Breves de sábado (24/11/07)

Para que no se nos queme el rancho

por Miguel Espinaco

"La lucha contra el calentamiento global está fracasando" Así empieza una nota informativa que publica ayer el diario Público de España y seguramente el párrafo aparecerá repetido en muchas de las notas que a lo largo del mundo se publicarán hoy, a raíz del informe de la Organización Meteorológica Mundial dependiente de la ONU, que revela que hay niveles record de dióxido de carbono en la atmósfera.

Ya te habrás enterado de que el dióxido de carbono es el principal gas culpable del ya tan conocido efecto invernadero y ya sabrás también que el uso de combustibles fósiles, o sea de derivados del petróleo, es el principal responsable del dióxido de carbono.

"En 2006, las concentraciones de dióxido de carbono alcanzadas globalmente alcanzaron los niveles más altos jamás registrados", dice ahora esta gente de la Organización Meteorológica Mundial. Jamás registrados. Y aclaran que ahora hay un 36% más de dióxido de carbono que antes de la revolución industrial en el siglo XVIII.

Obviamente, cuando uno escucha hablar del calentamiento global, se acuerda del protocolo de Kyoto y se acuerda de la negativa del gobierno de Bush que ni siquiera se banca las escasas restricciones que se le proponen, restricciones que por otra parte no terminarían con el problema, que apenas limitarían el daño.

Pero intentos hay muchos, no sólo ese protocolo de Kyoto que fuera firmado por más de ciento setenta países, el más conocido de todos. El Gobierno regional de Castilla, por ejemplo, cofinanciará, junto al Ministerio de Educación y Ciencia, el proyecto "tecnologías avanzadas de generación, captura y almacenamiento de dióxido de carbono", la primera iniciativa coordinada que se realiza en España, que apunta a la reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera para mitigar el cambio climático.

Otra más: una nueva línea de investigación financiada con fondos comunitarios sobre tecnologías de captura de carbono de precombustión para centrales eléctricas de gas y carbón está a punto de ponerse en marcha, nos cuenta otro cable. La coordinación del proyecto DECARBit, de cuatro años de duración, correrá a cargo de la organización independiente noruega de investigación SINTEF y el proyecto contará con la participación de catorce socios provenientes de ocho países.

Y otra más todavía: China y Reino Unido lanzaron el día 20 de este mes, un proyecto conjunto para reducir las emisiones de dióxido de carbono en las centrales térmicas chinas mediante la utilización de tecnologías de captura y secuestro de carbono. La iniciativa, denominada "Near Zero Emissions Coal Initiative" o sea iniciativa para reducir casi a cero las emisiones derivadas del carbón, es fruto de la colaboración entre el Ministerio chino de Ciencia y Tecnología y el gobierno británico, que prometen prácticamente eliminar la emisión de gases para el 2020.

La OPEP también buscará convertir la denominada "captura y secuestro de carbono" en el centro de su flamante agenda ecológica, al reclamar a los países ricos que inviertan más en esta nueva tecnología que permite reducir las emisiones de dióxido de carbono.

Y hay otros proyectos que hablan de fertilizar el océano con hierro o con otros 'micro-nutrientes', para favorecer el crecimiento del plancton, que podría absorber grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera. Y están los biocombustibles, que son presentados en sociedad también como una promesa de reducir las emisiones de gases que provocan el calentamiento global.

Todo parche, claro, cuando no directamente cuento. Capturar el carbono y enterrarlo, quemar maíces en lugar de dinosaurios, fertilizar el mar para hacerle una zancadilla a la naturaleza, acordar en protocolos que piden lo imposible: que el capital deje de arruinar y de arrasar para multiplicarse siempre hasta el paroxismo.

Entonces antes fue Kyoto que nunca logró la aceptación del mayor productor de dióxido de carbono del planeta, y a partir de diciembre habrá seguramente un Protocolo de Bali, porque en Bali, Indonesia, será la próxima reunión, y seguramente ese nuevo protocolo impondrá objetivos más exiguos que a lo mejor quién sabe, los estados se dignen aplicar.

Y a lo mejor ni eso, porque en el mundo de la ganancia individual el interés colectivo es siempre secundario, poca cosa, algo útil nada más que para la publicidad. Si a los que ganan plata quemando energía les sigue conviniendo fabricar un mundo que queme energía, así será, y si el calentamiento viene, mala suerte. Y eso sólo podría ser distinto en un mundo en el que las personas - no la plata - decidan qué producir y de qué modo, en el que las personas - no las necesidades de la ganancia - decidan racionalmente cuanta energía consumir para que no se nos queme el rancho.

"La lucha contra el calentamiento global está fracasando" dirán los diarios y habrá que decir que sí, que en este mundo ese fracaso es inevitable, y que decir eso es apenas otra forma de decir que es el capitalismo, el que está fracasando.


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