periodistas para que le hagan campaña o que se relaciona con sectores empresarios involucrados en manejos turbios no puede decir que representa otra cosa. Con dichas acciones está demostrando que la "otra manera de hacer las cosas" no existe, por lo menos para Martínez.

     Por otra parte, el lanzamiento de la candidatura del "Cachi"a la intendencia de Santa Fe fue bastante confuso y hasta hoy no se entiende. Porque a través de las noticias los santafesinos pudimos saber (días antes de la fecha de cierre de listas) que él se postulaba como un sublema de Alberto Hammerly. Después, eso se cayó y Martínez se quedó sin paraguas. ¿Qué pasó en esos días entre Hammerly y sectores del justicialismo con Martinez? Vaya uno a saber. La novela terminó en que Oscar Martínez entró en el sublema "El tren K para la victoria", que es una amalgama de gente que quiere sacar más votos recurriendo a la figura del presidente. ¿Cómo se explica que un hombre vinculado al menemismo como Martínez forme parte de una agrupación que lleva como referente a Néstor Kirchner? Es sin dudas inexplicable si usamos la lógica, pero en esta provincia la nefasta Ley de Lemas permite cualquier cosa, incluso que algunos formen un sublema como "trampolín" al poder sin tener un solo punto en común, y me animo a decir que sin conocerse. Un detalle de esto: cuando se reparten las boletas de Martínez, solo se dan los cuerpos de intendente y concejal, y no la boleta entera que lleva, por ejemplo, a Peresotti como gobernador. ¿Es eso hacer nueva política? ¿Es eso "otra manera de hacer las cosas"?

     Seria bueno que los santafesinos sepamos un poco más de los candidatos que nos venden a través de la televisión o con panfletos, o con propagandas ingeniosas. Porque si no estaríamos cayendo nuevamente en trampas que nos costaron mucho (o no recordamos la gran campaña publicitaria de De la Rúa antes de ganar y lo que finalmente terminó haciendo en el gobierno). No hay que dejarse engañar por las imágenes que nos venden los medios pagos por los políticos, porque así es como se "inflan" candidatos, se forman "Frankensteins" por todas partes, y nosotros les creemos ¡y los votamos!. En el caso de Oscar Martínez, sería bueno que nos explique su pasado en la política durante la década de los '90, sus vinculaciones con el menemismo, de dónde saca la plata para financiar su campaña y sus relaciones con periodistas y empresarios. Y si no puede explicarlo, entonces desconfiemos. Entonces sospechemos. No compremos más espejitos de colores, esta vez ocultos tras la "nueva política".

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