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El reflejo del miedo

Por Miguel Espinaco

     Hubo quienes se pusieron a hacer cuentas para encontrar números, claves que ayuden a entender algo de eso que aparece incomprensible, tan fuera de control.

     Las calculadoras les dijeron a algunos que habían pasado 911 días sin atentados de esta magnitud en Occidente - ese lugar en el que la gente se parece a uno - 911 días que forman aquel nueve once que en inglés se lee once de setiembre, día de las torres. A otros, el almanaque le dijo dos años y medio, que a falta de más precisiones, aparece con esa redondez casi mágica que decide la casualidad de los aniversarios y los cumpleaños.

     No es que el asunto tenga una gran importancia, pero la necesidad de encontrar una excusa, una razón que valide lo que ocurre, que le de status de previsibilidad, que lo integre al universo de las cosas comprensibles, es también uno de los recovecos en los que se amontona el miedo.

     Los hechos fueron lo que fueron. De nuevo la sincronización, la exactitud de cosa pensada y planeada hasta la exageración. Y de nuevo el terror, el espanto y la muerte y la televisión multiplicando las anécdotas y las imágenes de la destrucción, repitiendo hasta el cansancio la toma de un vagón con el techo perforado,

Los hechos (*)

07.39. Tres mochilas-bomba explotan en el tren 17305, que salió de Guadalajara a las 06.45 con destino final en la estación de Chamartín, antes de entrar en la estación de Atocha, en la calle Téllez, a 500 metros de los andenes. Pocos segundos después, cuatro explosivos revientan el tren 21431, que salió de Alcalá de Henares a las 07.00 con destino a Alcobendas, al norte de Madrid, y que sufrió la explosión en la Vía 2 de la estación.

07.41. Dos mochilas más estallan en el tren 21435, que salió de Alcalá de Henares a las 07.10 con destino a Alcobendas, cuando estaba detenido en la estación de El Pozo del Tío Raimundo (sureste de Madrid).

07.42. Otra carga explosiva estalla en el tren 21713, que había salido de Alcalá de Henares a las 07.15 horas con destino en Príncipe Pío, y que sufrió la explosión en la estación de Santa Eugenia (este de Madrid).

08.00. Los primeros equipos de emergencia llegan a los lugares de las explosiones, y hablan ya de una situación "catastrófica" con posiblemente varias personas heridas o muertas. RENFE corta el tráfico en las líneas de Cercanías, y la operación 'jaula' en Madrid empieza a tener consecuencias en el tráfico.

08.07. Las fuentes policiales presentes en los tres lugares de los atentados empiezan a hablar de "numerosas víctimas". Minutos después, las cifran provisionalmente en medio centenar de heridos y varios muertos.

(*) Tomado de www.elmundo.es

otra metáfora de la sorpresa, de lo inesperado que asola y ataca sin aviso previo, capricho de dioses que no tienen cara.

     Uno podría hacer el intento de esconderse en la estadística y decir el hambre mata mucho más pero en silencio, o las bombas de Bush a tanta gente tan distinta con sus túnicas, pero eso no restaría ni siquiera un solo gesto al horror, al hecho de que 201 personas que están muertas podrían estar vivas.

En las sombras

     Hubo gente, sí, que planeó con minuciosidad los atentados, gente que dijo vos a esta hora, vos a la otra, que puso fechas, que instaló las piezas en el tablero, que coordinó un complejo de actividades para que las bombas explotaran. Parece mentira, pero ese sencillo hecho se omite casi siempre en los noticieros y en las charlas, se lo olvida quizás porque asusta mucho más que las bombas.

     Las preguntas sobre el quién, exceden largamente el jueguito desinformativo que precedió a las elecciones del domingo. Lo de ETA no podía sostenerse y no se sostuvo. Pero quién, sigue siendo una pregunta pertinente.

     En un extremo de las explicaciones, algunos intentan creer el cuento de Batman y el Guasón que cuenta Bush. La simplificación es excesiva y no admite matices, porque de un lado están los "demócratas" que luchan contra el terrorismo, y del otro lado de la raya están esos hombres oscuros que se dedican a alterar la supuesta paz del planeta. Para creer esto, hay que olvidarse de que el mismo Bin Laden fue hombre entrenado por la CIA y hay que olvidarse de que la misma CIA funciona como un aparato terrorista de dimensiones planetarias.

     Esa forma de ver las cosas tiene el atractivo de las cosas simples. El atentado en Atocha fue sencillamente una respuesta a la intervención de Aznar en la ofensiva contra Irak, así como Irak fue una respuesta por lo de las Torres. Una lógica de barrio que no exige nada más que ubicarse de uno de los lados de la línea divisoria, o bien en el neutral punto de vista del pacifista que pide calma y consenso a cada una de las partes.

     En el otro extremo, muchos sospechan - como se sospechó cuando las torres - que los servicios de inteligencia yanqui tuvieron algo que ver. Citamos en extenso una nota de IAR-Noticias que abona esta tesis, partiendo de la aseveración de que "Al Qaeda es el brazo terrorista de la CIA" y de que Bush es el personero de un sector yanqui al que denominan "los halcones del lobby judío".
Tres días antes del atentado escribían que "lo que falta determinar es como lo van a hacer aparecer de nuevo al legendario Bin Laden. Hay solo dos hipótesis posibles: Bin Laden capturado o Bin Laden produciendo atentados de alto voltaje estratégico en Europa o Estados Unidos. En el mundo de las teorías de inteligencia y de la utilización política del terrorismo por parte de los halcones todo es posible, incluso una nueva masacre similar a la de las Torres Gemelas, pero esta vez en Europa, más precisamente Francia, Gran Bretaña, o España, países claves, donde una cadena de atentados terroristas haría que la humanidad se olvide por un rato largo de Bush y de los muertos de Irak."

     Más allá de la mayor elaboración de esta teoría - que ubica al atentado como parte de la conspiración de Bush para sostenerse en la Casa Blanca - lo cierto es que no escapa tampoco a la lógica binaria de buenos y malos, solo que aquí los "malos" serían el eje CIA-Al Qaeda jugando para el mismo equipo del terror. Lógicamente, para aceptarla hace falta omitir el hecho de que el partido de Aznar - socio de Bush - lejos de fortalecerse, resultó desplazado del poder después de los atentados y que la misma CIA - o parte de ella - tuvo mucho que ver con eso al filtrar la tesis árabe en medio del montaje de mentiras de Aznar.

     Ambas explicaciones, a pesar de ser casi opuestas, tienen un punto en común. Buscan simplificar un mundo caótico, meterlo a presión en una construcción ideal que lo permita ver manejado por alguien, controlado por alguien, decidido por alguien. Tranquilizan, es cierto, pero no explican, dejan la engañosa impresión de que cambiando a ese alguien las cosas se solucionarían, pero ¿si no hubiera habido un Bush, el imperialismo yanqui podría sobrevivir sin invadir, controlar y expoliar a sus vecinos de planeta? ¿Si no hubiera habido un Laden, no hubiera habido terrorismo?

     Lo cierto es que en el mundo del capital las cosas aparecen bastante más complejas. Como cada cual atiende su juego - y el juego es un juego de intereses - es bien posible que Al Qaeda sea en verdad enemiga de Bush y al mismo tiempo funcional a él, es bien posible que los atentados hayan funcionado para los árabes como una acción de guerra y para Bush como una necesidad para redibujar al enemigo público número uno ante su electorado, para erigirse después en el superhéroe imprescindible para combatirlo, es totalmente creíble que haya sido una acción secreta a espaldas de las organizaciones de inteligencia occidentales, al mismo tiempo que parte de esas organizaciones de inteligencia se ponían voluntariamente de espaldas para dejar que esa acción tuviera éxito.

     Ocurre que en este mundo tan complicado, en el cual las ganancias no alcanzan para todos los capitales que se enfrentan por ella, en el cual cada quien pelea por la mayor tajada, en el que los países son cotos de caza de un puñado de accionistas,
pero también portaaviones desde los que se amenaza el coto de caza del vecino, la guerra y el terror son herederos inevitables, son la continuación de los negocios por otros medios, son el resumen más sangriento del capitalismo.

Con las víctimas ¿y con la Constitución?

     Oficialistas y opositores, como en un gran coro. Todos condenaron el atentado con las frases de rigor, para después abocarse a defender a las instituciones de la democracia. En eso se pusieron rápidamente de acuerdo.

     El gobierno de Aznar se dedicó a montar la farsa sobre la ETA. Ya horas después del atentado, el Ministro del Interior estaba responsabilizando a los vascos: "ETA buscaba una masacre en Madrid y ha conseguido su objetivo", dijo.

Sensaciones de domingo

     Las salas de chat son lugares en los que se cruzan demasiados diálogos; unos hablan y los otros también, cada uno de lo suyo. Si fuese una sala real el ruido sería demasiado, pero la computadora se encarga de arrojar los comentarios de a uno por línea en el recuadro que define ese espacio que no existe, y entonces uno puede distinguir que tal habla con cual sobre el aburrimiento del domingo, que el otro pregunta si hay alguien de Valencia, y que otro más busca una casada lujuriosa para un chat privado. Y todo eso, mientras a cada rato un mensaje automático de alguien que busca fama o trabajo, asegura que ella es "guapa según sus amigos" e invita a visitar la página web en la que están sus fotos.

     Puede parecer aventurado presentarse como periodista argentino para pedir opiniones, pero nadie en España parece estar afuera de lo que está sucediendo ese domingo.

     Wolf - ese era su nick - se presentó como periodista de una "pequeña revista cultural con acceso a los cables de último momento". Allá era de madrugada y él mataba el tiempo en el chat de ozu.es mientras esperaba noticias de qué iba a pasar con las elecciones: "por primera vez España está en el punto de mira del integrismo islámico. Desgraciadamente se lo debemos al señor Aznar y a su irresponsable política exterior. Hasta hace unas horas yo me inclinaba por esperar un giro conservador, pero después de los últimos hallazgos y de la salida espontánea de gente a la calle gritando queremos saber la verdad en las sedes del PP... Si no se suspenden las elecciones, puede pasar cualquier cosa."

     "La gente esta muy indignada porque esto es consecuencia del apoyo de Aznar a EEUU en la guerra, por cierto el 90 por ciento no quería la guerra. El PP hoy es muy posible que no gane las elecciones por esto." afirmaba Lito. "Le van ha pasar factura" agregaba Frodo, "ojalá tengas razón, Lito" vacilaba Albergz desde su nick tan complicado.

     A uno que se hacía llamar Raticulín, le pedí que me contara si conocía a alguien que hubiera cambiado su voto. "Pues mi hermano se ha pasado todo el año diciendo que el PP lo estaba haciendo bien y ahora ha cambiado su voto al PSOE", escribió. Entonces tuve que preguntarle qué era lo que Aznar estaba haciendo bien según su hermano. "Pues la verdad que con el PP se han hecho muchas carreteras en Madrid,, ha realzado la economía en España, hay mas trabajo pero muy mal pagado y los pisos subieron en 3 años un 20%" volvió a escribir Raticulín, aunque no me quedó claro si ésa era la opinión de él o bien la de su hermano.

     Suria es auxiliar de enfermería en Cadiz y esa madrugada de domingo, estaba de guardia. Ella no dudaba de que "esto le va a costar las elecciones al PP, porque según dicen los telediarios esto viene por venganza del apoyo a la guerra y ellos fueron los que no metieron en ella.", decía, y enseguida hablaba del horror: "yo tengo dos hermanas en Madrid y yo he estado viviendo allí un año y medio. Aunque mi hermana coge el tren de cercanía todos los días, ese día por casualidad no lo cogió porque le avisaron de que no tenia curso. Yo sólo se que lo que querían lo han conseguido, vamos que han montao una carnicería. En vivo y directo."

Llamazares, candidato de Izquierda Unida, se sumó sin vacilar al cacareo del gobierno: "estamos absolutamente desolados, nuestra condolencia por las víctimas, por el dolor y por la muerte que ha sembrado ETA en las calles de Madrid es absoluta", dijo. Zapatero dejó entender que la ETA "ha querido influir en la campaña".

     Al día siguiente las dudas - y las perspectivas electorales - comenzaron a resquebrajar tanta convicción, entonces Zapatero afirmó que era necesario que la verdad se supiera "antes de las elecciones" mientras Llamazares pedía, de muy buenos modos, que se dijera toda la verdad "aunque duela". De cualquier modo, los elementos que aparecían en escena eran tantos, que hasta el propio gobierno tuvo que salir a relativizar su primera afirmación, abriendo la sospecha del atentado conjunto.

     A pesar de las divergencias que aparecían, todos cerraron filas detrás de los vallados de la "democracia" que ellos defienden. "Una valoración conjunta de los demócratas" formuló Zapatero,
mientras Llamadares se mostraba decepcionado porque el Presidente del Gobierno no convocaba a todos los grupos parlamentarios al Palacio de la Moncloa, "si yo hubiese sido Presidente, lo habría hecho", aseguró.

     Como colofón de toda esta fe institucional, los tres candidatos presidieron la movilización que convocó a millones de personas que, llenas de rabia, salieron a mostrar su repudio. El lema elegido fue "con las víctimas, con la constitución". La biblia y el calefón en una sola frase: las víctimas del negocio de la guerra y el terror, y la "democrática" constitución que - por ejemplo - le permitió a Aznar poner a España de cómplice de Bush en el abordaje a Irak, a pesar de que el 80 % de los españoles se manifestaban decididamente en contra.

El "efecto Madrid"

     Las movilizaciones del sábado en España, terminaron de desmoronar la maniobra del gobierno, el golpe de estado informativo había sido puesto en evidencia y, como resultado de ello, las elecciones resultaron en un gigantesco voto castigo al partido de Aznar, imprevisible días antes.

     El 4 de enero, los diarios señalaban que "la intención de voto se mantiene con respecto a los meses anteriores y que el PP ganaría con holgura las elecciones si se celebrasen en la actualidad. Son 10,7 los puntos de diferencia entre los populares y los socialistas. Los encuestados consideran que el Partido Popular gestionaría mejor que el PSOE las relaciones internacionales, la lucha antiterrorista, el desarrollo de las infraestructuras y la política económica." Dos meses después - y siete días antes de los atentados - mantenían la opinión de que "el PP ganaría las elecciones con el 42,2% de los votos y obtendría 176 escaños en el Congreso, alcanzando así la mayoría absoluta, según el CIS, que concede a este partido 6,7 puntos de ventaja sobre el PSOE."

     La búsqueda del castigo, empujó a las urnas a casi tres millones de electores que no habían participado en el 2000 y generó una polarización muy acentuada que dejó a Izquierda Unida en un lejano tercer puesto. Como se escribe en un editorial aparecido en Indymedia de Madrid "si Llamazares desfila junto a Aznar y Berlusconi por la unidad de todos los demócratas, en lugar de colocarse junto a la sociedad civil que pedía ya en la manifestación convocada por el mismo gobierno verdad e información, no manipulación, qué más da votar a uno o a otro, voto útil, pues.. Entre el original y la copia, la gente ha preferido el original".

     Es evidente que después de esta paliza entrará en el debate el posible efecto sobre las elecciones norteamericanas que se desarrollarán antes de fin de año. El diario Clarín, en su edición del día 17, cuenta que "The Washington Post, publicó ayer un largo artículo originado en Madrid, que arranca con la descripción de un cartel en el monumento en honor de las 201 víctimas del 11-M en el que se leía, contundente: "Ellos murieron por apoyar a Bush"." El impacto de este hecho en el debate norteamericano, no será seguramente menor.

     Bien se puede confiar en un "efecto Madrid" que desplace a Bush de la Casa Blanca, pero sería una exageración postular que eso resultará en un cambio que supere los matices. Para alejar toda duda, ya el candidato demócrata se ocupó de contestarle a Zapatero, que en su primer discurso había pedido a Washington que haga una autocrítica, había insistido en que la guerra se hizo sobre mentiras y había anunciado el retiro de los soldados españoles de Irak.
En un discurso sobre política exterior en la Universidad George Washington el candidato Kerry pidió "al primer ministro Zapatero que reconsidere su decisión y que envíe un mensaje de que los terroristas no pueden ganar con sus actos de terror"

     Y eso, insistimos, lo dijo Kerry, el opositor de Bush.

La venganza electoral

     Los hechos ocurridos en España entre el jueves de los atentados y el domingo de las elecciones, serán seguramente materia de muchos análisis en los próximos meses. Es evidente que hubo una acción de masas que desbarató los planes del gobierno y que enterró su intento de barrer la mugre debajo de la alfombra.

     El editorial de Indymedia Madrid que citábamos más arriba, afirma al respecto que "ha sido el chisporrotazo que encendió la presencia desafiante de la gente en la calle el que ha cortocircuitado al Partido Popular. De alguna manera, las cacerolas han vuelto a derribar a un gobierno" La apreciación puede ser tomada con beneficio de inventario, porque es cierto que se ha derribado a un gobierno, pero al mismo tiempo que se han fortalecido las instituciones de un estado dedicado a seguir haciendo lo mismo que hacía Aznar aunque cambien los matices, aunque a partir de ahora se inclinen por hacerlo a la francesa antes que con los burdos métodos de Bush.

     Se fortalecen las instituciones del estado, decimos, porque bien vale no perder de vista que más gente fue a votar a los mismos partidos de la alternancia española, fue a votar a los que se cuidan mutuamente las espaldas a la hora del enojo público, fue a votar a los que gobiernan sin preguntar nada hasta la próxima elección en la que tendrán que volver a sonreír para las cámaras.

     El triunfo electoral del PSOE puede ser visto, claro, como un castigo a Aznar con lo primero que se encontró a mano, pero puede ser leído también como otro reflejo del miedo de una sociedad que vio la guerra en sus calles y que quiso aventarla bien lejos, o puede también ser interpretado como lo hizo Almodovar - según cuenta Página 12 en su pirulo de tapa - en la presentación de su última película: "Por la sangre que le caía en la cabeza al señor Aznar por haber ido por libre a una guerra a la que el 90 por ciento de España dijo no, es normal que el pueblo estuviera airado, frustrado y que quisiera vengarse. ¿Y qué mejor modo que unas elecciones al día siguiente?"

     Puede ser que sea cierto. Pero también es cierto que más allá de esta respuesta contundente, más allá de esta decisión tomada en el apuro de los días del miedo, los tiempos que se vienen nos forzarán - al pueblo español y a todos los pueblos - a encontrar "mejores modos" para cambiar este mundo en el que la guerra y el terror, son mucho más cotidianos que el pan nuestro.



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