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Agnes de Dios Por Javier González "Dios y yo hicimos un trato. Por cada foto que me toman él libera un alma del purgatorio. A ese ritmo, el purgatorio va a quedar vacío". Días atrás el Papa Juan Pablo II, seguramente en una de sus últimas acciones en el cargo, procedió, en un multitudinario acto con 300.000 personas de todo el mundo, a beatificar a la albanesa Agnes Gonxha Gojaxhiu. Presentada de esta manera, la noticia parecería referir solamente a una nueva e ignota beatificación, pero si se tiene en cuenta que Agnes no es otra que la Madre Teresa de Calcuta, la cosa cambia. Nacida el 22 de agosto de 1910 en Skopje, actual capital de Macedonia e hija de un "acomodado constructor local" con sólido pasar económico, Agnes tomó los hábitos a los 21 años de edad. Ya con 32 agostos a cuesta y establecida en la India, funda la Congregación Misioneras de la Caridad, organización dedicada a la noble tarea de "recoger moribundos de las calles de la India". La Congregación fundada por la ahora beata Agnes cuenta en la actualidad con 15.000 religiosas diseminadas en 424 casas de 95 países. Agnes, fallecida en 1997 a los 87 años fue galardonada con el Premio Nóbel de la Paz en 1979, premio que han recibido también otros "benefactores de la humanidad" como Lech Walesa, los Cascos Azules, Gorbachov, Jimmy Carter, la OIT y el asesino serial y multiracial Henry Kissinger. Se adelantó la regla El proceso mediante el cual se procede a beatificar una persona, es decir definir que una persona fallecida puede ser objeto de culto, es bastante largo, dado que una comisión de expertos del Vaticano debe probar la realización de algún milagro por parte del candidato/a. La regla establecida por el Derecho Canónico dispone que sólo después de cinco años de fallecida una persona puede iniciarse este proceso. Contradiciendo claramente esta disposición, por orden del Papa, el proceso de beatificación de Agnes se inició en 1999, a sólo dos años de producida su muerte. Luego, el 20 de diciembre de 2002 se aprobaron los decretos sobre la "heroicidad de las virtudes y sobre el milagro obtenido por su intercesión". Para la Iglesia Católica, un milagro consiste en un "hecho que no puede explicarse por causas naturales y que se atribuye a una intervención divina". El milagro atribuido a Agnes es la curación de Monika Besra,
La documentación reunida para probar el milagro de Agnes ocupó 76 volúmenes de 450 páginas cada uno, es decir 34.200 páginas que prueban "científicamente" que un tumor de abdomen puede sanar por su invocación y mediante el "poder de la oración". El circo romano La beatificación de Agnes fue un verdadero circo romano. 300.000 personas abrazadas por las columnatas de Bernini, el genial arquitecto de la Inquisición, presenciaron como un grupo de mujeres indias vestidas de verde y naranja danzaban un rito litúrgico llamado Arati, esparciendo pétalos desde bandejas en las que se quemaba incienso. Posteriormente cientos de sacerdotes se dispusieron a dar la comunión a los fieles, y para que pudieran ser identificados abrieron otros cientos de paraguas blancos. La gran fiesta en la cual Juan Pablo II calificó a Agnes como a "una mujer pequeñita enamorada de Dios", culminó con un paseo del sumo pontífice en un Jeep, que para no desentonar también era blanco. A beatificar, a beatificar, que la tierra es nuestra y mía también... Escrivá de Balaguer fue el fundador, en 1928, de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y del Opus Dei. Esta organización que persigue como fin: "preparar integralmente a sus miembros para situarlos en puestos de privilegio dentro de instituciones públicas y privadas de manera de asegurar la hegemonía católica", ha tenido gran difusión en nuestro país y ha servido fielmente a la nueva política que Karol inauguró con su papado: la reorientación de la Iglesia Católica hacia posiciones mucho más conservadoras. Consecuente con sus fines, el Opus Dei está presente en casi todos los poderes del estado, tanto nacional como provincial. Basta pensar en un angelical Gustavo Béliz, ayer escribiendo los engañosos discursos del corrupto Menem, hoy funcionario de Kirchner. Y por el lado de Santa Fe podríamos indagar por Storni, Obeid y la Corte Suprema. Las beatificaciones de Agnes-Madre Teresa y de Escrivá de Balaguer persiguen como objeto que se naturalicen las diferencias sociales, que no se cuestione al sistema que las produce. Lo que intentan vendernos es que la existencia de ricos y pobres es una condición natural de la humanidad y por eso intentan imponernos estos "modelos de conducta", íconos de la bondad, símbolos de un hacer que no busca cambiar la realidad sino que siga tal cual es, aceptando mansamente como inevitable la "explotación del hombre por el hombre". Izquierda y religión
"-No podemos oponernos", dijo uno de los presentes. El filósofo italiano Gianni Vattimo, que en los 70 adhería al marxismo revolucionario y en los 80 se pasó al posmodernismo, realizó a mediados de los 90 una importante crítica al conjunto de la izquierda por no discutir la religión. "En Italia, en todo occidente ya no hay anticlericalismo, hay un respeto recíproco de dos zonas que se ignoran", decía. El reclamo de Vattimo No obstante lo acertado de las críticas de Vattimo, el artista plástico y teórico de la cultura León Ferrari ha sido una excepción. Hablando de la religión en general y en particular del cristianismo, expresó en un reportaje publicado en la revista Fin de Siglo (mayo 1988): "La idea del monoteísmo es una idea fascista: el dios que es único. No tenés elección, es el Dios terrible e ineludible". "De todas maneras, cualquiera de ellos (en referencia a Videla y Hitler) nunca podrán alcanzar el grado de crueldad de Cristo, cubierto con ese disfraz de bondad está constantemente con la amenaza del infierno....hasta los campos de concentración de Hitler desaparecen ante la eternidad de la tortura del fuego de ese campo de concentración a dónde irá a parar la gran mayoría de toda la humanidad presente, pasada y futura, por no amar a Cristo. Ninguna masacre humana puede compararse con las matanzas de Jehová". Final y coda Cuando se planteó la necesidad de decir algo sobre la beatificación de la Madre Teresa de Calcuta, un compañero nos decía: "ojo! No critiquemos porque ninguno de nosotros sería capaz de dar la vida, de invertir nuestras vidas en los pobres. Lo de la vieja es admirable. Todos deberíamos ser como ella". En la editorial número 62 de la versión radial de El mango del hacha, Miguel Espinaco expresaba algo que contesta a este tipo de afirmaciones: "Pobres siempre hubo, excluidos sociales, marginales, lúmpenes, delincuentes potenciales, es como una ley natural, sin gente pobre Cáritas no tendría sentido, sin pobres la madre Teresa de Calcuta hubiera tenido que desplegar toda su "inmensa bondad" en un curso de corte y confección. Pobres siempre hubo y está bien que los haya, los pobres justifican a todas las Eva Perón y a los Farinello de este mundo". |
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