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Treinta y seis

Por Javier González

     Sobre la figura del Che es mucho lo que se ha escrito y seguramente será mucho lo que aún se escriba, teniendo en cuenta la magnitud de su personalidad.

     Lo peor que podría ocurrir es que su figura se "institucionalice" como un ícono de una revolución que, digna y heroica en un principio, se fue transformando con los años en la versión caribeña del stalinismo de los mal llamados países del socialismo real.

     Lo peor que podría ocurrir es que, como con todas las personalidades de la historia, se limen sus asperezas, se escondan sus contradicciones para transformarlo en prócer, en nombre de calle o en remera de moda.

     Lo peor que podría ocurrir es que el Che se transformara en la imagen de todo aquello que en su corto tránsito por la vida, trató de combatir.

     Tratando de rescatar al Che hombre, al ser de contradicciones, en vez de abonar al Che mito, a ese Che que lejos de irritar, lejos de cuestionar la sociedad, se integra domesticado a un mundo en el cual todo pretende aparecer como posible
pero irrealizable
, es que desde estas páginas del Mango del hacha, realizamos esta pequeña contribución para mantener viva la discusión y la polémica.

Los primeros pasos

     Los primeros años de vida de Ernesto Guevara transcurren en el seno de una típica familia pequeño burguesa, en la cual los emprendimientos económicos y la salud de su hijo, la llevan a peregrinar por distintos lugares de la Argentina (Buenos Aires, Misiones, Rosario, Alta Gracia). Accidentalmente el Che nace en Rosario pero bien podría haberlo hecho en cualquier otro sitio.

     Esta cualidad, esta búsqueda de un "lugar en el mundo", siendo a su vez parte de todos y de ninguno forjará en el Che su característica de sentirse una especie de "ciudadano del mundo".

     En este grupo familiar, que pone mucho énfasis en la educación y formación de sus hijos, no están exentos los debates políticos y la participación activa dentro de círculos progresistas. Es así que en estos primeros años, los recuerdos de Guevara se fijarán en torno al apoyo a la República española, la lucha contra el fascismo, el antiperonismo y la toma de partido por el bloque aliado durante la segunda guerra mundial.

El comunismo primitivo

     Desde los sectores detractores del socialismo y de Guevara en particular, se suele afirmar que el Che ya era militante comunista antes de iniciar su famoso viaje por Latinoamérica. Consecuente con estas posturas, el historiador peronista Fermín Chávez cuenta que uno de los partícipes en las jornadas del 17 de octubre de 1945 había sido el propio Ernesto Guevara, al cual varios e ignotos testigos le habrían escuchado decir que marchaba hacia Buenos Aires para "ver si podían tirarse unos tiros".

     Seguramente la falsa democracia burguesa, la corrupción de la década infame, los golpes militares que impedirán la continuidad democrática, el surgimiento de movimientos de corte nacionalista y populista, el ascenso del proletariado, y posteriormente la lucha anticolonialista de los pueblos del tercer mundo y luego la revolución cubana y Viet Nam, llevarán a toda una generación de jóvenes a buscar una salida por fuera de los mecanismos de las instituciones y la legalidad burguesa.

     Esa desesperanza en salidas democráticas (burguesas) ya estaba muy presente en un Ernesto Guevara al cual todavía la lucha política le era indiferente.

4000 kms por provincias argentinas

     Siendo todavía muy joven, con 21 años, Guevara inicia una travesía recorriendo el país en una bicicleta con motor. El viaje motivado "por conocer gentes y pueblos en forma directa" hará que el jóven Ernesto aparezca en una publicidad de motores Micrón publicada el 28 de febrero de 1950 en la revista El Gráfico.

     Ya casi con la carrera de mediciana finalizada, Guevara comienza a pergeñar un viaje por Latinoamérica que lo pondrá en contacto con la terrible realidad de la "patria grande", la terrible miseria a la que el imperialismo la condena, la sumisión y las frustraciones de los pueblos aborígenes, las desesperanzas y los fracasos de las intentonas reformistas.

     Ese viaje latinoamericano lo llevará a sensibilizarse con la realidad de las clases y pueblos oprimidos, a identificarse con las víctimas en contra de los victimarios.

     Juan José Sebreli habla de Guevara: "Primero calificaría a los hombres de acción en dos tipos definidos, los militantes y los aventureros. El militante es aquel que sacrifica su persona en aras de una causa. El aventurero toma la causa como un medio para expresar su propia personalidad aún a riesgo de sacrificar su propia vida y teniendo en la muerte un gesto más para forjar su propio mito. Ejemplos son: Che Guevara, junto a Lawrence de Arabia y el joven Malraux".

     En el mejor de los casos olvida Sebreli que este "espíritu de aventura", esta búsqueda, este descubrir de latinoamerica fue común a toda una generación de jóvenes que se abrió a una realidad común , y que en ese viaje concreto que realizara Guevara, el descubrir, el aprendizaje, el involucrarse tomando parte por los explotados, la crítica sistemática a los intentos reformistas, forjarían sus primeras ideas acerca de la revolución y el antimperialismo alejándolo totalmente de ser sólo un espíritu aventurero.

El Che en Bolivia

     Lo que hasta el momento no había podido concitar la atención de Guevara en cuanto a la realidad social y política de su país, comienza a despuntar en su viaje.

     "Me doy cuenta que ha madurado en mí algo que hace tiempo crecía dentro del bullicio cotidiano: el odio a la civilización" (Citado por Horacio Lagar en "30 años después, El Che Guevara, vigencia y mito", página 13).

     En Bolivia, Guevara se encuentra con una revolución en marcha. La Alianza de la pequeña burguesía nacional, junto a los trabajadores mineros y estudiantes toma el poder y lleva adelante un programa reformista bastante importante (reforma agraria, expropiación de latifundios, entrega de tierras a la población indígena, posibilidad de voto para la mayoría analfabeta, reemplazo de las fuerzas armadas por las milicias sindicales). La pequeña y humillada Bolivia, cansada de vivir de rodillas se había puesto de pie y marcaba el camino al resto de los pueblos latinoamericanos.

     El Che es testigo del proceso de burocratización y ocaso de la revolución boliviana. Luego de presenciar como "centenares de indígenas cubiertos de insectos eran rociados por burócratas del gobierno", Guevara sentencia: "El MNR hace la revolución del DDT. La cuestión sería combatir las causas y no conformarse con tener éxito en suprimir los efectos. Esta revolución fracasará si no consigue tocarlos en lo más profundo, conmoverlos hasta los huesos, devolverles la estatura de seres humanos. Si no, ¿para qué?" ("Mi amigo el Che", Ricardo Rojo, páginas 28 y 30).

     Esta conclusión que Guevara saca en Bolivia, posteriormente la desarrollaría en su teoría de los estímulos morales.

La revolución de Guatemala

     Si Guevara había presenciado en Bolivia como se burocratiza y estanca una revolución, en Guatemala aprenderá cómo muere sin defenderse un proceso revolucionario.

     Paradójicamente el Che llega a Guatemala en un "pasaje de barco que cortésmente le regaló la United Fruits Co", la misma empresa que poco tiempo después pondría precio a su cabeza.

     En este país centroamericano, el gobierno reformista de Jacobo Arbenz había iniciado en 1950 su camino nacional populista buscando limitar "el poder de la empresa norteamericana United Fruits Co y...extender los derechos sociales a los sindicalistas" (James Petras).

     La empresa bananera no solo tenía en Guatemala grandes extensiones de tierras, sino también manejaba los ferrocarriles, teléfonos, telégrafos, puertos y barcos. El gobierno de Arbenz expropia las tierras no cultivadas pagando "como indemnización el valor que la propia empresa había atribuido a sus tierras para defraudar impuestos" (Eduardo Galeano, Memoria del fuego, T III el siglo del viento, página 182).

     Obviamente que la política de Arbenz al tocar los intereses yanquis, desata la campaña con la que el imperialismo echa a andar su maquinaria de mentiras, acusando de comunista al gobierno y tejiendo las remanidas alianzas opositoras con la Iglesia Católica y el ejército.
Las multinacionales y el Departamento de Estado yanqui le declaran la guerra al gobierno al que derrocarán en 1954.

     Guevara presencia el proceso final, el derrumbe de la revolución guatemalteca y no se queda al margen. A diferencia de lo acontecido en Bolivia, el Che toma parte en las acciones tratando de organizar la defensa de una revolución que desde la burocracia de sus propios dirigentes se condena.

El Che en México

"Por la vida he pasado buscando mi verdad a los tropezones y ya en el camino y con una hija que me perpetúa he cerrado el ciclo. Desde ahora no consideraría mi muerte una frustración, apenas como Hikmet "sólo llevaré a la tumba la pesadumbre de mi canto inconcluso". (Carta a sus padres desde la cárcel mexicana, 6 de julio de 1956).

     Si las experiencias de Bolivia y Guatemala habían dejado su huella en Guevara, la experiencia mexicana sería todavía más fuerte.

     De Guatemala había salido mediante un salvoconducto de la embajada Argentina ya que el Che había sido colocado en una lista de futuros desaparecidos, acusado de "infiltrado comunista".

     En México, Guevara se encuentra con el grupo de revolucionarios cubanos exiliados después del intento de copamiento del cuartel Moncada en 1953. En el término de una noche de charla con Fidel Castro, Guevara ya es parte del grupo que organiza el desembarco en Cuba.

     Muchas cosas ocurren en México: la preparación militar, la cárcel y la pérdida de gran parte del arsenal rebelde.

     El 24 de noviembre de 1956, desde el puerto de Veracruz, parte el pequeño ejército revolucionario en el Granma. El viaje es accidentado, el desembarco también. Los primeros combates producen la dispersión de las fuerzas revolucionarias. El Che se define: prefiere ser soldado a médico de la expedición. Fidel Castro reúne los restos de su expedición y proclama la victoria.

     Cortázar, describiendo ese momento, define el rol que Guevara le asignará a la figura de Fidel (Luis en el cuento):

     "Tendríamos que ser como Luis, no ya seguirlo sino ser como él, dejar atrás inapelablemente el odio y la venganza, mirar al enemigo como lo mira Luis, con una implacable magnanimidad que tantas veces ha suscitado en mi memoria (pero esto, ¿como decírselo a nadie?) una imagen de pantocrátor, un juez que empieza por ser el acusado y el testigo y que no juzga, que simplemente separa las tierras de las aguas para que al fin, alguna vez, nazca una patria de hombres en un amanecer tembloroso a orillas de un tiempo más limpio".

     De la experiencia guerrillera en Cuba, Guevara sacará mecánicamente las siguientes conclusiones:

     "En nuestra situación americana, consideramos que tres aportaciones fundamentales hizo la revolución cubana a la mecánica de los movimientos revolucionarios en América; son ellas: primero: las fuerzas populares pueden ganar una guerra contra el ejército. Segundo: no siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones para la revolución; el foco insurreccional puede crearlas. Tercero: en la América subdesarrollada, el terreno de la lucha armada debe ser fundamentalmente el campo. Tales son las aportaciones para el desarrollo de la lucha revolucionaria en América y pueden aplicarse a cualquiera de los países de nuestro continente en los cuales se vaya a desarrollar una guerra de guerrillas".

     La guerra de guerrillas es un método para obtener un fin, decía el Che y ese fin "indispensable e ineludible para todo revolucionario" consistía en la "conquista del poder político".

     Si bien Guevara aceptaba que la lucha por la vía pacífica podía llevarse adelante mediante movimientos de masas que en momentos especiales de crisis podía obtener concesiones; concluía que el momento histórico que vivía Latinoamérica, "había creado las condiciones objetivas que impulsarían a las masas a acciones violentas contra los gobiernos burgueses y terratenientes".

     Es evidente que en su posterior experiencia boliviana, en la que acabaría asesinado, esta teoría del foco no se validaría en la práctica, ya que, más allá de las traiciones, no se daban los dos factores subjetivos que el mismo Che planteaba: "la conciencia de la necesidad del cambio y la certeza da la posibilidad de un cambio revolucionario".

El Che funcionario

     El gobierno revolucionario se establece en enero de 1959 junto a la burguesía y con el ejército rebelde como garantía del poder. En su primera etapa el gobierno es antiimperialista pero no se define como socialista, palabra que - como en la actualidad - no existía todavía en boca de Fidel Castro. Sólo los acontecimientos posteriores y la acción de los mismo Estados Unidos, empujarían a la pequeña Cuba hacia esa definición.

     Ya con la pequeña burguesía fuera del gobierno, el Che rescata el rol de la masa en el proceso revolucionario, aunque aclara que no se trata de un "manso rebaño" si bien sigue fundamentalmente a Fidel Castro quien ganó su confianza "precisamente gracias a la interpretación cabal de los deseos del pueblo, de sus aspiraciones, y a la lucha sincera por el cumplimiento de las promesas hechas".

     "La masa realiza con entusiasmo y disciplina sin iguales las tareas que el gobierno fija, ya sean de índole económica, cultural, de defensa, deportiva, etc. La iniciativa parte en general de Fidel o del alto mando de la revolución y es explicada al pueblo que la toma como suya. Otras veces, experiencias locales se toman por el partido y el gobierno para hacerlas generales, siguiendo el mismo procedimiento".

     "Lo difícil de entender, para quien no viva la experiencia de la revolución, es esa estrecha unidad dialéctica existente entre el individuo y la masa, donde ambos se interrelacionan y, a su vez, la masa, como conjunto de individuos, se interrelaciona con los dirigentes".

     La dialéctica materialista del Che, que en esta primera etapa estaba puesta al servicio de justificar lo que ya en ese momento se preanunciaba, el culto a la personalidad, el mesianismo y la burocratización de la revolución, no tardaría en ponerlo en contradicción con su experiencia directa como funcionario del gobierno revolucionario.

     Conciente de la situación frágil de Cuba, el Che promueve la industrialización, buscando romper las cadenas del monocultivo y plantea la necesidad de producir más, ya que sin producción no puede haber distribución. Ante la ausencia de una burguesía nacional que encare las tareas del desarrollo industrial, el Che promueve la industrialización desde el estado.

     Para Guevara, la falta de cuadros técnicos y económicos, la falta de tecnología implicaba todo un desafío para el pueblo cubano. La solución rumbeaba por el lado de la educación y formación de los futuros cuadros técnicos, la obtención de la tecnología adecuada y de la necesaria acumulación de excedentes para encarar la industrialización. Siendo un país de monocultivo, con una producción que había descendido con posterioridad a la caída del dictador Batista, con el imperialismo cerrándole mercados, sin posibilidad de obtener repuestos para la maquinaria existente en las pocas fábricas y en una sociedad donde casi todo estaba por aprenderse, el programa del Che se convirtió en algo quimérico.

     La política imperialista y la propia dinámica interna de la revolución llevaron a un necesario acercamiento al campo socialista para tratar de sobrevivir.

     El Che plantea el programa político para la subsistencia según los siguientes puntos:

  • La necesidad de involucramiento del pueblo con su gobierno. Teoría de los estímulos morales.
  • Internacionalismo proletario.
  • Crítica al creciente burocratismo.
  • Necesidad de que los países socialistas no se manejen comercialmente con las leyes del capitalismo.
  • Necesidad de extender la revolución más allá de las fronteras cubanas para crear otro polo que permita la supervivencia de los ideales revolucionarios.

     Sin adhesión al maoísmo o al trotskismo, el Che va construyendo su propio camino. Guevara toma conciencia rápidamente que el llamado socialismo real tenía a Cuba como una cabeza de playa, como una carta extorsiva en su disputa con el imperialismo. Así pudo corroborarlo después de la llamada crisis de los misiles, cuando los rusos - que habían instalado los cohetes en la isla - retiran sus misiles como parte del acuerdo Kennedy-Kruschev, sin consultar a la dirigencia cubana.

     En la cabeza del Che estaba la certeza que era imposible la construcción del socialismo en un solo país y que este punto era fundamental para la supervivencia de Cuba. A diferencia del Stalinismo, el Che plantea: "el revolucionario, motor ideológico de la revolución dentro de su partido, se consume en esa actividad ininterrumpida que no tiene más fin que la muerte, a menos que la construcción se logre en escala mundial. Si su afán de revolucionario se embota cuando las tareas más apremiantes se ven realizadas a escala local y se olvida el internacionalismo proletario, la revolución que dirige deja de ser una fuerza impulsora y se sume en una cómoda modorra aprovechada por nuestros enemigos irreconciliables, el imperialismo, que gana terreno. El internacionalismo proletario es un deber pero también es una necesidad revolucionaria".

     Esta consecuente preocupación del Che lo lleva a plantear la necesidad de que la sociedad se transforme en una verdadera escuela: "persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés material individual como palanca, etc.) se puede llegar a un callejón sin salida".

     Concluye entonces, en la necesidad de utilizar un instrumento de movilización de masas: los estímulos morales, el involucramiento de los trabajadores con la producción, con la revolución, hacerla suya, ante una dirigencia que se burocratiza y se separa del pueblo.

     A un año del gobierno revolucionario Guevara hace su balance: "después de un año de dolorosas experiencias llegamos a la conclusión de que era imprescindible modificar totalmente nuestro estilo de trabajo y volver a organizar el aparato estatal de un modo racional, utilizando las técnicas de la planificación conocidas en los hermanos países socialistas". Esta burocracia creciente, Guevara la ubica en la falta de un motor interno, la falta de interés del individuo por rendir un servicio al estado, la falta de una conciencia revolucionaria, la falta de organización, la falta de experiencia administrativa y la falta de conocimientos técnicos.

     La consigna que elabora para superar el momento es: "Guerra al burocratismo. Agilización del aparato estatal. Producción sin trabas y responsabilidad por la producción".

La polémica con los países socialistas

     Las posiciones del Che entran en franca contradicción con la política de los llamados países del socialismo real. Así, en 1965, el Che polemiza en Argel con los representantes de los países socialistas: "no hay fronteras en esta lucha a muerte; no podemos permanecer indiferentes frente a lo que ocurre en cualquier parte del mundo; una victoria nuestra, así como la derrota de una nación cualquiera es una derrota para todos".

     "De todo esto debe extraerse una conclusión: el desarrollo de los países que empiezan ahora el camino de la liberación debe costar a los países socialistas".

     Más adelante prosigue: "No puede existir socialismo si en las conciencias no se opera un cambio que provoque una nueva actitud fraternal frente a la humanidad, tanto de índole individual, en la sociedad en que se construye o está construido el socialismo, como de índole mundial en relación a todos los pueblos que sufren la opresión imperialista".

     "No debe hablarse más de desarrollar un comercio de beneficio mutuo basado en los precios que la ley del valor y las relaciones internacionales del intercambio desigual, producto de la ley del valor, oponen a los países atrasados".

     "¿Cómo puede significar "beneficio mutuo", vender a precios de mercado mundial las materias primas que cuestan sudor y sufrimiento sin límites a los países atrasados y comprar a precios de mercado mundial las máquinas producidas en las grandes fábricas automatizadas del presente?"

     "Si establecemos ese tipo de relación entre los dos grupos de naciones debemos convenir en que los países socialistas son, en cierta manera, cómplices de la explotación imperial. Se puede argüir que el monto del intercambio con los países subdesarrollados constituye una parte insignificante del comercio exterior de estos países. Es una gran verdad, pero no elimina el carácter inmoral del cambio".

     Como programa de unidad de los pueblos latinoamericanos y socialistas el Che propone:

  • Unidad como instrumento de lucha contra el imperialismo.
  • Velar por el carácter revolucionario de la unión impidiendo el ingreso a gobiernos o movimientos que no se identifiquen con las aspiraciones generales de los pueblos.
  • Establecer nuevas relaciones en pie de igualdad entre nuestros países y los capitalistas estableciendo una jurisprudencia revolucionaria que nos ampare en caso de conflicto y dé nuevo contenido a las relaciones entre nosotros y el resto del mundo.

Final

"El barro. El maldito barro que se mete en todos lados, en los borceguíes, en los pantalones. Resbala por la nuca y te convierte en una maldita figura de barro. La lluvia que no para. Agua y agua por todos lados. Casi ni se ve. Solamente se escucha el chapoteo constante de nuestra caminata y el silencio de nuestras palabras. Y si sale el sol? Y si el maldito sol sale solamente para jodernos la vida, secándonos y dejándonos duros del barro que llevamos encima, sofocándonos convirtiendo a la atmósfera en algo espeso e irrespirable, plagado de mosquitos y alimañas, del sonido de insectos y animales.
Sigo caminando...lloverá en Alta Gracia?" del libro inédito Memorias apócrifas de Polino, El encuentro con el Che, página 621.

     Evidentemente el conflicto, la polémica con Rusia y China, llevó paulatinamente a un aislamiento de las posiciones del Che hacia el interior de la revolución cubana. Evitando lo que hubiera sido una confrontación directa con Fidel y conciente de que el futuro de la revolución estaba en la posibilidad de extenderla más allá de sus fronteras, creando un nuevo polo que permitiera su desahogo ante la asfixia a la que era sometida tanto por el imperialismo como por el stalinismo, Guevara decide apartarse de la dirección de la revolución y pergeña lo que sería su experiencia final en Bolivia.

     El error de Guevara, su teoría foquista que fracasa, la traición del Partido Comunista, su aislamiento, la apatía de los campesinos, llevan al fracaso de la experiencia guerrillera.

     Posteriormente asistiremos al "aggiornamiento" del pensamiento castrista, muy lejos del Che y más próximo al populismo.

     En tanto el Che fue asesinado un 8 de octubre de 1967. Ya no vive físicamente y a sus ideas se las trata de domesticar haciéndolas dócil al sistema, transformándolas en posters y remeras y a su imagen en ícono de una revolución fácilmente digerible.

     Nuestra lucha está precisamente en esto, en rescatar el Che persona por sobre el Che mito, al sujeto contradictorio pero consecuente por sobre el prócer. No caer en slogans del tipo "el Che vive" o "8 de octubre, día del guerrillero heroico" es fundamental en este camino.

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