Biografías curturales

Si de algo sabe el panorama curtural santafesino es de artistas tardíos, pero nadie como Holbeck Prístino Pautasso en el terreno de llegar tarde a los fenómenos artísticos.

Holbeck Prístino Pautasso

El artista que siempre llegó tarde

por Maytland Goyeneche

Tal vez el haber nacido en una ciudad no muy cosmopolita en el seno de una familia adinerada lejos de los crueles avatares que consumían al país en los oscuros años setentas sirva de justificación a los tardíos intentos de revolucionar las artes mayores, pero lo cierto es que Holbeck Prístino Pautasso solo atribuyó su tardanza a la hora de idear revoluciones culturales a su mala estrella.

Nacido en Gálvez en 1971 Holbeck Prístino Pautasso sintió el llamado del arte ya en la salita azul del jardín maternal, cuando una de las jardineras que intentaba hacerle comer un puré de papas descubrió su vocación para el action paiting. Desgraciadamente Jacson Pollock ya había hecho famosa la técnica y cuando meses mas tarde en la biblioteca de la escuela se encontró con un libro del expresionismo abstracto cayó en la cuenta de que eso ya se había hecho.

Entonces comprendió que en el arte no se trataba de hacer lo que ya estaba hecho, sino de ir más allá. Que no se podía "crear repitiendo fórmulas que ya habían sido formuladas" como expresara en el periódico del colegio unos años mas tarde.

En 1978 interpretó a San Martín en un acto escolar. La chispita de artista se le prendió entonces y decidió alejarse de aburridas representaciones y junto a unos compañeritos de grado dió vida al "Teatro Alternativo de Gálvez". Basandosé en técnicas inventadas por él mismo sometía a los aspirantes a actores a crueles prácticas artísticas para lograr la compenetración del actor con el personaje, obligándolos a comer cucarachas, dormir en los baños de la discoteca y masturbarse con fotografías de la directora del colegio Adoratrices entre otras atrocidades. Otra vez fué un libro quien lo desengañara de sus pretensiones enterándolo de que Grotowsky ya había incursionado en la renovación escénica.

Ya más actualizado un año después volvería a lo que fuera su primer amor, la plástica. Pero como la simple aplicación de pinturas sobre una tela le pareció algo perimido se le ocurrió utilizar viejos recortes de revistas que su madre tenía en la mesita del teléfono. De esta época datan sus collages revolucionarios, jugando con la doble intención de relacionar arte político y la desestructuración formal de la propuesta plástica. Fotografías del Che Guevara convivían con envoltorios de alfajores y chapitas de cervezas. Pero algo en su interior le decía que debía rápidamente evolucionar hacia otros campos y antes de enterarse de la existencia del movimiento dadaísta en la Sala de la Cooperativa de Agricultures Ganaderos montó su primera instalación consistente en figuras geométricas que prefigurarían el hábitat del hombre del futuro.

Esta vez fuera un documental cultural que pasaron por ATC lo que diera por tierra su fabulosa máquina de renovación. Afortunadamente llegaban los ochentas y el desconcierto reinaba. Decidió que el rock era lo suyo y montó un grupo que según la promoción haría tambalear las instituciones académicas. Cuando ya habían grabado tres casettes con la agrupación "Los escarabajos" alguien le pasó el dato que cantar rock en castellano no era ninguna novedad.

Huyó entonces a la ciudad capital, para probar suerte en una sociedad menos conservadora que su Gálvez natal. La poesía sería entonces lo que le daría un nombre en el altar de los genios del Arte. Lejos de las rimas métricas y la convención decidió hacer poesía recitando los prospectos de medicamentos que tomaba su abuela. Incluso llegó a editar un libro con dibujos de los hermanos Gudiño: "Prozac". En 1984 abondanaría la propuesta después de que su profesora de literatura lo alabara comparándolo con Nicanor Parra. No era que le molestara haber inventado algo después de Parra, pero odiaba a su profesora de literatura.

1986 lo encontró cursando por tercera vez el 1º año de bachillerato. Había dejado de producir asistiendo a cuanto evento cultural se le cruzara buscando ideas innovadoras (también había dejado de estudiar). Asistiendo al II Encuentro de Coros Estudiantiles tuvo una idea brillante. Un coro que interpretara temas instrumentales de Pink Floyd haciendo gárgaras con yema de huevo. No es que la idea no fuera innovadora, pero Jorge Céspedes lo hechó a patadas. Esta vez se había documentado, había agotado todas las instancias, había ingeniado algo nuevo, pero el mundo no estaba aún preparado para algo tan nuevo. Decidió apuntar más bajo.

La danza. Despreciando los tutúes y los danzantes que hacían piruetas en puntas de pié creyó ver una posibilidad en que los bailarines hicieran otra cosa. Introdujo nuevos vestuarios, incluso escenografía. Un par de cubos por ahí, una mesa por allá. Hasta llegó a hacer que las bailarinas recitaran textos de Esquilo. Tres exitosas temporadas llenas de premios y satisfacciones tiradas a la basura cuando en la bienal de arte joven vió un videocasette que le prestó una de sus alumnas. El espectáculo estaba fechado en 1961.

En julio de 1993 se compró diez tarros de pintura en aerosol salió a pintar cuanta pared encontrara libre. La experiencia fue fructífera en cuanto a repercusión mediática. La pared de la comisaría estaba libre, pero él ya no lo estaría por un par de semanas. Lo más frustrante es que el policía que le hizo el prontuario por daños a la propiedad privada del estado lo enteró que los grafiteros de la década del ochenta le habían pintado el garage de la casa con unos dibujos muy parecidos a los que él le puso a la comisaría.

Para ir finalizando Prístino inició un peregrinaje en el campo del diseño, habría incursionado en el diseño de pakaging alternativo para envoltorios de Tita y Rodesia, pero los mesurados directivos de Terrabusi lo rajaron sin contemplaciones ni indemnizaciones.

Lo último que supimos de Holbeck Prístino Pautasso es que se fué a Nueva York a vender respuestos sanitarios y alguien lo descubrió dibujando en el borde de una boleta, le financió una exposición en una galería de vanguardia y que se hizo millonario.

Buenas noches.

PD: A propósito de nuestro homenaje a Menchu Quesada (que en paz descanse) el lector Ernesto del barrio las ranitas nos informa que la película "Los irrompibles" sí fué realizada, aunque en los créditos nuestra recordada Menchu desapareció. Arizu era un vino, pero también fué una sex simbol de los '70. Dessgraciadamente su carrera se desarrolló en otras latitudes, por lo que la biografía de Silvia Arizu la dejaremos para otra sección.



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Holbeck Prístino Pautasso, el artista tardío
El "Teatro Alternativo de Gálvez" en una de sus clásicas representaciones
"El hábitat del hombre del futuro" instalación de su período instalacionista
De la serie "Collages revolucionarios"
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