No entiendo
Por Enzo Vicentín
No entiendo. No se puede dejar al lobo cuidando las ovejas, así como tampoco se puede dejar a una comadreja el cuidado de unas gallinas. Hay muchas cuestiones en la realidad que son imposibilidades. No se puede saltar sin caer, por ejemplo. En estos días, en que la seguridad es noticia en todas partes, mejor dicho la falta de seguridad, en mi barrio se juntaron muchos vecinos aterrados porque sufrieron amenazas de muerte de parte de delincuentes. Pensaba mientras escuchaba sus testimonios en el terror, ese gran terror que los argentinos y los latinoamericanos en general arrastramos desde hace tiempo. Pensaba en cómo estamos profundamente perforados por el terror. Por ejemplo, algunas personas impidieron a una cámara de televisión tomar imágenes de la reunión porque no querían que enfoquen sus rostros. Pensaba luego en que el tema de los robos y la inseguridad divide tajantemente a los que la vivieron en carne propia de los que, por suerte, no tuvimos esa experiencia en las dimensiones que nos cuentan aquellos que tuvieron un arma en la cabeza. Pensaba en que es terriblemente difícil el intento de enfocar hoy por hoy la seguridad desde una perspectiva que abarque sus causas estructurales, y que es casi imposible discutir con personas que te dicen que sus hijos están amenazados y si algo les pasa a ellos, serían capaces de salir con sus armas a "cazar" delincuentes. Luego pensaba en cómo ha cambiado la valoración que muchos tienen sobre los pobres de este sistema. Un año atrás, por lo menos había solidaridad en los reclamos de piqueteros por ejemplo, o volviendo al caso de la seguridad, se podía hablar sobre las cuestiones estructurales de la delincuencia con cierta aceptación y entendimiento. Hoy mucho cambió. Y se desliza peligrosamente un discurso represor por toda la sociedad no pobre. Se desliza y pasa sin críticas, que es lo más preocupante. Pensaba después en que la policía es experta en jugar el rol de victima en este tema, de hacer de "pobrecito", de posicionarse como aquel luchador que está dispuesto a pelear pero necesita que le desaten las manos. Ellos dicen que tienen toda la voluntad de actuar, es decir de reprimir, pero que las leyes o los políticos no los dejan, y lo más triste es que muchas personas asentían con sus cabezas cuando el policía que no sé quien es pero que ahí estaba les explicaba eso con cara de serio. Después de pensar todo eso, y después de escuchar los pedidos de la gente a la policía para que garantice la seguridad en el barrio, después de eso recordé la metáfora. Así como no se puede dejar que el lobo cuide las ovejas ni que la comadreja cuide a las gallinas, aquí tampoco se puede. No se puede acudir a la policía para que solucione el problema de los robos, las drogas, la prostitución, los asesinatos, etc, etc, etc. No es una paradoja. Es una imposibilidad.
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