Biografías curturales Santa Fe ha sabido a lo largo y ancho de su historia curtural de grandes y comprometidos artistas con su tiempo. Así como también ha sabido de aquellos otros artistas, aquellos a lo que todo les chupa un huevo, sin por eso dejar de ser grandes artistas. Liborio Peter Saldívar El artista al que todo le importaba un huevo
por Maytland Goyeneche Liborio Peter Saldívar nació y creció en La Polvareda, un agreste paisaje santafesino ajeno a todo aquello que pueda sonar a virtud. Tal vez por ello es que la obra de Liborio Peter Saldívar si de algo carece, es de virtud. Por lo menos a la hora de hablar de Derechos Humanos. Y la pregunta flota en el ambiente: ¿hace falta ser zurdo para ser artista?. Y la respuesta, cual sorete en inodoro tapado, también flota: Por supuesto que no. Incluso hay corrientes estéticas que están postulando todo lo contrario: Si querés ser un buen artista, tenés que ser un flor de garca, como dicen por ahí. Siempre viose empujado al camino del arte, sea cuales sean estos los caminos: danza en sus primeros años, mas tarde teatro de vanguardia de la mano de Julio Beltzer en la escuela secundaria. Coro también. Por ahi se le dió por hacer un poco de circo hasta que casi lo pisa un coche por pedir en las esquinas mientras hacia equilibrismo con un par de botellas de porrones. Nunca fue su inquietud innovar nada ni desestructurar. Solo hacer arte le llenaba la vida. Y sí fue su inquietud que también le llenara el bolsillo. Y para ello solo se puso una meta: trabajar y trabajar hasta que el reconocimiento llegase. Y es sabido que si uno trabaja y trabaja como un burro en algún momento algo va a pasar. Y así fué. se agarró una hernia de disco le le obligó a reposar por dos años. En estos años, mas precisamente 1998-1999 Liborio Peter Saldívar se dedicó a leer como loco, aparte de grabar los programas de Susana Gimenez se compró toda la colección Taschen de arte (menos los dedicados a Juan Arancio, personaje este con quien tuvo ciertos distanciamientos en una conferencia en la Mantovani). Podríase decir que Liborio en este momento se hizo cargo de la carrera que lo haría famoso en su barrio. Tantas lecturas, tanto arte no podía pasar indemne y se hizo artista inspirado en la suerte de Natalia Oreiro, que en ese momento estaba en la cúspide de su carrera con el/la inolvidable "Cholito". Siempre sintió un ligero malestar cuando escuchaba hablar a sus compañeros sobre el "compromiso" (leer con voz aflautada como lo pronunciaría él) del arte, o sobre "arte y sociedad" (también, con voz aflautada y murmurando malas palabras hasta quedarse sin aire). No es que le preocupara mucho el tema, pero quizás su incapacidad de dibujar puños cerrados le haya generado una especie de resentimiento hacia ciertas corrientes de arte, más precisamente el que va de la mano del Progresismo. Si bien para esa época ya hacía rato que los artistas ya no eran los "putos y drogadictos" estereotipados que el grueso de la gente le otorgaba a los artistas, incluso el mote de "zurditos" y, mucho menos "psicobolches", Liborio Peter Saldívar aún mantenía cierta reserva ante el papel que la sociedad le reservaba a los artistas: si algo no le interesaba a Liborio era tener que morir loco, hambriento y con una oreja menos. Por suerte el ejemplo de la locura no solo se limitaba a Van Gogth, sino que le sirvió maravillosamente el ejemplo de Dalí, el artista de la corte. Y aunque, al igual que a Dalí a Liborio no le quedaba corte a la que rendir pleitesía sabía de las nuevas formas que las antiguas instituciones podían albergar. Se inscribe en la Asociación de Artistas Plásticos y en la Asociación de Actores Argentinos, aunque en esta última por error, ya que por eso de la triple A pensaba que se trataba de otra cosa... De esta época data su obra pictórica "De jesuses y monaguillos", serie de pinturas de fuerte impronta religiosa confeccionados con grafitos y técnicas mixtas que muy atinadamente logra vender a Monseñor Storni, quizás por la tierna edad que exhibían los monaguillos de las pinturas. Paralelamente va profundizando su estudio del piano en el conservatorio de arte dramático y forma parte del grupo de heavy rock "Landrú", siendo autor de la mayoría de los temas del grupo, a pesar de que era un grupo que solo se dedicaba a realizar covers de Santana. Y como su necesidad de trascender a la miseria económica de la mano del arte no mengua (ni su miseria económica, dicho sea de paso) sigue infructuosamente su búsqueda y se gana un premio en una de las bienales de arte joven que organizaba la UNL. (al respecto me dicen que aún se siguen realizando, pero no podemos negar que la calidad de la misma es cada vez más pedorra, por lo que preferiría ignorar que aún sigue existiendo y, en cambio, solo recordar aquellas primeras que eran un derroche de talento). Dicho premio, que se lo adjudicó por su pintura rupestre "Me monto un rato", le abrió las puertas para seguir incursionando en el mundo del arte. Por lo que ese mismo año comenzaría sus talleres de cestería en el foro de la UNL. Un año después conoce la Comedia Musical y se enamora profundamente del género. Totalmente cebado organiza el Club de Fans de Pepito Cibrián, saca a la venta las figuritas de Drácula y organiza tours para ir a Buenos Aires a ver el musical Drácula todos los primeros fines de semana de cada mes. Su actividad como presidente del Club de Fans le abre otras puertas y comienza su carrera por el camino del travestismo y comienza a imitar a Gina María Hidalgo en cabaretes de mala muerte, Liborio había perdido el rumbo, ya no solo no ganaba dinero con el arte, sino que encima perdía plata. En diciembre del 2001 consigue un cargo de malabarismo en "La escuela de las artes y los oficios diversos", inicia entonces una arraigada amistad con Luis Alberto Bujajeruk Manzano a quien contrataría para realizar los telones de fondo de comedia musical "Tereso", basada en la vida de María Teresa de Calcuta, en la que aparte de la dirección se encargaría de la selección de los actores, las bailarinas, el vestuario, el maquillaje, las luces y el papel protagónico. Siendo esta comedia un gran suceso de público y crítica (dicen que el rengo Shneider, el gran crítico pantanense, no pudo realizar la crítica porque se sentía incapaz de ser imparcial ante un producto que lo había afectado tan profundamente) abre su corazón ahora a la escultura y saca un segundo premio en el Salón Anual del 25 de mayo en el Rosa Galisteo de Rodriguez con su talla en cartón corrugado "Desaparecidos en el espejo", donde quizás haciendo mofa del clásico "arte comprometido" se burla de las convenciones por medio de un horrible puño deformado, aunque los que conocemos su trayectoria sabemos que eso en realidad, solo es que aún no había aprendido a hacer puños cerrados. Este galardón le proporcionaría la posibilidad de acceder a varias becas y créditos blandos de la subsecretaría de cultura, actualmente se encuentra en Santiago del Estero estudiando ópera rock por medio de una beca que obtuvo de la fundación "Amalita". Puede que el personaje no nos caiga muy simpático por su falta de compromiso político, pero no podemos negar que es alguien que está en continua embullición. Lo que tampoco significa nada. Buenas noches. Opiná sobre este tema |
|
||||||||
|