"En realidad la literatura es como una especie de juego perverso en el que todos pierden y todos ganan, dependiendo siempre del cristal con que se la mire" me dijo un artista amigo que se dedica a componer preciosos objetos con vidrio, y es cierto, porque en el terreno de las relaciones interpersonales hay tanto meandro cruzado que da miedo. Seguro está que se mata en cualquier momento, Delfina en otro viaje y La Bestia bien, gracias.

Los consejos de Seguro

presentados por Adrián Alvarado.

El hombre como concepto de supervivencia capítulo cinco

1

"La esperanza es una ciudad que queda acá cerca".

Porque la esperanza es ese boomerang que tiramos y no vuelve entonces lo tenemos que ir a buscar para tirarlo de nuevo y así.

La esperanza te desea dulces sueños a la noche y a la mañana te manda al laburo, a la tarde te desmorruga la yerba que vas a tomar, a la nochecita te prende la tele, te acuna hasta que te instalás en el campo de los sueños, vos solo te acomodás la almohada y te vas. Te vas de este país de mierda que lleva como nombre Argentina, palabra que adjetiva y sustantiva nuestro karma. Y te vas si tenés la suerte de irte.

Quienes descubrieron la forma de llegar a estas tierras, allá lejos y hace tiempo, nos dejaron en la piel el estigma de la codicia. Y aquellos que forjaron el estado argentino decidieron que habiendo acá tanto terreno ocupado por indios era necesario atraer a la flor y nata del viejo continente para mejorar tanto aborigen, y esos que vinieron llegaron con más codicia y más esperanza. Nuestro país estaba nuevo, brillaba argentino, lleno de riquezas y proteínas, tierras y carnes frescas para solaz de tanto chancho.

La esperanza es la tumba que te cavás mientras tenés fuerza, dice alguien y debo admitir que es cierto, me miro las manos y tengo ganas de llorar pero me la aguanto porque sé que la esperanza es la codicia, es lo que queremos y no tenemos y lo que no tenemos es plata, justamente acá, en la Argentina.

Así estamos, metidos hasta la coronilla en esto que definitivamente ha superado la coronilla, nos debatimos en la mugre y nos cagamos de risa y la mierda se nos mete en la boca y creemos que es comida.

2

Carlos se sacude la modorra que se le queda pegada como una lapa a la mañana y encara sin saber muy bien que está haciendo y se sueña despierto todo el día y vuelve a su casa con el auto de la empresa pensando que los vecinos lo respetan porque lo saludan y después mira la tele y se ríe de un señor con barba y sin dientes y pregunta cuanto falta para el mundial y sufre porque con esos muertos nos volvemos en la primera de cambio.

3

Lindor Lozano era feo, de chiquito asustaba, aunque tratara de ser simpático no zafaba. No tenía amigos y mucho menos amigas, su madre lo llamaba Monstruo o Castigo de dios entre otros insultos menos rebuscados. El padre de Lindor se fue de la casa cuando el pibe tenía cuatro años, dejó una carta en la que declaraba que no podía soportar la idea de haber engendrado una criatura tan desagradable, en la misiva dejaba entrever las sospechas que lo acosaban, "Yo no puedo ser el padre de esa cosa", escribió, "me voy porque dudo de ti mujer y porque no soporto verle la cara a ese hijo tuyo que es más feo que la mierda".

La madre de Lindor Lozano siempre lo culpó por haberse quedado sola al punto de llevarlo a un circo con serias intenciones de venderlo como fenómeno, pero no se lo quisieron comprar porque Lindor no tenía ningún talento, lo único que tenía era su fealdad y eso solo no bastaba para hacerlo extraordinario.

Lindor creció y a medida que crecía se ponía más feo, la adolescencia le trajo los consabidos cambios hormonales y sendas erupciones purulentas que transformaron su espantoso rostro en algo intolerable, después los granos se fueron pero quedaron los cráteres, el cutis de Lindor Lozano a los 19 años no tenía nada que envidiarle a un teatro de operaciones de la primera guerra mundial.

A esa edad Lindor conoció a Luz, una bellísima joven no vidente, el salame se la llevó por delante en una ochava, le pidió mil disculpas casi con lágrimas en los ojos, Luz lo tranquilizó diciéndole que gran parte de la culpa era de ella que no veía un carajo y se rió y el también se debió reirse y ella le tocó la cara con las dos manos y el se quedó quieto, ella pasaba sus dedos por aquel rostro imposible y decía, Increíble y él le dijo, Sí, soy más feo que la mierda, No, dijo ella, Es increíble, tenés cosas escritas en la cara, Me estás cargando, dijo él, No, dijo ella, Es en serio, puedo leerte, ¿dónde vivís?, Acá cerca, dijo Lindor, Vamos, dijo ella, y fueron.

Luz estuvo leyendo a Lindor cinco horas seguidas y después le contó que su encuentro estaba escrito, Acá en el pómulo derecho dice que vamos a casarnos y vamos a querernos siempre, le dijo emocionada.

Casi inmediatamente después metieron a la vieja madre de Lindor en un geriátrico ilegal y pusieron un floreciente negocio, "Luz te lee la cara" rezaba el cartel que colgaron arriba de la puerta del frente y de eso vivieron, ellos y sus hijos feos.

Después Lindor supo conducir un noticiero de televisión, no acá, en otro lado.

Libertad a Seguro


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Recuerdo
que fácil era vivir
cuando no reconocía
estar viviendo
recuerdo la risa
el llanto
y el sueño
mientras
se me pegaban las cosas
y querían convencerme
que eso era crecer
y que los golpes endurecen
y que lo que no te mata
te engorda.

Después
todo me fue explicado
la luna ya no era un queso
era un satélite
donde había magia
quedaron trucos
y el amor se transformó
en un trabajo
mal renumerado.

Lo que no está se fue
y lo que se fue
vuelve cambiado
cuando vuelve
o vuelve igual
y a mi la boca
se me llenó de humo
de fuego de fotos viejas
y vos ahí
mirándome.

Después cerré los ojos
y el edificio
se vino abajo
el asfalto se rajó
de punta a punta
la tierra se abrió
y se tragó todo
lo escupió
y volvió a tragarlo
para escupirlo de vuelta.

Abrí los ojos
y estabas ahí
mirándome.
Cerré los ojos
y te besé.
Después, creo,
me dormí.

Delfina Contreras

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