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El Gran Bonete

Por Miguel Espinaco

     La Nación dice que mandó 500 millones y que los tiene la Provincia. ¿yo señor? No señor. ¿Pues entonces quién los tiene? Parece un juego, pero el asunto no es broma. Quinientos millones de pesos es mucha plata.

     Si los números que manejan los políticos ya no llegan a impresionarte miralo escrito así: $ 500.000.000. Demasiados ceros, no? Sin embargo, la cuestión del tamaño de la abultada cifra parece haber sido empujada a segundo plano sin más ni más.

     El superhabitado mundillo de las declaraciones y de los análisis políticos parece haber firmado un acuerdo secreto para que el temario gire alrededor de las operaciones políticas, de los chanchullos y de las zancadillas que nuestros supuestos representantes acostumbran a vivir haciéndose. El por qué se dice lo que se dice se convierte, de ese modo, en la pregunta del millón, una pregunta que se va agotando mientras los días pasan y la verdad sobre los millones es oportunamente relegada a la categoría de anécdota.

     Si no fuera por la fuerza de la costumbre este mecanismo nos resultaría bien sorprendente. Se ve claro que sería mucho más sencillo mostrar los registros bancarios que aclararan las transferencias que el kirchnerismo afirma que hizo y que el reutemismo jura no haber recibido. Quinientos millones - suponemos - dejan muchos papeles firmados, anotaciones en los presupuestos, y huellas lo suficientemente grandes en las computadoras de los bancos.

"Una charla política"

     Primero fue el estupor, la sorpresa pública, las preguntas que surgían naturalmente cuando se escuchaba la noticia: ¿qué hizo Reutemann con los quinientos millones que le mandaron? ¿será cierto? En un par de semanas, la confusión había sido instalada con todo éxito, al punto de que ya casi nadie se acuerda de la fabulosa cifra en cuestión, convenientemente aplastada debajo de transversalidades, operaciones políticas, chicanas, pedidos de informes oportunistas hechos a las apuradas para conseguir apariciones periodísticas, elucubraciones y amenazas.

     "Sobrevuela la idea de que Reutemann condiciona la administración de Jorge Obeid, al punto que le impide a Kirchner pensar en Santa Fe para su proyecto político estratégico." escribía Eduardo Van der Kooy en una nota la semana pasada. El editorialista de Clarín analizaba de esa forma el conflicto por los quinientos millones omitiendo, justamente, hablar de los quinientos millones. De la misma forma, la revista TXT en una nota firmada por María Fernanda Villosio resaltaba que "la pelea del Presidente con el ex gobernador por los fondos para los inundados fue sólo la expresión pública de una disputa llamada a convertirse en un clásico."

     El reutemismo - nadie más interesado que ellos - jugó también todas sus fichas a eclipsar la comprometedora marca del dinero detrás de las chicanas.

Trato hecho

     El martes, 24 horas después de la reunión que mantuvieron con el Jefe de Gabinete, los ocho diputados nacionales del justicialismo santafesino fueron a rendirle cuentas al "Lole" sobre su gestión de amigables componedores con el gobierno nacional.

     Ratificando aquello de que no se habló de números sino más bien todo lo contrario, Pedro González - uno de los diputados de la tropa reutemista - contó a la prensa que para él "Fernández se manejó muy bien. Nos dio una buena explicación y todos quedamos muy conformes porque fue una reunión positiva" , al punto que ya están pensando en un actito conjunto para que el presidente y el ex gobernador aparezcan juntos en una foto.

     ¿Sobre los quinientos millones? Ah, sí, González comentó muy contento que el asunto es ya "un tema terminado y que no se habla más de los fondos."

El senador provincial Ricardo Spinozzi se quejó de que "pretenden conformar una corriente nacional, y para hacer pie en Santa Fe están utilizando mecanismos para desprestigiar a Carlos Reutemann", la diputada María del Carmen Alarcón sostuvo que "hay un ataque directo a la persona de Reutemann y no lo comprendemos".

     El gobierno nacional - bien lejos de aquella fábula sobre las nuevas formas de hacer política - se dedicó también a ocultar el tema del dinero detrás de las chicanas: "Reutemann tuvo muchas ocasiones para asumir liderazgos. Y nunca se animó" dijo como al pasar Alberto Fernández en TN, mientras Jorge Busti era mandado a declarar que el ex gobernador santafesino estaría encabezando un renovado "polo menemista", y el mismísimo Presidente reducía mágicamente la cuestión a un problema de celos políticos afirmando en su visita a la Provincia que "no hay que pelearse por quién puso un peso más o un peso menos".

     El actual gobernador Jorge Obeid - en tanto - se dedicó a hacer equilibrio poniendo "paños fríos" para que "los conflictos bajen el tono y podamos gobernar de la mejor manera posible". Su intento de mantener una doble alianza - con Kirchner y con Reutemann - lo llevó a balbucear explicaciones que lindan con el ridículo: para él se trata de malentendidos, "de los mismos números con distintas ópticas". Para demostrar una vez más que la memoria de esta gente es una cuestión de conveniencias, omitió cuidadosamente que no hace más de un mes atrás se quejaba de la ausencia de una cifra similar: "los 400 millones de pesos que me dejó Reutemann son como las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein: nunca aparecieron" dice La Capital del 8 de febrero pasado que el gobernador repetía con ácida ironía a quien quisiese escucharlo.

     Quizá quien mejor logró sintetizar el operativo ocultamiento que se desarrolló durante estas semanas fue el diputado silolista Jorge Giorgetti. Después del encuentro que tuvieron con el Jefe de Gabinete el lunes pasado aclaró que "no hablaron de números" porque se trató de "una charla política".

¿Y la plata?

     Entre tanto parloteo mediático se barajaron algunos números. El reutemismo se plantó en los 142 millones, Alberto Fernández dejó caer un número exacto hasta la exageración: $ 490.512.658, aunque después habló de unos 800 millones sin dar demasiadas precisiones. Obeid, desafiando a las matemáticas, afirmó que los dos decían la verdad. Los diputados "opositores" de la provincia, se dedicaron a ventilar subsidios - comunes en las épocas preelectorales - pero no pudieron arrimar a números tan grandes. Todos cumplieron apareciendo en los diarios y saturando el tema, pero la plata siguió sin aparecer.

     Obligados a realizar una tarea casi detectivesca (ya que nadie muestra algún detalle que sirva para precisar la verdad) hemos observado que cuando habla el gobierno nacional se refiere a deudas de la Nación, distintas obras públicas, incluidas la del sur de la provincia y el plan federal de control de inundaciones durante 2003, mientras que el reutemismo limita la cuestión a los aportes referidos a la catástrofe que supieron conseguir. El tema no es menor, porque esa puede ser una clave para deducir que el dinero sí existió.

     El 8 de mayo pasado, a días de la inundación, la Fundación Libertad de Rosario afirmaba que "el Gobierno nacional aportó en estos días, primero 8 millones de pesos, y ahora 150 millones, pero debe saberse que el Estado nacional le debe a Santa Fe 790 millones de pesos". El mismo día, los diarios informaban que el entonces presidente Duhalde - que visitaba la ciudad inundada - declaraba que "en relación a la deuda que mantiene la Nación con la provincia, dispuso el envío de 15 millones de pesos semanales" (Clarín 8/5/2003).

     De ser así, al haber transcurrido desde el 8 de mayo 43 semanas y fracción, estaríamos hablando de una cifra superior a los 600 millones de pesos, que la Provincia de Santa Fe habría recibido - aparte de los fondos habituales de coparticipación - en concepto de devolución de deudas. ¿Qué pasó con todo ese dinero?

     Los diarios cuentan también que no se usó para pagar deudas: "La provincia de Santa Fe firmó este importante acuerdo con la nación que implicará la refinanciación a cinco años de más de $200 M de las deudas impagas de los dos últimos años" informaba hace unos días El Consultor Web. Tampoco fue utilizada para corregir los retrasados salarios de los empleados públicos ni de los docentes, que reclaman un necesario aumento, ni para indemnizar seriamente a los afectados por la inundación. Los subsidios preelectorales a comunas "amigas" que se han ventilado por estos días no acumulan ni siquiera cifras cercanas a esta fenomenal cantidad de dinero que alcanzaría para financiar - por ejemplo - un aumento salarial 15 veces superior al que Obeid ha propuesto a los docentes por estos días.

     El hecho de que el grito en el cielo lo haya puesto nada menos que la Fundación Libertad - un grupo de presión que integra a los pesos pesados empresarios de Santa Fe - puede mostrar una pista para sospechar a dónde se fue la plata grande, a dónde recaló el exceso presupuestario con el que habría contado el saliente gobierno en su último año de gestión por estas tierras.

     Y claro. También ese hecho podría servir para explicar por qué nadie quiere hablar más de la plata, por qué todos prefieren jugar el viejo juego de la ventajita, del río revuelto, de la instalación pública de prestigios y desprestigios muy lucrativa cuando de juntar votos se trata, pero completamente inútil para que los "representados" nos enteremos de qué es lo que se hace con el dinero supuestamente público.



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