Breves de sábado (01/12/07)

La abrumadora mayoría

por Enzo Vicentín

El martes pasado, la Universidad Nacional del Litoral se reunió, en Asamblea Universitaria, para elegir al reemplazante para el ex-Rector y ahora intendente electo Mario Barletta. El elegido, Albor Cantard, actual Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, completará el mandato que deja Barletta y que finalizará en el año 2010. La Asamblea Universitaria, para quien no esté al tanto, es el órgano superior de la Universidad en la cual participan los docentes, graduados, estudiantes y no docentes de la Universi

La noticia habla de números rotundos: el 94,25% de los votos a favor de la candidatura de Cantard, 164 votos a favor, 1 en blanco y 9 nulos. Contundente, ¿no? Parecería que la "abrumadora mayoría" que votó a Cantard no es un fenómeno reciente. Es la misma mayoría que hace años había votado a Barletta, y antes a Storero. No específicamente las mismas personas, pero si el mismo sistema. El problema de esa "abrumadora mayoría" es que es muy poco representativa de la comunidad universitaria. En primer lugar, el sector docente tiene el 50% de los votos en cualquier órgano de gobierno en la Universidad, incluida la Asamblea Universitaria. Pero ni siquiera son todos los docentes los que tienen ese espacio, sólo lo tienen los profesores que accedieron a sus cargos por concurso, y los concursos más que ser la regla son la excepción en la UNL. El criterio político es el que determina la apertura de concursos a cargos docentes, los méritos académicos quedan supeditados a la funcionalidad del docente con el gobierno de la Universidad. El segundo problema es que la desigual representación que tienen los 4 sectores que componen la Universidad genera absurdos para una institución que se autoproclama democrática: 29650 estudiantes votaron por 51 representantes estudiantiles, mientras que 488 docentes titulares votaron por 81 representantes de ese cuerpo. O sea, por cada 6 votos de docentes titulares hay un consejero docente titular, en cambio por cada 581 votos estudiantiles hay un consejero estudiantil. En la democracia liberal que la burguesía impuso como forma de gobierno, cada persona vale un voto, y la igualdad es el principio del sistema. En la Universidad argentina, y en la Universidad del Litoral en particular, no solo no hay igualdad sino que con enorme cinismo se habla de un gobierno democrático.

El "democrático" gobierno de la UNL se renueva mediante elecciones, como la del martes pasado, donde los asambleístas votan, pero poniendo su firma junto al voto. O sea, el voto es público, y los únicos que acceden a esa información son justamente las autoridades de la Universidad. Hablar de voto público en el 2007 podría ser una tomada de pelo, pero no es así. En la Universidad no hay voto secreto, y quien quiera votar en contra de la conducción radical de la UNL sabe que esa información puede ser usada en su contra. Teniendo en cuenta la desigual representación en el gobierno universitario, entre los radicales orgánicos y los que votan por conveniencia, se hace casi imposible el surgimiento de una oposición. Deberíamos hablar entonces, de que la "abrumadora mayoría" está mediada por un sistema de gobierno antidemocrático, y por un sistema de votación propio del siglo XIX. Más abrumadora que la mayoría es la ficción de la democracia universitaria.

Cantard fue elegido en una Asamblea Universitaria en la cual las barras del Paraninfo fueron llenadas por la burocracia de las facultades, siempre dispuesta a aplaudir toda frase de Barletta. Los estudiantes que se oponen a la conducción de la UCR en la UNL fueron objeto, una vez más, de medidas de seguridad y controles excepcionales que no se aplicaron a casi ninguno de los restantes asistentes. Las mentiras, las dilaciones, las trabas impuestas por el cuerpo de seguridad, quisieron pero no lograron impedir el ingreso de estos estudiantes al recinto donde se desarrolló la Asamblea. Para algunos medios que tomaron la noticia, se trató de "un minúsculo grupo de estudiantes opositores" que tenían como objetivo "suspender la asamblea" mediante la irrupción violenta. Barletta y la prensa de la UNL se quieren lavar las manos, y la cara, y nada dicen acerca de los golpes que recibieron algunos estudiantes, de las mentirosas razones de los encargados de la seguridad o de las medidas de seguridad que se aplicaron a quienes están en contra de que la Universidad sea un trampolín político para candidatearse a Intendente. Sin ir más lejos, el nuevo Rector Cantard fue presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Derecho en el año 1986, luego presidió la Federación Universitaria del Litoral (que agrupa a todos los centros de estudiantes) en el año 1988. En el año 98 fue nombrado presidente de la obra social de la UNL, dos meses después entra a la cátedra Derecho Laboral como jefe de trabajos prácticos. Tres ascensos consecutivos lo convirtieron en profesor titular en el año 2005, y ese mismo año fue electo Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas. Hoy es el nuevo Rector de la UNL. El pasado de Cantard confirma que en la UNL se comienza militando en la Franja Morada para después conseguir un "puestito", que después es un "puesto", o un cargo de mayor importancia, y así se puede llegar derecho al Rectorado. El ascenso de este exponente muestra la estructura que el radicalismo tiene montada en la UNL. Después de ver la trayectoria de Cantard, y de muchos otros que fueron parte de la Franja Morada hace 10 o 15 años y que hoy son diputados, concejales secretarios de Barletta en la Municipalidad, queda claro que el minúsculo grupo no es el de los estudiantes que se oponen a la conducción de la UNL, el minúsculo grupo es el que conduce a la Universidad, que nace desde los centros de Franja Morada y sube hasta ocupar todos los cargos de la gestión. La minoría partidaria que tiene copada la Universidad nunca querrá que la democratización llegue, porque de esa manera el peso de las minoría se licuaría en la participación auténticamente democrática de todos los integrantes de la comunidad universitaria. Mientras tanto, la carrera dentro del Partido Radical premia a algunos obedientes militantes como el nuevo Rector Albor Cantard.


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