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Y to do pa sa Por Adrián Alvarado El pibe de 20 tiene dudas acerca de la capacidad de cierto sector de la sociedad para escoger productos culturales. El pibe de 20 hace 18 años que tenía 20, hoy tiene 38. Hace 18 años corría el año 1985 y ese pibe de 20 está pensando que a la gente si le dan mierda disfrazada de producto cultural se la morfa. El tipo de casi cincuenta le dice que eso no es cierto, la gente no pide pan y circo, eso es lo que ofrecen aquellos que responden a intereses muy interesados en seguir vendiendo carne podrida, dijo el tipo muy orondo, no Urondo no, orondo, señor. Ni una cosa ni la otra. El tema es muy discutido y además no es de eso que quiero escribir. Cuando ese pibe de 20 vuelve de Brasil con 34, después de un año de vivir en San Pablo piensa que su propio país, éste, se parece cada vez más al vecino, hoy con 38 está convencido que la Argentina se confunde con su par brasileño. Veo por la tele las comparsas que copan la calle Corrientes en Buenos Aires y pienso que la vida es un carnaval y febrero se llevó rumbo a la historia el cumpleaños número 80 de Celina Kofman, la Queca, madre de plaza de mayo con un hijo y una nuera desaparecidos. A más de cuatro se les ocurrió festejarle el aniversario y lo hicieron, alquilaron las instalaciones del club Esteban Echeverría, convocaron a gente de los derechos humanos, artistas, amigos, que organizaron un programa de actos casi organizado, con equipo de sonido profesional, locutora, micrófonos y guitarras. Hablaron los que tuvieron que hablar, pasaron un video prolijo, dijeron hasta la victoria, leyeron poemas de León Felipe, cantaron canciones de protesta y antes que empezaran a tocar Los Pichones de Riviere (banda vernácula, de acá, Santa Fe de la Vera Cruz, Argentina) el tipo del sonido va y me pone Celia Cruz, y sí, la vida es un carnaval, azúcar. Por si esto fuera poco, una porción notable de los invitados salieron a bailar mientras una atribulada maestra de ceremonias trataba que le dieran bola, el tipo del sonido, que es igualito a Gilberto Gil, el negro devenido en ministro de cultura de Lula, se ve obligado a bajarle el volumen a la finada Celia, y aquellos que salieron a bailar tuvieron que sentarse, mal dispuestos, a escuchar a Los Pichones. Anécdotas, boludeces, con las que también se nutre la historia. Esta sería la anécdota y Celina Kofman la historia. 80 años, madre de plaza de mayo que pasó y pasa mucho tiempo reclamando el esclarecimiento de dos ausencias. Nosotros sabemos de qué hablamos cuando decimos que a la historia argentina le sobran anécdotas, supongo que aquel tipo de casi 50 piensa que a alguien le sirve que así sea. Yo creo lo mismo. Las ausencias en este país se llaman desaparecidos y después del carnaval, después de febrero, viene marzo, el 24 de marzo de 1976, que se recordará un poco menos que el año pasado. En esa fecha, el 24 de marzo, se conmemora el golpe militar y se leerán en la plaza listas de personas asesinadas por la junta militar que tomó el poder hace 28 años. Seguramente el viento moverá como con cierto respeto las fotos de los muertos. Habrá músicos y gente de teatro y después se enrollarán las banderas y se guardarán las fotos hasta el año que viene. Espero que por lo menos no vaya Gilberto Gil y ponga la vida es un carnaval, dice el pibe de 20 que hoy tiene 38, escéptico del carajo, que no tiene otra cosa mejor que hacer que escribir notas rebosantes de mala leche en una revista electrónica. ![]() Comentá esta nota |
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