Personajes del Capitán

Anita Garibaldi
1817 - 1849

por Juan Carlos Marcolini

Comencé a investigar a Giuseppe Garibaldi y todo iba bien hasta que me encontré con Ana María de Jesús Ribeiro da Silva, mas conocida como Anita Garibaldi.

Me encontré es un decir, el que la encontró fue el gringo, que venía huyendo de Italia y estaba en un barco atracado en el puerto del estado de Santa Catarina. El tipo la vio desde el barco y quedo tan prendado que averiguó donde vivía, se presento y le dijo "usted debe ser mía", según cuenta en sus memorias.

Anita, que estaba casada con un zapatero de apellido Duarte, borrachín el hombre, al verlo se le aflojo el cancán y prontamente le dio el sí y así empezó la historia de amor entre el gringo y la gaúcha de Laguna.

Su lecho nupcial fue la nave Itaparica, de las fuerzas insurgentes, cabe señalar que en esos momentos los revolucionarios brasileros se habían levantado contra el emperador Pedro II y proclamado la República de Río Grande.

Todo marchaba viento en popa cuando aparece la nave imperial "Andorinha", mucho mejor equipada que la Itaparica y se aprontó para el combate. Garibaldi le ordeno a la joven bajar a tierra, pero ni bien comenzó la batalla, la joven Anita (que tenia 19 años) comenzó a cargar armas, a disparar y a azuzar a su gente.

Pero las fuerzas imperiales eran demasiado poderosas y los farraposos (nombre dado a los revolucionarios) debieron refugiarse en la selva y alternar combates con retiradas. Anita estaba embarazada cuando fue tomada prisionera, y los soldados pretendían usarla como cebo para atrapar al italiano. La joven se fuga de noche y se lanza a un tormentoso río asida a la cola de un caballo, unos campesinos la encontraron, le dieron café.

Y cuando recuperó un poco sus fuerzas se interno en la selva buscando el campamento de su hombre hasta que lo encontró. Ahí se enteró Garibaldi que iba a ser padre.

Al hijo lo llamaron Menotti en homenaje a un patriota italiano, y no conoció otro pañal que la bufanda de su padre.

Al fin, los Garibaldi llegan a Montevideo y por supuesto se toman un descanso, salvo por las escapadas que hacia don Garibaldi tras las polleras, cosa que ponía de muy mal humor a Anita que no le perdonaba una. Dicen que una vez se le apareció con dos pistolas dispuesta a liquidarlo a él y a su dama de turno.

La cosa que en Montevideo se casaron, eso si tuvieron que falsificar el certificado de defunción del zapatero Duarte, que a esta altura la gente del pueblo lo señalaba con dos dedos. Tuvieron tres hijos más, Rosita, Teresita y Riciotti.

Como de costumbre los Garibaldi y los conflictos iban de la mano, se produce el "sitio a Montevideo" por parte del General Oribe, aliado de Juan Manuel de Rosas.

Los extranjeros y refugiados que habían escapado del rosismo se agruparon en legiones según la nacionalidad para defender la ciudad. Para vestir a la legión garibaldina, Anita uso dos colores, el rojo para las camisas y el negro para las banderas. Tiempo después esos colores los usaron rebeldes en todas partes del mundo.

Dicen que el Almirante Brown tuvo la oportunidad de tomarlo prisionero y lo dejo escapar. Dicen.

Dos victorias lo convierten en ídolo para los montevideanos, quienes lo hicieron desfilar por las calles.

Coincidente con la muerte de la pequeña Rosita, llegan noticias de que en toda Italia se producían alzamientos y parecía que estaban dadas las condiciones para sacarse de encima a los austríacos.

Anita viaja primero para organizar la recepción de su marido, quien junto con tres mil voluntarios se puso al servicio del rey de Cerdeña, Carlos Maria de Saboya.

Pero como siempre, el enemigo era muy poderoso además de los austríacos, debían combatir contra ejércitos franceses, españoles y como si fuera poco las tropas pontificias.

Derroto un par de veces a los franceses pero finalmente fue vencido en Roma, ciudad que habían logrado tomar.

Anita, (oh, que raro, embarazada) combatió a su lado, vestida con el uniforme garibaldino y con un sombrero gaúcho, armada con sable y pistola.

Fueron perseguidos por cuatro ejércitos hasta la pequeña república de San Marino, allí descansaron un poco pero su meta era llegar a Ravena. Anita se negó a quedarse hasta que nazca el bebe, y acompaño a su marido.

Los estaban esperando. Apenas dejaron los muros de San Marino comenzó la persecución. Ya cerca de Ravena hicieron un alto, semejante fuga había sido demasiado para la gaúcha y la fiebre se la llevaba, recién a la noche pudo llegar un médico, pero ya era tarde.

Anita, murió el 4 de agosto de 1849, poco antes de cumplir treinta y dos años.

Anita fue enterrada a los apurones en aquella lejana playa lejos de su país. Unos perros la desenterraron pero sus propios enemigos le dieron finalmente una sepultura digna.

Esa Gaúcha con mayúscula que libro tres guerras se había ganado el respeto por mérito propio. En Laguna (Brasil) una estatua y la casa convertida en un pequeño museo la recuerdan.


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