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Quién dirige la batuta Por Daniela Pierotti Béliz fue el primer integrante del gabinete ministerial que debió abandonar su cargo desde que Kirchner llegó al poder en mayo de 2003. El ex ministro de justicia se retiró con graves acusaciones a la SIDE. El escándalo que llegó a las tapas de los principales diarios, duró lo que dura un suspiro y pasó a ser una cuestión casi banal y personal entre Béliz y Kirchner. Las declaraciones de Béliz mostraron un cuadro que si bien es sospechado por una minoría de argentinos es, ignorado o negado (uno nunca termina de saberlo) por la mayoría, quiero decir por la mayoría que se presenta en las urnas para dar su consentimiento a un gabinete gubernamental determinado. Con sus declaraciones empieza a aparecer por los medios el rostro inmostrable, la cara de Stiuso, y su prontuario, las sospechas y certezas acerca de su complicidad en la no resolución del caso AMIA, su manejo del desvío para tareas oscuras vinculadas al poder político de turno de los fondos reservados de la SIDE, los favores que Kirchner le debe relacionados a su llegada a la presidencia, el narcotráfico, etc. Sospechas, certezas, dudas... Lo cierto que no se nos puede escapar es que Stiuso, el actual jefe de operaciones de la SIDE, hace 32 años que está en ese organismo manejando más de 300 millones de pesos entre operaciones secretas, gastos reservados y operaciones especiales, siendo zurdo o facho según el gobierno de turno, como él mismo declaró. "La SIDE es lo más turbio y sucio de la política y del Estado y nadie quiere reformarla. Le propuse a Kirchner modificar la SIDE...- no me hizo caso y se generó un nivel de funcionamiento que constituye una especie de policía secreta y un Estado paralelo en el país",
En medio de esta seguidilla de causas y efectos tomemos una cuestión. Sólo una de las varias que se desprenden de un único análisis. Detrás de todo esto, de las preguntas que se pueden tirar al aire y que no deben quedar en sólo preguntas, como por ejemplo: ¿qué favores le deberá Kirchner a Stiuso para que haya decidido sostenerlo?, ¿qué finalidad persigue Béliz con su táctica de denuncio la corrupción y me voy a lo largo de estos 10 años, como sucedió en el gobierno de Menem?, si el presidente ¿humilla a sus colaboradores?, y todas esas que pueden despertar la crítica y el análisis alrededor de tantos sapos que nos hemos comido. Tomemos, decía, una cuestión: los que quedaron en el actual, o nuevo, gabinete del presidente. Todos hombres de Duhalde, o casi todos. El viraje hacia el duhaldismo es impresionante, aunque parezca subjetivo el uso de este calificativo. Salen Béliz y Quantín del ministerio de Justicia, únicos, aunque ningunos santos, que denunciaron la corrupción abiertamente. Habría que analizar por qué este sector de la derecha sale a denunciar los hechos de corrupción una vez que emprende la retirada, una y otra vez, para después siempre volver. Los entrantes: Alberto Iribarne como secretario de seguridad: mano derecha de Carlos Ruckauf, Carlos Grosso y Corach, y jefe de campaña de Eduardo Duhalde. Iribarne que ha opinado a favor de Carlos Menem en varias oportunidades. Quien ocupó hasta el sábado la sindicatura general de la nación. Y Horacio Rosatti, ex procurador del tesoro nacional, jefe de abogados del estado, que ocupa ahora el lugar del ex ministro de justicia: Rosatti es otro hombre de Duhalde, actuó en su cartera de seguridad y sustentó luego, persuadido por Carlos Reutemann la llegada de Kirchner al poder brindando el apoyo completo a su candidatura. Cobrándose un carguito después. Horacio Rosatti, uno de los que ocupa un lugar en la difundida foto denominada "Los inundadores" de la ciudad de Santa Fe, foto en la que junto a Obeid, Reutemann, Gualtieri, Pennisi y Lamberto posan en el acto inaugural de la defensa oeste, en agosto de 1997, defensa inconclusa por la que el agua entró a la ciudad en la inundación de abril de 2003. Kirchner tiene defensores incondicionales como Alberto y Aníbal Fernández y como Miguel Ángel Toma. Estos y los que mencionamos antes tienen una excelente relación con Duhalde. Pinta bastante distinto el actual gabinete de lo que se eligió en las urnas. Además de los oscuros personajes que suben a la superficie en medio de estos microincendios que el oficialismo sale pronto a apagar. El proceso de metamorfosis de Kirchner para algunos no es una novedad, ni siquiera una traición. La técnica duhaldista de mantener los esquemas coyunturales a medida que adapta sus objetivos a cada momento nos conduce a más de lo mismo. Pero es claro que tanto manejo del poder posiciona al gobierno como cómplice y no como rehén de la SIDE. Es claro que no es casualidad que en este gobierno la Cámara Federal anulara el cuadro de procesamientos en el marco de la causa por presuntas coimas en el senado, lo que refuerza la sensación de impunidad. No es casualidad que el actual ministro saliente denunciara este fallo y lo calificara de negativo y 10 días después la SIDE decida mal informar sobre la dimensión de la manifestación contra el código, sumando que en los incidentes de ese viernes actuaron infiltrados: servicios de inteligencia, policías retirados del servicio por haber participado en desbordes y barrabravas. No es casual que para el gobierno la SIDE sea quien debe advertir sobre el panorama de las manifestaciones callejeras, posicionando el reclamo de la gente en el sector que atenta contra el gobierno, en el sector de peligro para mantener su tranquilidad, desviando el verdadero "método" de control de los "disturbios" que es garantizar fuentes de trabajo y salarios dignos para la población. Hoy la SIDE sigue igual, intocable como siempre, conducida por dos de los hombres de máxima confianza de Kirchner: el titular del área Héctor Icazuriaga y su segundo Francisco Larcher. Hoy la política de Kirchner sigue como venía en torno a la no aplicación de un plan de gobierno. Lo que cambia ahora es que se nota más el serio problema de gobernabilidad existente y las gestiones turbias en seguridad y justicia. Al modo de si usted sabe qué está haciendo su hijo en este momento, pregúntese, nada más que para hacer su propia lectura, si usted sabe quién dirige los destinos de nuestro país, qué poder dirige los cauces de la justicia nacional, qué política se aplica desde el gobierno actual, qué participación tiene usted hoy en este poder democrático que eligió o que no eligió, qué confianza tiene en las decisiones presidenciales, qué tipo de crisis es esta que venimos atravesando, qué piensa ahora que sabe que la banda de los duhaldes y de los menem camuflados, y medio reciclados, como jueces, como operadores secretos, como ministros, ocupan funciones más estratégicas que antes, piense si sabe realmente que esto sucede, piense hacia adónde vamos. ![]() Opiná sobre esta nota |
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