Colaboración

Una Francia oculta ha saltado a la tapa de los diarios y una generación "sumida en el abandono y la desesperanza" se ha hecho visible detrás de los cuentitos del primer mundo, de la igualdad y de la fraternidad. Alicia nos ha enviado este trabajo en el que sintetiza el enfoque educativo de la doctora Christine Hélot contra la discriminación.

Una generación abandonada

por Alicia Belucci

En el marco de las jornadas organizadas por el Centro de Idiomas de la U.N.L., este año se vienen realizando "Talleres sobre políticas lingüísticas Educativas del Consejo de Europa: Objetivos y Desafíos".

En el mes de Septiembre afortunadamente fui invitada a asistir a las jornadas de la doctora Christine Hélot, francesa, de la región de Alsacia. Noreste de Francia, pegadita a Alemania. El francés regional tiene un acento definidamente alemán, es una región industrial, lo que significa que el empleo fabril temporario es una constante.

Cada trabajador -extranjeros en su mayoría- deben trasladarse con su familia por 6 meses o un año, lo que significa enviar sus hijos a la escuela del lugar para que continúen sus estudios primarios.

A partir de ahí, estudiar en Francia es concurrir a la escuela preparatoria, luego dos años y un examen dificilísimo para obtener el título de lo que aquí llamábamos el Bachillerato. Luego el Liceo y el acceso y cursado a una carrera universitaria o de oficios, pero no gratuita. En Francia para cursar estudios superiores hay que pagar y es caro. Sólo tienen acceso los adolescentes de clase media para arriba. El proceso determina que cada dos años de estudio universitario vas obteniendo especies de títulos o matrículas, hasta llegar al doctorado, en cualquier especialidad, después de muchos años de estudio. A este nivel llegó Christine, especialista en ámbitos pedagógicos y muy interesada en lo "Social" (Quizá su intertexto sea Vigotzky?).

El problema del plurilingüismo, las diferencias culturales, la discriminación racial, se acentúan en esa región por las características mencionadas.

El problema francés, es el bumerang que vuelve a casa después de 500 años, cuando Francia inició y aseguró su gran expansión territorial colonialista, obligó a sus colonias a hablar el francés como "lengua madre" -la que se enseñaba en las escuelas- trató de que todas sus colonias sólo fueran unos pedacitos de suelo francés desparramados de la tierra madre. Una enculturación, cuyo resultado fue ver sobre las superficies cómo un senegalés hablaba su francés escolarizado, mientras que en casa se hablaba la lengua materna, se comía, se criaban los hijos, se vestía y se vivía de acuerdo a costumbres ancestrales. Ingresan a Francia con derechos de residencia y trabajo, legales, pasan tres generaciones. Y en casa se sigue hablando la lengua materna, la cultura materna, la religión, etc.

Francia tiene miedo de perder la hegemonía que siempre ha significado su lengua.

Por eso en las escuelas la única lengua que aprendés es el francés, aunque seas vietnamita o brasilero.

La mitad de las aulas primarias está compuesta por franceses alsacianos y la otra mitad por una diversidad increíble.

Los niños franceses no saludan con el obligadísimo bonjour a ningún compañero extranjero.

La doctora Hélot piensa que hay que empezar por aceptar la compleja realidad que se vive, no sirve ni negarla ni taparla ni ser indiferentes. La educación es una forma importante para evitar la discriminación. Y la franja etaria de la niñez un campo fértil.

El problema son los padres: tanto extranjeros como franceses, nadie se avergüenza de su cultura ni de sus costumbres.

El proyecto llevado a cabo por la doctora Hélot, aprobado y financiado por el Ministerio de Educación de la Región, consistió en llevar una vez por semana un papá o una mamá extranjera cuyo hijo estuviera en esa clase, y proponer aprender a escribir, hablar y cantar canciones, poesías, nombres de cada uno, el cumpleaños feliz, en cada lengua extranjera de cada niño extranjero. Así aparece una mamá vietnamita con un traje típico, canta, escribe, escribe la niña vietnamita en su lengua en el pizarrón. Así aparece el papá croata con una bandeja portando jarra y tazas típicas de su país, con un té especialmente preparado para compartir con los niños. La mamá brasilera fue con su remera amarilla y verde con un nudo al costado, cantando un samba y moviéndose hasta contagiar a los niños, otra mamá apareció con una enorme torta típica de su país, y siempre la experiencia de escribir y cantar en la lengua extranjera en cada caso.

La experiencia duró un ciclo lectivo, los niños alsacianos demostraron una apertura hacia lo desconocido que menguó llamativamente la impronta discriminatoria que traen de sus hogares. Y los niños extranjeros empezaron a participar en clase, la niña vietnamita desde que recibió su primer bonjour de sus compañeros empezó a existir como persona. Antes, según relata la docente en el video, era un "vegetal".

Con la carta de triunfo en las manos Christine Hélot quiso más. Se presentó ante las autoridades del Ministerio de Educación de la nación con la intención de proponerles llevar a cabo su proyecto al ámbito de lo que en Argentina sería la escuela secundaria.

Le contestaron que no. Que vuelva dentro de diez años.

¿Cuál es el proyecto del gobierno francés ante este problema que viene inflándose como una bola de nieve desde hace 30 años?

Ya no existe el permiso de residencia legal para hijos de inmigrantes de excolonias francesas. No les dan trabajo. No acceden a planes de vivienda. No obtiene subsidios por desempleo. Esta parece ser la obtusa solución que tiene el gobierno.

La "Bouge qui bouge" es la respuesta que va y que viene.

Cubrir con fuego es por ahora la respuesta de los oprimidos y de los que oprimen.

No hay quienes dirijan este conflicto, estas revueltas.

Y parece recrudecerse la idea de que el próximo capítulo sería la expulsión. Una utopía. La realidad no se cambia con dos palmaditas ordenando el caos.

Franceses o extranjeros, asalariados o desocupados, aquellos que no pueden continuar sus estudios, que no tienen trabajo ni subsidio por desempleo, ¿No constituyen toda una generación sumida en el abandono y la desesperanza?



Opiná sobre este tema

La violencia del liberalismo

En la página siguiente reproducimos un texto de "Attac France", una especie de Movimiento o Asociación que trabaja para ayudar a ciudadanos franceses, desde todos los ámbitos posibles. Por supuesto, tiene su propio sustento ideológico, que se desliza en el texto. Éste fue interpretado -no me gusta decir traducido- porque de una cultura a otra no hay nada que se pueda traducir literalmente, sólo se puede captar el sentido e interpretar giros idiomáticos propios de cada cultura.

El trabajo ha sido realizado conjuntamente con María Delia Koch, para asegurar una interpretación más ajustada.

"Cubrir con fuego"

Le "couvre-feu" (cubrir con fuego): significa directamente eso, arrasar o hacer desaparecer todo bajo fuego, incendiando.

Esa puede llegar a ser una de las ideas que tiene el gobierno, o al menos sus dirigentes más de derecha, inclusive bajo forma de ley. Una medida que sin duda pondrá muy mal a la gente de los barrios periféricos, sobre todo a los argelinos, porque ese es el método que usó Francia en Argelia cuando hubo revueltas para independizarse.

¬ Anterior Ir a la Portada Siguiente ®