Crónicas Curturales En los noventa (la década decadente) se empezó a acuñar el término bizarro para designar a cierta cualidad de ciertos acontecimientos. En poco tiempo ser bizarro se convirtió en un toque de distinción y quienes abrazaron tal cultura portaron con orgullo el distintivo. En realidad solo se trataba de distinguirse de la alta cultura por un lado y de la masa ignorante en la misma jugada. Hoy en día cualquier salame es "bizarro" sin que eso le mueva el piso a nadie.. Ser bizarro Cuando pertenecer tiene sus dudosos privilegios
por Maytland Goyeneche Es muy común encontrarse con algo muy extraño y catalogarlo de bizarro porque el sentido común así lo dicta. Y está bien hecho. Por ejemplo: el caso del hindú Sanju Bhagat's que estuvo embarazado de su hermano. Tenía la panza cual embarazada de nueve meses cuando en el hospital le diagnosticaron cáncer. Ahora, si usted lee en el diario un titular que, sin necesidad de ocupar ni primera plana ni lugar destacado cual crónica tv, ora "Sanju Bhagat's, el hindú embarazado de su hermano" no podemos menos que acreditarle el título honorífico de "bizarro", desde ya. Podríamos ir definiendo que algo bizarro es algo muy extraño y muy gracioso. O que por lo menos en una primera instancia nos causa una cierta gracia. Y así llegamos a que cualquier cosa se puede considerar bizarra sin que eso no signifique nada mas que otra de las tantas clasificaciones que tienen las cosas. Y es así nomás, no hay mucha mas vuelta que darle. Bizarro Si buscamos en el diccionario bizarro (del it. bizzarro, "iracundo") hace referencia a alguien con nobleza, de valores morales por encima de la media, que nada tiene que ver con el significado adquirido. Es un vocablo del árabe y el vasco que aún hoy suele ser utilizado con ese significado por algún poeta culto. No obstante se utiliza para referirse a algo raro, extravagante, insólito, debido a la confusión con la palabra inglesa bizarre la cual significa "extraño", "extravagante", "anormal", "atípico" y que raya la estupidez. Esto último es debido a su semejanza (en la escritura) con la palabra en inglés. Mi primer encuentro con la palabra data de la década de los ochenta, en una revista condicionada (si, porno) en la que se visualizaban atípicas costumbres sexuales: enanos, zoofilia, un tipo con un pene de cincuenta centímetros, la revista se llamaba "Rudolph" y estaba en inglés. Parece que un tal Rudolf era un tipo que tenía bizarras costumbres sexuales que pasó a la historia. Pero esa no es la nuestra. Ya en los setenta aparecen en Argentina los primeros indicios de "cultura bizarra", con el Bela Lugosi Club que proyectaba películas del mencionado actor rumano y otras del género terrorífico, claro, en ese momento nadie hablaba de Bizarro, cosa que ahora sobra, pero su perfil era exactamente ese, el que ahora podría catalogarse de esa manera tranquilamente y sin despeinarse. En 1985 "Los Twist", ese grupo de música rock-pop liderado por Pipo Cipolatti, ya volveremos a él, pero en esta ocasión sin Fabiana Cantilo y con Hilda Lizarazu, lo que no deja de ser un acierto, sacan al mercado su tercer disco, "La máquina del tiempo", un discaso que conseguí por módicos australes en la bandeja de baratos no muchos años después. Aún tengo el casette, y es uno de mis objetos preferidos. En el LP en cuestión los muchachos abordan una serie de temas que luego, bastante mas luego, serían abordados por todo tipo de salames intelectualoides con ínfulas de especialista en la cultura bizarra, a saber: series televisivas de ciencia ficción de factura económica, anticomunismo, sexo, inseguridad, películas de terror clase b, otros. Cabe destacar, en el disco participaban Charly García (hoy, un auténtico bizarro), Calamaro, Gustavo Santaolalla, Zabaleta y Melingo por nombrar personalidades del mundo del Rock vernáculo. Ahora bien: ¿el rock es bizarro? Respuesta: no. Pregunta dos: ¿los rockeros pertenecen al fandom? Respuesta: no. Pregunta tres: ¿qué es el fandom? Fandom Fandom es una palabra de origen inglés, más bien norteamericano, que deriva de kingdom (reino) y aficionado o fan, que si uno hila fino sería fanático, pero un fanático tiene otras connotaciones un poco peligrosas para el prójimo. Digamos que un "fan" es algo mas inofensivo, y así escrito no suena tan feo como decir que alguien es un fanático de algo. Bueno, en realidad no importa tanto. Son fans, y como en cualquier disciplina puede haber excesos con derivaciones desagradables. Piensen en el fútbol y sus muertos, por lo menos nadie murió por leer ávidamente libros de ciencia ficción o por disfrazarse de batman en una convención (más adelante veremos que es una convención de la que estoy hablando). Esto nace en EEUU hace una pila de años allá por los locos veintes, cuando Hugo Gernsback en 1926 se pone a editar una revisteja impresa en papel de pulpa (pulp fiction, les suena?) dedicada a la ciencia ficción: Amazing Stories, que no fue la primera revista dedicada al género de ciencia ficción pero que hizo punta en eso de los círculos de fans. Sucedió que los lectores de "ese" tipo de literatura no solo estaban deseosos de recibir información sobre el mundo interior de lo que leían, sino que también querían escribir para comentarla. Como la revista no daba abasto para cubrir las expectativas de los lectores decidieron agregar una sección a la revista, un correo de lectores titulado "discusión" donde los lectores podrían no solo comentar sus aficiones sino también contactarse con especimenes de la misma raza. Raudamente otras revistas copiaron el formato y de esa correspondencia se empezaron a formar los primeros clubes de aficionados que llegaron hasta editar sus propias publicaciones, los "fanzines", o sea, magazines de fans. De allí surgieron no pocos de los "destacados" escritores de ciencia ficción, tal vez escucharon hablar de Isaac Asimov… La Sociedad mundial de ciencia ficción entrega los premios Hugo que así se llaman en honor a la oportuna labor del señor Gernsback. Después surgen las convenciones, que al principio era algo así como un café literario donde los escritores solían reunirse con los aficionados organizando mesas redondas y cosas así, como en la feria del libro, ¿vistes? El porqué la ciencia ficción a lo largo de su historia ha tenido un carácter restringido, algo de periferia y de cultura baja tal vez tenga que ver con esto, pero lo cierto es que es otro cuento que va más largo y que no abordaremos aquí ahora. Quizás en mi próximo ensayo "La ciencia ficción y esa literatura de mierda". ¿Y entonces qué pertenece al fandom? En primer lugar los fans de la ciencia ficción. Y aquellos a los que les gusta (gustar en el sentido de sentirse un "fan" de eso) las películas de terror, los libros de Harry Potter, Star Treck, los que se disfrazan de sus personajes para ir a la avant premier de Star Wars, los otakus, los que leen demasiados comics, los que ven demasiados dibujitos animados y saben todo de ellos, y un montón de seres extraños (que no necesariamente "bizarros") que no hace falta nombrar a todos. ¿Son los fans de un equipo de futbol gente del "fandom"? Absolutamente no. Esos son gente normal, pertenecen a la norma, incluso si son tan fanáticos como para ponerle Diega a su hija. Son fanatismos que están absolutamente aceptados por el status social, y a nadie se le ocurriría pensar que un tipo que te recita la formación de Boca Juniors de 1997 completa incluyendo suplentes y aguateros es un tarado. Pero hacé la discusión de si Superman pude tener una novia humana y te quiero ver. ¡qué boludo!, no? Tal vez esta necesidad de agruparse es una manera de defenderse de los acosos sociales de la "norma" ante el objeto de tu admiración, que después de todo es también un acoso social hacia uno mismo, ¿o no somos lo que consumimos? ¿Y qué tiene que ver con lo bizarro? Bueno, pasa que "lo bizarro" es algo muuuuy abarcativo, tan abarcativo que es la joda, mire vea. Pero en un principio lo bizarro agrupaba no tantas cosas como ahora, no se trataba de una cultura, sino mas bien de una manera de clasificar ciertos productos curturales, por lo general referidos a temas fantásticos, terror, sexo y violencia gratuita. Pero incluso así su naturaleza era amplísima. Algo con solo pertenecer al género fantástico tiene elementos bizarros. ¿un inmortal sería algo bizarro? No, pero si después ocurre que ese inmortal era Homero por lo menos acordaríamos que es algo "extraño". Pero además el "bizarro" se cuela en otros géneros, por ejemplo, en los policiales (temática de cárceles de mujeres, delincuencia juvenil, drogadicción) dramas, films de arte, y hasta documentales que entran perfectamente en la definición. Pero desde ya que si hay alguna agrupación dedicada al bizarro que tiene su propio "fandom", es decir, un espacio de pertenencia que además funciona como identificador de algo diferente a la masa. ¿No hay algo de esnobismo en esto? Puede ser, pero no más que en la creación de un cineclub cuyas intenciones era difundir el buen cine, y de paso juntarse con personas afines y cultas. En consecuencia, todos estos grupejos que se juntan en convenciones a comprar comics, muñequitos articulables, jugar juegos de rol, disfrutan del dudoso privilegio de pertenecer a la cultura bizarra. Pero volvamos atras Y más atrás. Antes del Bela Lugosi Club ya estaban los famosos titanes del ring, que si bien jamás se reivindicaron bizarros ni armaron su propio fandom lograron cosechar miles de fans. Más tarde, cuando la moda del culto bizarro se hiciera popular, fueron los primeros en entrar en el panteón Bizarro. Y mas después, cuando la palabreja ya estaba entrando en los anales de la institucionalización Pipo Cipolatti aparece en Telefé en 1993 con "Boro Boro", un programa televisivo producido por Argentina Sono Film específicamente "Bizarro" luego de hacer experiencias con un Mario Pergolini rockero y "trasgresor". La experiencia no tuvo mucho éxito, claro, es que lo "específicamente bizarro" no es un género de mayorías, o por lo menos no lo fue hasta la llegada de Alfredo Casero y su troupe de "trasgresores" que dieron nueva forma al humor televisivo de este lado del mundo, no, no del culo del mundo, estoy hablando de Argentina nomás. Pero esa historia no tiene que ver con lo bizarro, sino con una forma de hacer humor que modificara sus cánones, ya de por sí bastantes horribles. Y es, efectivamente, otra historia. "Boro Boro" duró muy poco y tenía en su staff a Carolina Peleriti, otro acierto. Y vayamos adelante Hoy día cualquier cosa es susceptible de catalogarse de bizarro, desde las andanzas deportivas de un presidente patilludo, de las anécdotas del tamaño del trozo de su hijo, las películas de Francella, los programas de Mauro Viale, los pantalones nevados o un enano que imita celebridades. Está lleno de salames que enarbolan la palabra para darse aires de diferente, superados, y está bien hablar mal de Antonioni pero ensalzar productos deleznables solo porque aparece una mujer en paños menores. Y eso sí es snob, de la peor calaña. Porque encima se regodean en la propia ignorancia. Solo por abrir el paragua, desde ya que reniego de cualquier condición de bizarrentez, yo no tengo nada que ver con esa gente, problema de ellos. Todo bien, puedo ser un trekie (fan de Star Trek) pero eso no me hace acreedor de ningún carnét de bizarro. Puede que me fascinen las pelis de zombies, las de luchadores de catch, la ciencia ficción berreta y de la otra, pero no me hace un especialista en lo bizarro. Niego por principio cualquier relación con ello. Buenas noches. Opiná sobre este tema |
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