Excesos

por Miguel Espinaco

"Todo lo que diga puede y será usado en su contra" dice disciplinadamente el policía de la película - tan diferente a los de la realidad - en cada detención que lleva adelante durante los noventa minutos de acción sin límites. En la diplomacia es más o menos igual: no conviene hablar de la mano que tira la piedra.

Resulta que a este señor con el complicado apellido Ahmadinejad (o Ahmadineyad para los que prefieren una fonética más castiza) presidente de Irán, para más datos, se le ocurrió decir que el Estado de Israel debía ser borrado del mapa y entonces los estadistas alzaron la voz con tono de reproche. A ellos no se les ocurriría decir nunca algo como eso, nunca lo dirían ¿se entiende? preguntaría mirando a los ojos a su interlocutor un conocido personaje mediático argentino ahora algo venido a menos. No se les cruzaría por la cabeza, decirlo digo.

Eso de borrar del mapa suena, la verdad, un poquito excesivo y - peor que eso - un muchito inoportuno. La policía mundial, que no tiene la costumbre de leerte muchos derechos antes de entrar a tiro limpio, anda justamente merodeando Irán con la excusa de ciertos desarrollos nucleares que podrían alterar - dicen - el equilibrio de la región, entonces el sospechoso declara a los gritos justo eso y como dos más dos son cuatro y cuatro y dos son seis, los investigadores separan un poco las pipas de sus bocas y declaran al unísono: bingo!

No, a ver, en realidad voy a tener que corregirme levemente: las palabras de Mahmoud Ahmadinejad suenan excesivas justamente porque son inoportunas, porque están fuera de tiempo, digamos que un par de décadas fuera de tiempo. Lo curioso es que las convirtieron en demodé meta borrar del mapa palestinos. La historia la escriben los que matan, bien podría decirse forzando un poco el texto pero para nada la métrica y la idea.

Un tiempo atrás - digamos que no tanto, un tiempito - lo que dijo este hombre no hubiera sorprendido a tantos. Nadie se hubiera asombrado de que alguien expresara en voz alta que el Estado Israelí es artificial y que su destrucción es necesaria para que "se establezca en todo el territorio palestino un gobierno palestino nacido de elecciones libres y para que retornen a su hogar los refugiados", como dijo el tipo.

Sucede que el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos. A fuerza de invasiones, de misiles, de hojas de ruta, de planes de paz que se firman con la mano y ahí quedan nomás firmados, de colonias que se ponen y se sacan al ritmo de las necesidades de la negociación, lo que está re de onda es la idea de dos estados con sus fronteras y nadie jode a nadie. De acá para allá Israel, del otro lado Palestina y sanseacabó.

Me voy a rectificar de nuevo, levemente. Lo del presidente iraní es excesivo también porque es confuso, más que nada manipulable (a lo mejor él agrega confusión deliberadamente, pero ese es otro tema (vale recordar aquí otro tema más: que en este juego cada uno de estos estadistas hace su propio negocio (también los musulmanes, claro, pero ese es otro tema más, todavía))).

Digamos que uno escucha que hay que borrar del mapa al Estado de Israel y piensa enseguida en el pobre pueblo israelí borrado del mapa y es feo, pero la verdad es que el desplazamiento lingüístico es algo forzado y un poco tramposo: el Estado de Israel no es el pueblo de Israel, y los que un tiempito atrás pregonaban la destrucción del Estado de Israel, ponían sus esfuerzos en la idea de construir un estado multirracial y multirreligioso, digamos que laico, en el que convivieran democráticamente el pueblo palestino y el judío y eso, bien visto, no sería tan feo, pero sería igual el fin del Estado de Israel tal cual es, un estado que no reconoce derechos a los más de tres millones de desplazados (me encantan las sutilezas idiomáticas) que vivían antes en el territorio en el que después inventaron Israel, y que fueron oportunamente invitados sin ninguna cordialidad a irse a vivir a campos de concentración (aunque no les digan así, por cierto, pero me aguanto las sutilezas nada más que un ratito).

Encima, los que se enojan no dicen que el mismo pueblo israelí es víctima también del Estado de Israel. Mirá los colonos si no: les dicen vaya a Gaza le hacemos su casita confortable y si me ve un palestino hágalo de goma y al tiempo vuélvase, que ahora nos conviene desocupar esta parte para quedar como buena gente pero a lo mejor mañana de nuevo con la misma historia, vaya y ocúpeme las zonas altas que de ahí es más fácil hacer tiro al blanco con estos maleducados terroristas, como seguiremos haciendo por lo pronto en Cisjordania, a través de los agujeritos del muro.

Los estadistas que se enojan tanto con Don Mahmoud, tendrían que explicar cuál es la alternativa. A ver que saco la hoja de ruta, dirán, veamos, por acá ponemos la frontera, levantamos un murito, le dejamos algunas colonias por acá por si las moscas y de acá para allá es todo campo de concentración para ustedes, vayan para el fondo que hay lugar, es más grande y hasta tiene forma de estado.

Pero sigamos suponiendo alternativas. Después viene el problema de los refugiados: ahora que somos todos amigos volvemos, van a decir (pobre gente). Pero no, les van a contestar (de hecho, ya lo dijeron varias veces y en todos los tonos) si ustedes vuelven les vamos a tener que devolver las propiedades que eran de ustedes y encima, ustedes van a ser mayoría, así que éste no va a poder ser más un estado confesional, nos van a ganar las elecciones. Imaginá, el estado de Israel gobernado por un palestino.

Entonces está la otra alternativa. El estado de Israel usando de fuerza de choque al asustado pueblo israelí, se dedica a borrar del mapa ya no al Estado Palestino - que parecen dispuestos a dibujar en el mapa como ficción rodeada de alambradas - sino al mismísimo pueblo palestino. Alternativa que de hecho se mantiene en uso por estos días y sin tanto alarde.

Los enojados estadistas del mundo, aprovechan la volada y dicen ven? estos tipos quieren usar la energía nuclear para sumergir en un hongo atómico a Israel (que tiene su buen arsenal nuclear también, según cuentas las malas lenguas) y pregonan que hay que echar a Irán de la ONU (pero Israel ¿no desoyó unas cuantas resoluciones del Consejo de Seguridad y todavía no lo echaron?).

Desde lo que muestran las películas, en las que el séptimo de caballería se dedicaba a borrar del mapa a las naciones indias, han hecho sólo eso, borrar del mapa.

Claro que ni se les ocurre (por Dio!) hablar de la mano que tira la piedra y (magia) así parece que la piedra se tirara sola.



Opiná sobre este tema
¬ Anterior Ir a la Portada Siguiente ®