Ecuador después del helicóptero

por Enzo Vicentín

Los días de Alfredo Palacio en el gobierno empiezan a sumarse y ahora las noticias de Ecuador no se reproducen con tanta frecuencia. Cada vez se sabe menos de lo que está pasando. Y conociendo la lógica que tienen los medios de comunicación masivos, eso es entendible. La noticia fue Lucio Gutierrez huyendo del Palacio de Carondelet en un helicóptero. La caída de un gobierno en medio de manifestaciones multitudinarias en las calles, represión policial y movidas políticas de aislamiento a Gutierrez por parte de algunas estructuras de poder. Luego de esa noticia, que sobre todo para los argentinos fue "la" noticia, que nos hizo recordar por sus paralelismos a la renuncia de De la Rúa en Diciembre de 2001, el ritmo de información sobre Ecuador se mantuvo apenas 3 o 4 días con noticias sobre el nombramiento de Alfredo Palacio (ex vicepresidente de Gutierrez), sus primeras medidas y los ecos en las calles de lo que había ocurrido. Y después nada más. Entonces hoy, ante la lógica de los medios de comunicación, debemos saltar el cerco informativo de los medios locales y ver, con algunas limitaciones propias de la distancia y el desconocimiento, qué está pasando en Ecuador, qué se está discutiendo, qué está cambiando y qué no.

Esta nota no busca por lo tanto redundar en un análisis de esos hechos que aquí en Argentina fueron noticia, sino que busca a través de la información de los diarios ecuatorianos y sin muchas certezas, conocer lo que está pasando hoy en Ecuador abordando 3 de los muchos temas posibles de abordar: la "limpieza" de los sectores burocráticos que responden a Gutierrez, las diferencias entre el discurso y los hechos del nuevo gobierno y el surgimiento de "asambleas populares" en varias ciudades. Estos 3 puntos no son noticia aquí, ni son los únicos importantes, pero están desarrollándose en Ecuador y sirven para analizar su volátil presente, y algo de su bastante incierto futuro.

Contra la burocracia…(a favor de una nueva)

Durante las últimas 2 semanas el gobierno de Alfredo Palacio ha iniciado un cambio de autoridades en numerosas dependencias estatales. Gran parte de la burocracia nombrada durante los 3 años del gobierno del general Lucio Gutierrez está siendo desplazada en distintas áreas. En el Ministerio de Bienestar Social (MBS), el diario La Hora (Quito) dice en su edición del martes 3 de Mayo: "Malestar y descontento son las sensaciones en los trabajadores del MBS por la resistencia de algunos directores departamentales o de programas, colocados en sus funciones por el gobierno anterior, quienes no quieren dejar sus funciones". Debe recordarse que ese ministerio fue uno de los más activos defensores de Gutierrez durante sus últimos días, incluso el ex viceministro Bolívar González fue señalado como el responsable de haber movilizado a sectores campesinos como fuerza de choque contra los "forajidos" (nombre con que se identificó a los manifestantes contrarios a Gutierrez). La actual resistencia de la burocracia pro-Gutierrez en dicho ministerio parece mostrar cómo un "bastión" del anterior gobierno pelea por la conservación de su espacio de poder.

Pero el MBS no es el único lugar donde Palacio está "pasando la escoba". En la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD) que viene a ser una entidad estatal encargada de las políticas en el plano financiero, la nueva gerente Alejandra Cantos declaró que "La AGD ha tenido una vida larga e indecorosa. Hay un excesivo personal administrativo y un excesivo gasto para mantener a este personal. Creo que la AGD no ha cumplido con la misión para la cual fue creada…" (diario La Hora, 3/5). De allí no es complicado suponer un futuro recorte en el presupuesto y en el personal y de la AGD, sobre todo aquel que esté relacionado al ex presidente exiliado en Brasil.

El Congreso, por su parte, y para estar en sintonía con el nuevo gobierno, desplazó a los tres directores del Banco Central de Ecuador el pasado 28 de Abril (diario Hoy, de Quito), que habían sido nombrados el 28 de Enero pasado.

Otro aparato que está sufriendo la avanzada de Palacio es las Fuerzas Armadas. Este no es un tema menor, porque hay que recordar que las FF.AA. fueron determinantes en su momento al quitarle el apoyo a Gutierrez y luego avalar a Palacio como nuevo presidente. Contrariamente a lo que uno pudiera pensar en ese momento, a los 2 días de haber asumido Palacio echó a la cúpula de las FF.AA. y la reemplazó por otra. El cambio de piezas parece responder, como en otras áreas, a un reemplazo de sectores cercanos a Gutierrez por sectores cercanos a Palacio. Pero ahora a las FF.AA. les quitaron el control de las aduanas. Como dice La Hora (3/5) "Las Fuerzas Armadas dentro de sesenta días dejarán de administrar la Corporación Aduanera Ecuatoriana (CAE), por una decisión de Estado. Todos los distritos pasarán a ser controlados por personal civil luego que la Contraloría General del Estado realice un examen a todas las actuaciones de los uniformados. La desmilitarización de la CAE, habría formado parte de los pedidos formulados por los sectores productivos del país al presidente Alfredo Palacio, para mantener su apoyo al régimen". La última línea nos da un indicio muy importante. Uno puede suponer que si algunos empresarios "se sacan de encima" a los militares de las aduanas es porque ahora podrán hacer negocios sin el "filtro" (coimas por ejemplo) militar.

"Contra la burocracia" se titulaba un artículo escrito por Lenin allá por la década del '20. En los 3 casos vistos sobre la actualidad ecuatoriana, puede observarse que la actitud de Palacio no es ir contra la burocracia justamente, sino reemplazarla por una nueva que responda a su gestión. Y para hacerlo, el nuevo gobierno de Ecuador corre con ventaja, sobre todo al apropiarse de dos "banderas" levantadas por las manifestaciones populares, pero eso lo dejo para el balance final.

Pirotecnia verbal y después...

Palacio asumió en medio de una sesión legislativa agitada. Como la sede del Congreso era el campo de batalla entre los manifestantes (estudiantes en su mayoría) y la Policía o algunos sectores indígenas movilizados por Gutierrez, los legisladores ecuatorianos tuvieron que sesionar en el edificio de la CIESPAL (relacionado a los medios de comunicación) y allí también fueron objeto de las protestas de los "forajidos". Palacio, asediado por los manifestantes, tuvo que salir del aprieto improvisando un discurso para calmar los ánimos. Allí es donde empezó lo que yo denomino "pirotecnia verbal" del nuevo gobierno de Ecuador, que duró menos de 2 días, y que después fue "echada por tierra" a la hora de las decisiones.

Palacio dijo en ese momento a los manifestantes "no soy político, no soy político" (sic) y "se acabó la prepotencia, se acabó la dictadura, con ustedes quiero gobernar". También en ese momento habló de convocar a una asamblea constituyente. Ante las demandas de los manifestantes, Palacio se vio forzado a considerar temas como la deuda externa, las bases militares norteamericanas en suelo ecuatoriano y la entrada de Ecuador al Tratado de Libre Comercio (TLC), impulsado por Estados Unidos. En su gabinete quiso mostrar gestos de cambio nombrando a técnicos sin experiencia en partidos políticos y con ideas "nuevas". En Economía nombró a Rafael Correa, un economista crítico de la dolarización y del TLC. Y el nuevo Ministro del Interior salió a criticar a Condoleezza Rice (Secretaría de Estado de EE.UU.) pidiéndole que no se entrometa en los asuntos internos de Ecuador.

El discurso supuestamente contestatario que puso en alerta a la OEA, EE.UU. y la Unión Europea duró menos de lo que uno podía creer. Al día siguiente de haber sido nombrado, el ministro de Economía salió a aclarar que la dolarización no se toca, como para calmar y darle certezas al "mercado" (ese término que tanto le gusta usar a los burgueses). Palacio, que había dicho que los responsables de la represión a los "forajidos" las iban a pagar, aceptó que el principal responsable de las muertes -Gutierrez- se vaya a Brasil por el asilo que le otorgó el gobierno de Lula. Además, el nuevo presidente había dicho que con respecto al TLC que "nada de lo que se firmaría o discutiera en las siguientes rondas iría en contra de los intereses ecuatorianos" (Clarín, 28/4); pero el equipo negociador fue casi inmediatamente confirmado, y por lo tanto Ecuador seguirá en las negociaciones dentro de un proyecto comercial que lo perjudica totalmente (el caso de México alcanza para comprobarlo). Nadie del nuevo gobierno criticó ni a EE.UU. ni a Condoleezza Rice a pesar de que el gobierno yankee había pedido que se reciba a una comisión de la OEA y que se le permita la salida del país a Gutierrez (ambos pedidos son claros "entrometimientos"), porque Ecuador aceptó esas demandas con tal de ser reconocido y así "no caerse del mundo" (otro término usado por los burgueses).

Pirotecnia verbal para simular un cambio que haga creer al pueblo que ya no vale la pena salir a protestar por las calles. Promesas de cambio que mueren en el preciso momento en que se toman decisiones. Fugaz oposición al imperio estadounidense como para que no se diga que el gobierno no defiende los "intereses nacionales". El nuevo gobierno de Ecuador pareciera estar filmando nuevamente esa película que ya vimos en varios países americanos, y cuyo final ya conocemos todos.

Qué hacer con las asambleas

Las semejanzas entre la salida de De la Rúa y la reciente huida de Gutierrez en Ecuador no se reducen al helicóptero o a las batallas entre policías y manifestantes. También allá se han formado "asambleas barriales" de ciudadanos en distintas provincias del país. Si bien la información que pude obtener es fragmentada, da la impresión de que el Gobierno tiene un diálogo con estos movimientos que se desarrolla por canales no institucionales, al igual que lo ocurrido en nuestro país. Los reclamos asamblearios se ven en los diarios: "Los habitantes de varias provincias, a través de asambleas populares, exigen asumir el control de las instituciones gubernamentales y participar en el nombramiento de los funcionarios de la administración pública. La mayoría de frentes populares pide que las entidades del Gobierno en cada provincia estén dirigidas por personas que no hayan sido acusadas de actos de corrupción y que no tengan vínculos con la anterior administración del ex presidente Lucio Gutiérrez" (diario Hoy, 3/5). En la edición del domingo, el Hoy también publica que algunas asambleas tienen como un objetivo de su lucha "pedir la derogatoria de la Ley de Elecciones vigente en la Constitución Política del Estado", y que "en el caso de no ser tomadas en cuenta [las peticiones], los asambleístas saldrán otra vez a las calles" (diario Hoy, 1/5).

Balance

La distancia y el poco conocimiento de la composición de los grupos sociales que intervienen en Ecuador son un obstáculo para el que quiere entender lo que pasa a la distancia. Remarco eso porque este acercamiento a través de una selección de noticias en los periódicos ecuatorianos no es un método muy fiable, pero se vuelve útil al leer esas frases perdidas en el texto que dicen mucho más que un título.

Influenciados por nuestra experiencia en Argentina, podríamos decir que Ecuador está viviendo ahora lo que nosotros vivimos en diciembre de 2001. Pero creo que es mejor no utilizar para todo ese espejo, y en cambio manejarnos en el plano de las hipótesis, sobre todo cuando se saben solo fragmentos de lo que está pasando. De los 3 temas desarrollados, se alcanzan a ver algunos elementos propios de una crisis institucional del régimen democrático.

Las instituciones son objeto del ataque de los manifestantes que (desafiando el orden democrático clásico) buscan participar en las decisiones del gobierno. La reacción refleja de los políticos es depurarlas, apropiándose un poco en el caso ecuatoriano (pero en otros también) de 2 reclamos generalizados por las protestas civiles: el rechazo a todo elemento que perviva de la etapa de Lucio Gutierrez, y el rechazo más general a los políticos como grupo o corporación; y por otro lado la crítica a toda corrupción estatal. Tomando el primer reclamo, el nombramiento del nuevo gabinete con ministros sin trayectoria en partidos políticos o el reemplazo de la burocracia pro-Gutierrez por otra funcional al nuevo gobierno son medidas que se apropian en parte del discurso de los sectores populares, porque el gobierno nunca llegará al "que se vayan todos" porque eso implicaría atentar contra su propia existencia. En nombre de las reivindicaciones populares el gobierno trata de obtener rédito "limpiando" a los sectores de Gutierrez, como el Ministerio de Bienestar Social. Pero con respecto al otro reclamo, la corrupción, el nuevo gobierno de Ecuador busca avanzar sobre estructuras sospechosas como la AGD, diciendo que tiene demasiados empleados.

La cuestión es que no se trata solo de un cambio de piezas en la burocracia, sino que también se están reacomodando sectores del poder político ante la nueva situación. El Ejército es desplazado de las aduanas al parecer a pedido de los sectores empresarios productivos. ¿Eso marca una alianza que comienza a ser estable entre el empresariado ecuatoriano y Palacio? ¿Cómo va a reaccionar el Ejército ante la pérdida de un espacio de poder y de "ingresos" como son las aduanas? ¿Palacio otorgará a las FF.AA. alguna "compensación" para evitar descontentos? ¿O es que la salida de Gutierrez debilitó a las FF.AA. a tal punto que el nuevo gobierno puede avanzar sobre ellas? Tantas preguntas juntas muestran que los procesos no están claramente cerrados, y que mejor que hacer conclusiones apresuradas conviene hacer preguntas cuando las cosas no están claras.

La relación gobierno - sociedad civil no solo pasa solo por "maquillar" las instituciones sino también por las asambleas ciudadanas que nacieron con las protestas. Si, como parece por las noticias vistas, la relación entre ambos actores será guiada por el par presionar-ceder, habrá que ver en el futuro qué forma se dan dichas asambleas, que fuerzas tienen para presionar, con qué elementos contará el gobierno para sumarlas a la lógica de las instituciones. Este tema es sin dudas un punto abierto cuyo desarrollo veremos en el futuro.

Donde parece ser más clara la cuestión es en el rumbo que tomará la política exterior ecuatoriana. Usando la recurrente estrategia de decir algo distinto y seguir haciendo lo mismo, creo ver que el nuevo gobierno de Ecuador transita hacia una continuidad de la política exterior anterior: los intereses estadounidenses no se tocan, se sigue discutiendo el TLC y se busca respaldo en la OEA para evitar intervenciones externas. Pero si bien la realidad de hoy parece mostrar esas líneas, eso no significa que en un futuro no muy lejano las cosas puedan cambiar. Hoy en Ecuador casi todo está sujeto al cambio, porque como dicen algunos teóricos de las revoluciones los cambios sociales se aceleran en procesos de movilización / rebelión popular. Y las posibles certezas de hoy pueden ser nada dentro de un tiempo, depende de la relación de fuerzas entre los actores sociales y los intereses de cada uno de ellos.



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