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Primera entrega

Aguas Provinciales: El cuento de la buena pipa

Por Daniela Pierotti, Enzo Vicentín y Miguel Espinaco

Aguas Provinciales no es de Santa Fe

     Más allá de su slogan publicitario, la empresa "Aguas Provinciales de Santa Fe" está muy lejos de ser realmente de Santa Fe. El capital está integrado de la siguiente manera:

  • Suez Lyonnaise des Eaux (Francia) 51,69%
  • Interagua, Servicios Integrales del Agua S.A. 14,92%
  • Banco de Galicia y Buenos Aires S.A. 12,50%
  • Sociedad Gral. Aguas de Barcelona 10,89% *
  • Programa de Propiedad Participada 10,00%
* Hace dos años Interagua compró Aguas de Barcelona, por lo tanto Interagua es hoy dueña del 25,89% de Aguas (14,92 % + 10,89 %).

     Suez Lyonnaise no es una empresita cualquiera. Opera el servicio en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe en Argentina, pero también lo hace en Santiago de Chile, La Paz, Barcelona, Manila, Yakarta, Casablanca y Budapest. En 2002 operaba 800 plantas de producción de agua potable en el mundo y suministró agua en 1998 a 77 millones de personas.
Su historia es parecida a la de muchas multinacionales: las concesiones que les fueron otorgadas en la Republica Checa, en Hungría y en Polonia, fueron realizadas sin proceso de licitación. En Casablanca, Marruecos, obtuvieron del rey Hassan una concesión múltiple de agua y energía y el Ayuntamiento fue informado después de arreglado el negocio. En Grenoble, Francia, un ministro y un funcionario de la empresa fueron presos por recibir y por dar coimas. La lista de sobornos - descubiertos o convenientemente tapados por la trama de poder - podría continuarse, pero puede resultar suficiente comentar a esta altura que sólo en la concesión en nuestra provincia, la empresa facturaba 100 millones de dólares con la convertibilidad. Suficiente plata como para tomar muy en serio el alerta que hace el mismísimo Banco Mundial cuando escribe que "las empresas que pagan recompensas pueden esperar, no sólo obtener el contrato o ganar la subasta de privatización, sino además conseguir subsidios ineficaces, ventajas de monopolio y laxitud de la regulación en el futuro".

     Por lo pronto en Santa Fe, con el gobierno de Reutemann y su legislatura se llevaron de maravillas. Aguas presionó para conseguir en cada renegociación, "ventajas de monopolio" y "laxitud en la regulación" y pudo hacerlas cuando quiso, con una sospechosa facilidad que se parece demasiado a lo que las empresas "que pagan recompensas" pueden esperar. Por otra parte, cualquier intento de cuestionar el accionar de la empresa o las condiciones del contrato dentro del ámbito legislativo se estrellaron contra un muro infranqueable de defensores incondicionales.

     En lo que respecta al mundillo periodístico, está clarísimo que la empresa cuida bien a sus amistades.
Llamativamente - o no tanto - Aguas publicitaba hasta no hace mucho en casi todos los programas de radio y de televisión para curarse en salud de las críticas. Competencia no hay, así que ya uno puede imaginar para que es que gastan tanta plata en publicidad.

El contrato y sus renegociaciones

     Aguas ganó la concesión en el año 1995 por 30 años en 15 ciudades de la provincia (las más importantes y rentables). La empresa no puso un peso sino que ganó el concurso prometiendo ampliar las redes y mejorar las existentes en servicio al menor costo de tarifas dentro de las ofertas privadas. Este tipo de contrato entre la empresa y el gobierno es de la modalidad de "metas y objetivos". Sin embargo las famosas "metas y objetivos" nunca se cumplieron.

     Un año después de la firma la empresa ya solicitaba la primera renegociación, que terminó con la sanción de una ley a pedido: la 11665 del año 1998. En este nuevo acuerdo la empresa duplicaba la apuesta prometiendo que en seis años el servicio del agua llegaría a cubrir el 100 % de la concesión y en 12 años el sistema cloacal alcanzaría la misma cobertura. Esta "promesa" - que tampoco sería cumplida - le sirvió a la empresa para conseguir un aumento de tarifas del 13,7 %. Sin embargo, pasado el primer año desde esa primera, ya se entraba en una nueva renegociación, y las famosas obras pasaban al olvido. Hoy, hace aproximadamente cinco años que no se lleva adelante ninguna obra de expansión del servicio, es decir que no hay nuevas cloacas, que no hay nuevos tendidos de cañerías de agua.

     En síntesis, aquellas "metas y objetivos" que estipulaban más obras con menores tarifas se fue literalmente por las cañerías y el desigual negocio resultó en tarifas más caras a cambio de ninguna obra.

     El contrato original estipulaba un aumento de algo más del 20 %, siempre y cuando se cumpliera con el plan de obras. El plan de obras - como ya dijimos - nunca se cumplió y el aumento se negó en las formas pero se realizó en los hechos. Mediante el 13,7 % ya mencionado y con la ayuda de algunas trampitas autorizadas en las boletas de liquidación, lograron que un vecino que pagaba $ 32 al comienzo del año 95, pagara $ 40,93 al final del 2000, o sea lograron aumentarle un 24,79 % sin hacer las obras prometidas.

Girar sobre lo mismo

     En respuesta a un pedido realizado por la Comisión de Renegociación, creada por el decreto 221/02, la cual era presidida por el Ingeniero Edgardo Berli, en agosto de 2002, la empresa eleva su Informe para la Revisión del Marco Regulatorio y Contractual de la Concesión en nuestra provincia.

     En el mismo, Aguas sostenía que desde marzo de 2000 había venido sosteniendo el quiebre técnico de la Concesión, debido a una "ruptura de la ecuación económica del Contrato en perjuicio de la Concesionaria". El marco del primer documento de la Regulación Contractual dio lugar a un proceso de revisión que culminó en fecha 20 de diciembre de 2000 cuando las partes arribaron a un acuerdo integral sobre el marco regulatorio y contractual de la Concesión, que incluía la adopción de una metodología para regulación económica del mismo. En esa ocasión, la empresa exigió la reconstitución en corto plazo de los impactos negativos generados por la crisis económica para posibilitar la prestación del servicio y el cumplimiento de las restantes obligaciones, y a largo plazo, para restituir de manera definitiva el equilibrio económico y financiero del contrato tal como fuera concebido. Para eso alegó que no le correspondía, ni a sus accionistas, soportar el cambio en las reglas de juego, como era la paridad cambiaria fijada en la Ley de Convertibilidad.

El factor 2

    Lo invitamos a que tome su boleta del agua. Al lado del volumen asignado en m3 (metros cúbicos) dice "factor de servicio 2,00". Este factor establece la tarifa para el sistema de cloacas. La pregunta del millón es: ¿de dónde sale el factor 2? ¿Sale de algún estudio científico? ¿Sale de suponer que toda el agua que entra a una casa sale luego por el desagüe cloacal? No, y no busquemos la respuesta por el lado "racional" del problema porque ahí no está. El factor dos sale de una discusión en una oficina. Aunque parezca una tomada de pelo, es justamente una constante arbitraria, determinada por la empresa (suponemos que con acuerdo de los gobiernos), que no tiene ninguna justificación seria. Podría ser 1,2 o 1,5, o 0,8; pero es 2,00 y por eso pagamos lo mismo de agua que de cloacas. Y pagamos el doble de todo lo que figura en la boleta: el cargo fijo, el IVA, la tasa retributiva ley 11.220.

En esa oportunidad, pidió una indemnización, como derecho subjetivo surgido de la relación contractual administrativa, constituido en una propiedad en el sentido constitucional del término, debido a la ruptura del equilibro económico- financiero que modifica la Administración. Explicaba que de no ser así, se ponía en riesgo el servicio y no se cumpliría el cumplimiento de la totalidad de sus obligaciones. Recordemos que hasta entonces no las había cumplido. En realidad todas las renegociaciones propuestas por Aguas, lejos de cumplir los mínimos intervalos de cinco años, apuntaron definitivamente a que la Concesionaria restableciera el dinero que nadie sabe a qué sector de las arcas de la empresa fue a parar, seguro que no a las obras a las que se había comprometido.

     El 19 de marzo de 2002, Alberto Gregorini, director de Aguas Provinciales de Santa Fe S.A. presentó al Gobernador de la Provincia una solicitud formal de dictado de medidas provisorias destinadas a suavizar los efectos negativos de la crisis durante período de revisión contractual. A pesar de la activa participación de la Secretaría de Obras Públicas en alcanzar un consenso en estas materias, dichas medidas no fueron en definitiva adoptadas. La empresa acusó al ente regulador de no cumplir con su rol protector y colaborador.

     En esa oportunidad exigió para recuperarse del impacto de la devaluación y de la inflación sobre los compromisos financieros; los costos de la compañía, y las restantes obligaciones asumidas, un total de casi Ciento Veintiséis Millones de pesos ($ 126.000.000) (Hoy pide el triple, y tampoco cumplió con su contrato renegociado tantas veces). Cifra que explicó necesitar para mantener la prestación del servicio en mínimas condiciones de operación, y para que la compañía pueda cumplir con la totalidad de los compromisos financieros asumidos con los bancos y los accionistas como consecuencia de las inversiones realizadas. Inversiones que no se ven plasmadas en los compromisos asumidos en cuanto a extensión de redes y calidad del servicio. Entre tanta cosa, la violación al código bromatológico, fue otra de las observaciones.

     Sin embargo, la empresa detallaba una serie larga de resultados que difirieron y difieren de la realidad, como por ejemplo:

  • El nivel de inversión ha sido de 248 Millones de Dólares al 31.12.2001.
  • Aguas Provinciales de Santa Fe S.A. ha cumplido satisfactoriamente con las obligaciones correspondientes al Acuerdo de fecha 29.04.99 y a las que resultan del Acta de fecha 25 de agosto de 2000.
  • El Patrimonio del Estado Provincial se ha enriquecido ostensiblemente en virtud de las inversiones realizadas.
  • Se ha incrementado en un 80% la capacidad de producción de agua potable instalada.
  • Se ha mejorado ostensiblemente la calidad del agua, poniendo fin de las carencias que afectaban principalmente a las poblaciones del Oeste de la Provincia.
  • Se ha ampliado la población servida, pasándose de 3.860 a 4.327 Km. de redes de agua potable.
  • Se pasó del 88% al 96% en cuanto a cobertura de agua potable, llevándole el servicio a más de 170.000 nuevos usuarios, a través de 50.000 nuevas conexiones.
  • En redes de desagües cloacales se pasó de 2063 a 3.008 kilómetros, lo que significó ascender del 47% al 66% a la cobertura del servicio.
  • Se ejecutaron 87.500 nuevas conexiones de cloaca, beneficiando a 355.000 nuevos habitantes.
  • Se aumentó en el 408% la capacidad instalada para tratamiento de efluentes cloacales, elemento de fundamental importancia para la salud pública y la ecología.
  • Se cumplieron con los restantes compromisos contractuales brindado un servicio con una calidad semejante a las naciones más desarrolladas.
  • Se cumplieron los compromisos comerciales, y se mejoró la atención al cliente a través de la implementación de más de 500 procedimientos de trámites.
  • Se incorporaron mejoras tecnológicas que permite contar con uno de los laboratorios más importantes del país, lo que asegura definitivamente el control de la calidad del agua suministrada.
  • Se cumplió con el compromiso ambiental, protegiendo los acuíferos así como ampliando y gestionando responsablemente las plantas de tratamiento de desagües cloacales.
  • Se aportaron más de Cuarenta y Ocho Millones de Pesos al Fisco Provincial y Municipal.

     De todas maneras, y como consecuencia de la negativa que recibió la empresa por parte del concedente, para la aplicación de un plan de emergencia 2003, que no fuera otra cosa que el famoso Plan de Inversiones Indispensables, que conformaba un conjunto de obras y acciones que consideraba de suma necesidad en ese futuro inmediato, sin perjuicio de las que pudieran surgir para garantizar la prestación del servicio en las condiciones y niveles alcanzados, es que su todo fue en vano, y llegamos hasta el 2004, con cuestiones nunca resueltas y una empresa que terminará yendosé.

El costo de producción

     Un clásico de las empresas de servicios es cobrar cada vez más a medida que aumenta el consumo. En el caso de Aguas Provinciales, se cobraba desde hace dos años atrás los primeros 20 m3 (metros cúbicos) a un precio: 20 centavos, y el resto asignado a otro precio mucho más caro: 34 centavos; la diferencia entre precios - es decir, pasar de 20 a 34 centavos - no es descabellada, comparándola por ejemplo con la EPE. Ahora, la cuestión es ver porqué el agua es tan cara en Santa Fe si el costo de producción no es tan caro.

     La trampa está en que el volumen asignado es altísimo. Esto es, asignarle muchos metros cúbicos por superficie cubierta a una casa que nunca consumirá es la razón de las tarifas abusivas. Consumir más de 60 m3, es decir más de 60 tanques de agua de 1000 litros, es imposible porque es muchísimo.

     Podría pensarse que el alto precio se refleja en la calidad del agua, pero esto no es así, según estudios realizados que veremos más adelante. Podría suponerse también que el aumento se debe al gasto que implica el bombeo del agua desde su fuente hasta la planta potabilizadora, pero esto no está ni cerca de ser un argumento creíble. Sabemos que hasta el año 2000 la empresa extraía la totalidad del agua para la ciudad de Santa Fe desde la laguna Setúbal (toma ubicada al lado del club Regatas) y no del río Colastiné como tendría que hacerlo. Probablemente hoy sigan haciendo lo mismo.
Unas cuadras de bombeo (hasta la planta potabilizadora de Ituzaingó y Mitre) no justifican el precio que se paga.

     Esa es una parte de la historia (el agua), pero falta la otra que no huele muy bien. En efecto, el desagüe cloacal tiene la misma tarifa que el suministro de agua. ¿Por qué? A lo residuos cloacales no se les aplica ninguna clase de tratamiento antes de tirarlos a la misma laguna de donde después tomamos el agua. El único gasto que tiene el sistema de cloacas es el bombeo, y nada más. "¿Tan cara está la electricidad que sirve para el bombeo?" pensaría un ingenuo. "No, directamente te están robando, hermano".

Multinacionales del agua

     Para aportar alguna conclusión, a este principio del principio, a nivel mundial, estas empresas, están queriendo niveles tan altos de protección y garantías de lucros, que están eliminando la razón principal de poseer participación en el sector privado (o asociaciones) que es la disposición del riesgo y la competitividad. No es casual el boom del tema de las multinacionales del agua.

     En enero de 2003, el grupo multinacional Suez, tomó una serie de decisiones al respecto de la reestructuración de su deuda, su estructura divisional y de su futura estrategia. La consecuencia es que la empresa se está retirando de las operaciones de agua en los países en desarrollo, incluyendo una reducción de un tercio de sus actuales inversiones. Estas decisiones se sitúan en un contexto de reveses. La multinacional anunció un "plan de acción" de 5 tópicos para 2003-2004:

  • Reducción de deuda, principalmente a través de la venta de activos existentes.
  • Reducción de costos.
  • Nuevas inversiones para ser financiadas a partir del flujo de caja, de manera que las nuevas inversiones anuales se reducirían de € 8 mil millones para € 4 mil millones.
  • Reorganización, incluyendo la fusión del gerenciamiento de agua y residuos en una división de sector público y una de sector privado.
  • Reducción de un tercio de su exposición en países en desarrollo.

     Como bien lo explica David Hall, de Servicios Públicos Internacionales, en su informe "Suez en retirada", presentado en el Foro Social Mundial de Enero del 2003, todas esas decisiones significan que Suez no solo va a parar con su expansión de concesiones del servicio de agua en los países en desarrollo, sino que también reducirá sus actividades e inversiones existentes actualmente.

     Considerando que concesiones de agua a largo plazo no generan lucros rápidos, es posible presumir que las operaciones de agua de Suez, existentes en los países en desarrollo, poseen grandes chances de ser vendidas. Es cierto que en nuestro país el mayor factor que influyó en Suez debe ser el colapso de la economía, y con eso la viabilidad económica de numerosas concesiones de agua privatizada por la Suez y sus subsidiarias.

     En el 2002, Suez dio pérdidas de 500millones de dólares debido a Argentina, y la crisis le costó del 8% de sus negocios de agua internacionales. La empresa está trabajando en intentar persuadir al gobierno argentino a asumir esas pérdidas, sin lograrlo. Lo mismo pretende a nivel provincial. Contaban con cláusulas contractuales que tenían permitido que Suez conectase los precios en Bs. As. al dólar americano, pero la crisis acabó con esa dolarización.

     Los antiguos modelos de ganancia para la privatización de agua en los países en desarrollo no son sustentables. Conclusión que lleva a restringir inversiones. Es importante que gobiernos, bancos de desarrollo, donadores y organizaciones comunitarias, preocupados con la cuestión del agua reconozcan estos hechos. No es posible continuar haciendo políticas con las suposiciones de los años 90, y cuando las concesiones de Buenos Aires y Manila están en colapso y la Suez que precisa "retirarse". Los negocios con el agua ya no son más hechos de la misma forma con las multinacionales. Éstas, están actualmente preparadas para abandonar los contratos de concesión que no garantizan las nuevas exigencias para seguridad de sus inversiones.

     Las comunidades, los gobiernos y autoridades públicas deben dejar de tener concesiones con las multinacionales, especialmente con la Suez. La seguimos en la segunda entrega.



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