Prohibido desentonar Por Ariel Espinaco La Plata es una ciudad increíble. Se las recomiendo. Si no la conocen y tienen la oportunidad, no la pierdan. Pueden ver una Catedral espectacular, muchísimas plazas hermosas, mucho verde, mucho árbol, un bosque increíble, un enorme museo, un zoológico, centros culturales. Todo esto en un trazado pensado de principio a fin. Un cuadrado con puntas redondeadas, una avenida cada seis calles en cualquier sentido que se recorra, una plaza en cada lugar donde se cruzan dos avenidas, dos diagonales principales y algunas diagonales más, perfectamente distribuidas para no perder la simetría. Todas calles, por otro lado, perfectamente numeradas del 1 al 120. Una enorme y hermosa plaza central, que por si quedaba alguna duda está en el centro geográfico de la ciudad. En el centro de la cual se puede ver la Piedra Fundacional, y dirigiéndonos a las esquinas cuatro fuentes simétricamente distribuidas que representan a cada una de las cuatro estaciones del año. Enfrente de la plaza se erige la Catedral de la Inmaculada Concepción, “El Mayor Templo Neogótico de Sudamérica” según todos los folletos que distribuye la Municipalidad, que se empezó a edificar en 1884, y recién en 1999 (no, no hay error de ¿imprenta?) se terminó con la edificación de las dos enormes torres que la coronan, desde una de las cuales se puede ver el perfecto trazado de la ciudad. Y cruzando la plaza en línea recta, encontramos el también hermoso aunque no tan imponente Palacio Municipal. Dos edificios perfectamente simétricos. Desde la Catedral, sita en calle 14, hasta la Avenida 1, en el sector comprendido entre las Avenidas 51 y 53 (sí, hay dos avenidas que no se separan por seis cuadras, pero no te preocupes que mirando un mapa descubrís que se mantiene la simetría) se encuentra el Eje Fundacional, que comprende los principales centros administrativos tanto provinciales como municipales, y el gran Teatro Argentino, que a la espalda del Palacio Municipal comparte la monumentalidad y la simetría con los edificios citados pero tiene una pequeña diferencia, es, como decirlo… horrible. Es imposible perderse, a no ser que no estés acostumbrado a las diagonales y desemboques en una de ellas (algo que, resignate, va a pasar). Pero con el tiempo y la costumbre se soluciona. Además se puede saber sencillamente cualquier dirección, ya que es obvio que: ¿Cómo calcular la ubicación de una dirección?
A esto sólo hay que agregarle que la mayoría de las 25 plazas que se encuentran en la ciudad poseen a su alrededor una numeración propia, baste saber como ejemplo que el Hotel Del Rey (no, no pagan el chivo, aunque podrían, no?) se encuentra en Plaza Paso Nº 180. Con todo esto supongo que nadie discutirá que cualquier boludo con un doctorado en matemática se ubica sencillamente en esta ciudad que tan bien pensaron hace ya más de 126 años Dardo Rocha y un grupo de urbanistas comandado por Pedro Benoit y no tiene que andar sabiendo que después de Mendoza viene Salta, que Suipacha es la misma calle que Salvador Caputto, que Boulevard Gálvez está al 3500, o cosas por el estilo que le complican la vida a cualquier cristiano. Si uno recorre la ciudad se encuentra no sólo con las tan citadas plazas sino también con muchos centros culturales, en los que el Gobierno Municipal organiza distintos eventos, especialmente los fines de semana y distintas muestras durante todos los días de la semana. Pero después de recorrerla algunos días, uno empieza a encontrar que le falta algo (otro día discutimos si se puede encontrar lo que falta, por ahora, cédanme la licencia). Es todo tan lindo, las plazas tan limpias, tan verdes, la distribución tan bien pensada, la Catedral tan hermosa e imponente, pero algo falta. Lo primero que llama la atención es la cantidad de policías que se encuentran en la calle, encima tan bien distribuidos como las plazas, no se puede recorrer una cuadra sin ver un policía en cualquiera de sus presentaciones: caminando, a caballo (no, no quiere decir que tienen un huevo en la cabeza), en bicicleta, en moto, en patrullero… como sea. Pero no es sólo eso, falta otra cosa, falta algo así como, no se… es todo tan cuadrado, tan armonioso, que parece faltarle, no se... libertad. Da la impresión de que en la ciudad es todo oficial, de que la gente no crea la ciudad sino a través de sus representantes, no crea arte sino a través de sus representantes. El arte está destinado a los centros culturales, la mayoría de ellos oficiales, y hay muy pocos lugares a los que llevar arte que no esté debidamente institucionalizado por el gobierno. Hay un lugar para correr, un lugar para vender, un lugar para gobernar, uno para mostrar arte, que no puede desentonar, nada puede estar fuera de lugar. Entonces se descubre porqué hay tantos policías, tanta ley en todos lados, porque no se puede crear un cuadrado donde va un círculo, un rombo donde va un triángulo, una figura sin forma definida… en ningún lado, un boulevard donde va una calle, un bar donde va una plaza, festejar sin excusa, apretar el pomo si no es carnaval. Es una ciudad casi perfecta, pero a la perfección le falta algo, le falta, supongamos… vida, la vida que está en las imperfecciones, que en esta ciudad están reducidas al mínimo. Las imperfecciones del arte y de la creación, inclusive de la ciencia, que no llega nunca a la verdad, a pesar de que lo intente y muy a pesar del positivismo (aunque se acerque asintóticamente, porque yo no seré doctor en matemática, pero cuidado que me ubico bastante bien, eh?) que suponen que la perfección es simétrica y que no hay ni puede haber ciudad mejor diseñada que esta ciudad de La Plata y que no hay figura más hermosa que una figura perfecta. De todas formas, no se dejen llevar por esto, si uno trae una vida armada, completa y perfecta como las que no existen, acá (acá es La Plata) puede encontrar un lugar en el cual esa perfección sea poco atacada por las imperfecciones, donde la rutina no tiene porqué chocar contra nada inesperado ni fuera de lugar, donde no va a encontrar un cuadrado donde va un círculo, un rombo donde va un triángulo, una figura sin forma definida… en ningún lado, un boulevard donde va una calle, un bar donde va una plaza, alguien festejando sin excusa o apretando el pomo si no es carnaval. Pero no sé por qué supongo que tu vida, como la mía, no encaja en esa definición. Opiná sobre este tema |
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