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La candidata

Por Javier González

     La candidatura -promovida por el presidente Kirchner- de Carmen Argibay a ocupar el cargo dejado vacante por Guillermo López en la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha traído muchas viejas polémicas, muchas más que las provocadas con el ingreso de Zaffaroni al "magno" Tribunal.

     El pensamiento liberal consagra la independencia del sistema judicial con respecto a los restantes poderes del estado. Independencia en papeles que choca contra la realidad, muy diferente, de instituciones políticas que actúan mancomunadamente en la defensa y reproducción del sistema. Esta realidad dista tanto del imaginario del pensamiento liberal como de la visión mecánica de algunas izquierdas que conciben a la burguesía como una entidad homogénea, monolítica.

Menem lo hizo

     La inestabilidad política, los vaivenes, la sucesión de golpes militares y débiles democracias que se dio a partir de 1930 también repercutió en el Poder Judicial. Sólo a partir de Menem pareció alcanzar cierta estabilidad engañosa, al igual que la economía y la democradura.

     El capitalismo menemista, apoyado en la internacionalización burguesa, buscó crear una Corte a su imagen y semejanza.

     En su libro "Hacer la Corte, la construcción de un poder absoluto sin justicia ni control", el periodista Horacio Verbitsky señala las posibilidades que una Corte adicta brindó a Menem:

  • garantizar la aplicación de decisiones globales vinculadas con la reforma administrativa y el desguace del Estado (como la enajenación de empresas públicas en cualquier condición, la concesión de rutas ya construidas mediante el impuesto para su explotación privada por peaje, la supresión de los convenios laborales, o la convalidación del congelamiento de depósitos en cuentas bancarias);
  • circunvalar al Congreso con la firma de más decretos de necesidad y urgencia que todos los gobiernos anteriores en un siglo y medio juntos;
  • avanzar sobre el disciplinamiento de órganos jurisdiccionales o de control de gestión administrativa, mediante el nombramiento o la cesantía por decreto de funcionarios cuyos cargos requerían acuerdo del Senado;
  • zanjar en su favor todas las disputas derivadas de resultados electorales dudosos, tanto en comicios generales como en internas partidarias;
  • arramblar con las autonomías provinciales cada vez que ello resultara conveniente a sus propósitos en materias políticas o económicas;
  • impedir comicios en sindicatos donde la conducción adicta a la línea oficial corriera algún riesgo;
  • invadir la esfera de decisión propia de las Universidades Nacionales;
  • interferir en la línea editorial de las empresas periodísticas;
  • hostigar a personas antipáticas al Jefe Supremo de la Nación.

     La década del 90 hizo empalidecer a la corrupción de la década infame.

     Para llevar adelante su proyecto político, el peronismo necesitó legislar mediante decretos justificados en razones de necesidad y urgencia.

     La Corte Suprema de Justicia fue servicial a la nueva recomposición capitalista que se dio en los 90,

Asimetrías

Asimetrías

     El edificio de los Tribunales de Santa Fe se parece a todos los edificios institucionales. Su ubicación, su escala, la rígida simetría y el fuerte ritmo de sus ventanas, hacen que la lectura sea rápida: no puede ser otra cosa que un edificio institucional. Sus amplias escaleras revestidas en mármol reciben por igual a todo el mundo: víctimas y victimarios, profesionales, doctos y analfabetos, pobres y ricos. Pero una vez dentro las cosas cambian. El subsuelo y solo una de las alas de la planta baja son las destinadas a los pobres.

     El subsuelo es oscuro, frío, sucio. Sus paredes muestran las huellas del paso de los años.

     "Acá necesitamos una ventana" dice una empleada judicial de uno de los tantos juzgados que se llenan de pobres, mientras indica de qué sencilla forma se podría romper la pared para colocar un ventiluz nomás de aluminio que seguramente concitaría el fuerte enojo de la Comisión de Patrimonio Arquitectónico. "Necesitamos la ventana porque acá viene lo peor de lo peor, la gente bruta, los negros de mierda. Ojo que no soy racista, pero esta gente no sabe lo que es el baño, bah... no tiene el hábito de bañarse como nosotros y el olor es insoportable. En verano más o menos lo pasás porque dejamos todo abierto pero en invierno es insoportable, yo me descompongo y si no los hago salir y los hago esperar en el pasillo porque no se aguanta el olor", dice y se ofusca mientras sigue explicando que un ventiluz de aluminio nomás soluciona todo. El primer piso no es para todos. Unas puertas de blindex cierran el acceso al sector donde se encuentra la Corte Suprema de Justicia. Un gordito,algo desalineado, es el encargado de contestar que el ministro tal no lo puede atender en este momento porque está en una importante reunión. Es también el encargado de abrir la puerta y saludar con un "buen día,doctor, como está hoy" el paso de los ministros de la corte que puntualmente ingresan a las 9:00 hs.

     El abogado del Lole, el primo del Lole, la primer militante del Lole, el ministro del acuerdo Usandizaga-Reutemann, el preferido de la Iglesia y el amigo de Reviglio lo saludan.

que atacó con suma violencia a la clase trabajadora y sus organizaciones arrasando con derechos conquistados en años de lucha, y fue fundamental para legitimarla.

La cacerola lo deshizo

     El movimiento de diciembre de 2001 marcó el final de este proyecto. Los sectores ligados a la pequeña burguesía y al progresismo maniatados con el famoso corralito, pusieron en el centro de sus críticas y reclamos a la Corte Suprema de Justicia. No obstante, la resistencia de los corruptos ministros duró hasta el 2003 cuando el Kirchnerismo cerró filas detrás de su proyecto depurador.

     El nuevo contexto marcado a fuego por el "fracaso" menemista y la movilización y protagonismo social que tuvo su punto más alto en el llamado "argentinazo" encuentra a Kirchner haciendo un llamamiento a reconstruir la burguesía nacional.

     La nueva Corte de Justicia no tendrá -seguramente- las características serviles de la anterior, y sus ministros elevaran -sin demasiado esfuerzo- la capacidad intelectual de un Nazareno o un Moliné O´Connor, pero seguramente esta nueva Corte Suprema de Justicia será la que mejor sirva al momento actual.

Preservativos contra el ateísmo

     Las controversias en torno a la candidatura de Carmen Argibay, las anécdotas generadas a partir de la decisión del presidente Kirchner, no esconden sino lo que cada grupo en pugna posee en su imaginario en cuanto a la sociedad y sus instituciones.

     De Argibay se rescatan -desde el progresismo- su formación, intelectualidad, historia militante, sus posturas sobre género y su honestidad dejadas de manifiesto cuando se definió como una "atea militante" y expresó su apoyo a la legalización del aborto.

     Estas posiciones son las que irritaron sobremanera al amplio espectro de la derecha argentina, fundamentalmente a la Jerarquía de la Iglesia Católica.

     Así, el Obispo de la Diócesis SAN ROQUE DE PRESIDENCIA ROQUE SÁENZ PEÑA, en la Provincia del Chaco, Mons. José Lorenzo Sartori, fue uno de los primeros en manifestar su oposición a esta candidatura.

     En una carta dirigida al opusdeísta Gustavo Béliz, el obispo manifestó su oposición ante las expresiones vertidas por Cármen Argibay en un reportaje concedido a la revista Veintitrés. "Las expresiones transcriptas, resultan violatorias al derecho a la vida que tiene toda persona por nacer, y que, en nuestra legislación tiene protección integral desde el momento de la concepción", dijo el enojado sacerdote. Las declaraciones que provocaron el encono del obispo fueron las siguientes:

"…No, nadie es abortista… En primer lugar, yo creo que la mujer tiene la necesidad y el derecho de decidir sobre su propio cuerpo. En segundo lugar, si a mí me garantizan que va a haber una educación sexual para que todas las chicas que recién empiezan tengan la posibilidad de decidir si quieren tener un hijo o no, entonces mantendría el aborto como delito. Mientras eso no ocurra, creo que todos somos responsables de esos chicos y de esas madres adolescentes -porque los padres generalmente se borran-, de manera que no creo que haya que hacerlas cargar con esa cruz toda la vida…"(…)

     Después de estas declaraciones de Argibay, la Iglesia Católica movilizó rápidamente a sus organizaciones más conservadoras a fin de impedir su ingreso a la Corte Suprema.

     La organización Pro-vida, de lucida acción contra anticonceptivos y abortos pero muda durante la dictadura genocida, las picanas y el gatillo fácil de la policía y la profusión de curas abusadores, invalida a Argibay "porque es soltera, sin hijos, partidaria del aborto y atea militante".

     La campaña inquisidora contó en estos días con el generoso aporte del Arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo quien manifestó su disconformidad con la postulación de esta abogada. "No debería ocupar un cargo en la Corte", dijo un preocupado Arancedo. Inconsecuentes con sus preocupaciones, Arancedo (que en Mar del Plata sufrió varios escraches de ofuscados padres, por sostener a un profesor abusador en un Colegio católico) y los demás obispos jamás salieron públicamente a oponerse a la presencia de un Nazareno o un Moliné O´Connor ni manifestaron su preocupación por el cargo ocupado por un abusador de sotanas en la más alta Jerarquía eclesiástica.

Coito interruptus
"Las instituciones son ciertamente funcionales en tanto que deben asegurar necesariamente la supervivencia de la sociedad considerada". Cornelius Castoriadis, La institución imaginaria de la sociedad.

     El error de muchos trabajadores que depositan sus esperanzas en Argibays y Zaffaronis consiste en que el problema no es sólo de nombres sino fundamentalmente de instituciones. Instituciones que genera el mismo sistema de opresión, instituciones capitalistas que garantizan la dominación de clases y consagran, "institucionalizan", naturalizan la propiedad capitalista y la relación trabajador-capitalista.

     Si bien es cierto que la nueva Corte no tendrá las características menemistas, por más jueces progresistas, feministas o garantistas que la integren, su esencia no se modificará y seguirá consagrada a sostener la explotación capitalista.

     En cuanto a Kirchner, su proyecto depurador obedece a la necesidad de recomponer las instituciones burguesas totalmente cuestionadas y deslegitimadas en diciembre del 2001, alejando el peligro insurreccional.

     Kirchner busca cambiar el "modelo", si, pero para perpetuar el sistema.

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