Breves de sábado (01/09/07)

Carrera política

por Daniel Acosta

Buenos días mis queridos oyentes, cómo amanecieron o cómo están amaneciendo en éste sábado lleno de veda pero no de carne, sino de veda electoral.

Hoy como todos los sábados es costumbre en éste programa comenzarlo con la editorial política, pero en este caso por este tema de la veda va con algunos condimentos diferentes.

¿A ustedes que les parece?

¿Que hay que hacer durante éste período preelectoral?

¿Tenemos que dejar de hablar de política? ¿tenemos que dejar de alabar o de criticar a tal partido? ¿debemos dejar de hablar en contra o a favor de algún hecho político? ¿o todo lo contrario? ¿hacer como hacen en algún que otro país que siguen repartiendo propaganda o votos, es decir disputando el voto durante el momento en que las personas hacen cola para votar?

¿No les parece que mientras se impone la veda para algunos partidos, con el accionar de los gobiernos, con sus balances, inauguraciones y actos, siguen actuando a favor de sus candidatos?

Bueno está bien, está bien carajo, tienen razón, no me miren con esos ojos de terneros degollados, ya sé , ¡estamos de veda!, y a las instituciones hay que respetarlas, éstas cosas no se pueden decir en una radio o por televisión, por lo tanto como dije al comienzo, la editorial de este programa que es política, hoy la vamos a transformar en otro tipo de editorial.

Hoy voy a charlar con ustedes de un post- grado o mejor dicho de una carrera, la carrera política.

Todo se remota a una charla que tuve con un compañero de trabajo y a su vez de facultad hace varios años atrás.

Este me planteaba, che por qué no te presentás como candidato, con la experiencia que tenés como delegado, estando en la Interna, sos profesional, estás mas o menos metido en política, sabés qué? te mandás en algunos de los partidos mayoritarios y entrás como por un tubo en la carrera política. ¿Carrera política? pregunto, en qué universidad, en qué facultad? No, no, me responde, de qué universidad me estás hablando, de ninguna carrera universitaria, te hablo de la carrera política insiste y me da un ejemplo. ¿Te acordás del turco Jorge? (no es el que se imaginan) ¿que estudiaba con nosotros? bueno, se recibe allá por fines del 84, a mediado del 85 entra en la Municipalidad con cargo político en hacienda, luego de unos años pasa como asesor de un diputado provincial por otros 4 años, termina ese período y pasa al Directorio del ex Banco Provincial (plena transformación-remate-regalo a los Hnos. Rhon) por otros 3 años, luego vuelve al poder legislativo como asesor de un senador provincial y culmina con la candidatura a Diputado, ¿te das cuenta de la carrera política que se mandó? ese si que fue vivo, 6 o 7 lucas por mes, tiene una casa a todo culo, una 4 x 4, casa quinta, varios hijos en distintas universidades, todos los años vacaciones en enero a Punta y si está muy estresado La Paloma y nosotros laburando por la mañana en un empleo fijo y a la tarde rajuñando en la profesión unos mangos mas para poder subsistir.

¿Vos te lo imaginás a Jorgito a los 65 de edad? dorado color caribe, jugando al tenis en el country y tomando café en la peatonal mientras nosotros si llegamos a esa edad con el ritmo de vida que llevamos vamos a rasguñar las paredes, jorobados, con la espalda o cintura hechas pedazos y la cabeza con algunas neuronas bastantes gastadas.

Luego de pasar varios años, más precisamente este Jueves y con la huella del tiempo marcada en nuestros cuerpos me encuentro con mi amigo haciendo cola para pagar los impuestos.

Como andás viejo, me dice, y entre charla y charla me dice, te acordás que te conté la historia de Jorgito, sí, le digo, bueno, te cuento otra, ese si que la hizo bien, qué carrera política, "carrera política y la madre" ¿Te acordás del chueco García? lo empujaban para que participe en las reuniones o asambleas de trabajo, luego empieza como delegado, paso siguiente se hizo amigo de un político conocido que le decían cien pies, que estuvo con el proceso y luego con el oficialismo democrático, la cosa es que éste Tío le banca la campaña para disputar la Seccional de su Gremio y la gana contra la oposición por 24 votos, empieza a cobrar como Secretario Gremial, luego pasa al Gremio Nacional, posteriormente entró como último diputado nacional por ésta provincia, se le acaba el curro ése y pasa de nuevo al Gremio nacional y mientras cobraba de ahí como congresal pasa al gobierno Nacional dentro de Ministerio de Defensa, la cuestión es que mientras nosotros teníamos el cuatro rueda (fiat 128) él andaba como Jorgito con otra 4x4 pero de otro color, esposa, novia, casa oficial, casa quinta, dueños de un par de bares y algún que otro bien.

Se hace una pausa y me mira un segundo y le digo pará un poco viejo o acaso tenés algún otro que también le salió redonda.

Sí, me responde.

No no basta por favor, dejala ahí nomás.

Por qué no hacemos algo mejor, nos encontramos los primeros días del mes que es cuando cobramos y nos sobran unos manguitos, nos comemos un asadito que dicho sea de paso está mas barato que un kilo de zapallitos y seguimos charlando y ahí me contás si algún otro conocido ingresó en la carrera política o si ya está por el Doctorado.

Lo saludo, doy media vuelta y me largo caminando cabizbajo y masticando bronca por dentro. Una cosa es que existan estudiantes de estas nuevas carreras, testaferros de los grandes grupos empresarios que lo parasitan y viven como reyes pero a su vez le garantizan a esos burgueses hijos de puta leyes o normas para mantener sus carretillas llenas de dólares. Pero lo que me da mas bronca no es solamente que se naturalicen éstos comportamientos como algo normal sino que se los reivindique como algo espectacular, como modelos de conductas a seguir, es decir como la única alternativa que los pobres tienen para dejar de serlo en vez de pensar y buscar una alternativa entre todos los de abajo.


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