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Perón, Perón...

Por Javier González

     El historiador marxisto-peronista Rodolfo Puiggros criticaba a la izquierda argentina acusándola de calcar a la realidad argentina concepciones originadas en otras realidades. De allí, decía, su imposibilidad de realizar un análisis objetivo de la realidad y su incomprensión sobre los movimientos nacionales, en particular sobre el Peronismo. Este calco mecanicista, contrario al marxismo que decían predicar,
llevaba a la izquierda a esperar que en nuestro país se dieran condiciones y etapas históricas similares a las que se habían producido en Europa, lugar del cual, una mayoría de militantes inmigrantes, traían sus experiencias de lucha. Este forzamiento de la realidad, según el autor, se transformó en el principal estorbo para lograr una inserción de las ideas socialistas y comunistas en el conjunto de los trabajadores. Este aspecto sumado al "desprecio" que -fundamentalmente los socialistas- profesaban a la "política criolla" impedía que sus ideas hicieran pie en las masas aumentando su base social.

     En el caso particular del Partido Comunista, en el cual Puiggros había militado como tantos otros intelectuales que luego se sumarían al Peronismo, además de trasladar mecánicamente la experiencia de la Revolución Rusa, con sus etapas: revolución de febrero-revolución de octubre, había otro ingrediente que operaba en contra: su dependencia de la línea política determinada por la Tercera Internacional, que subordinaba el análisis de la realidad y las tácticas políticas a las estrategias necesarias para el stalinismo. Los militantes comunistas promovían la creación de soviets en Argentina, conceptos y experiencias que estaban muy lejos del aprendizaje colectivo y el estado de conciencia de la clase trabajadora argentina generándose un obstáculo de tipo epistemológico entre la clase y el partido, supuesta vanguardia de la misma.

     El fenómeno de masas que significó la irrupción del peronismo agudizó estas contradicciones provocando el divorcio definitivo entre los trabajadores y las ideas de izquierda, hecho que -según Puiggrós- continuaba sin resolución a principios de los 70, fecha en que este historiador batallaba dentro del peronismo, ligado a la Tendencia de izquierda liderada por Montoneros.

     Este intelectual formado en el marxismo, junto a otros ex marxistas como Hernández Arregui y a los nacionalistas de Forja, Arturo Jauretche por ejemplo, se sumaron al Peronismo naciente, a fin de dar la lucha interna por darle forma al peronismo.

Charla de militantes

     -Yo soy peronista por herencia, dice Susana, vieja militante sindical.

     -Imaginate que empecé a militar en la secundaria, en el centro de estudiantes. Yo no le decía nada a mi viejo porque era militar y si se enteraba me mataba.

     -Y sigo siendo peronista a pesar de que yo no me engaño. Yo se bien quien era el viejo -por Perón- El viejo era un demagogo y a eso lo sabemos todos.

     Susana hace una pausa, le pregunto por Obeid, si lo conoce.

     -Al Turco? Como no lo voy a conocer! Yo militaba con él y cuando me lo encuentro le digo: vos sos un traidor!

     -Vos eras montonera también?

     -No. se apura en aclarar. Cuando llegó el momento de elegir yo no me fui con ellos. Ojo que yo no reniego ni de los montoneros ni del ERP. Yo no reniego de eso -vuelve a decir.

     Susana adivina en la expresión de mi cara la próxima pregunta y antes que la haga dice:

     -Yo no reniego de ellos, porque ellos lucharon para cambiar las cosas, ellos fueron luchadores, pero el turco Obeid no. El fue un traidor. Y sabés por qué no se fue al exilio? Por cagón, porque tenía miedo que fuera del país lo mataran sus propios compañeros. El fue un traidor y yo siempre se lo recuerdo, termina diciendo Susana y la bronca se hace visible en sus ojos.


     La historia de Basilio es diferente. Militante comunista en los 70, cayó en manos de la dictadura militar genocida y se comió 7 años de cárcel. Cuando salió se plantearon profundas diferencias con sus compañeros de partido lo que lo llevó a una dolorosa ruptura.

     Le preguntó sobre la caracterización que del peronismo hizo el partido Comunista en la década del 40, si a la luz de la historia transcurrida cabía alguna reformulación.

     -¿Qué...la caracterización que hizo el partido cuando formó la Unión Democrática? No! Fue absolutamente correcta y mirá si no lo que pasó con el peronismo: destruyeron el país.

     Basilio permanece un instante callado y reflexiona:

     -Mirá si hubiéramos ganado...hubiera sido todo muy diferente, afirma señalándome con el dedo índice.

     Te parece? ¿Una alianza entre imperialismos, Estados Unidos, Inglaterra y el stalinismo?

     -Bueno...está bien...pero imaginate que ese frente hubiera impedido la llegada del viejo al poder, la demagogia, el fascismo, la Triple A y toda la carroña que trajo el peronismo, con sus matones. El peronismo destruyó a la burguesía argentina. Y no te confundas, eh? Esto que ves ahora no es la burguesía argentina. Acá hay un gran error histórico. Vos podés coincidir, discutir el partido de cuadros y todo lo que quieras, pero no se pueden saltar las etapas históricas. Burguesía y proletariado forman un par dialéctico y si no existe uno no existe el otro. La burguesía argentina fue masacrada por el peronismo y se cortó la posibilidad de la profundización del desarrollo capitalista, la democracia burguesa. Hoy esa burguesía emprendedora, que aún con su afán de lucro y la búsqueda de la ganancia tenía un proyecto político asociado al desarrollo, tenía un proyecto de país, hoy no existe. Lo que hoy vos ves es una manga de delincuentes, de matones incapaces de comprender el movimiento histórico. Y estas son las consecuencias...

     Basilio realiza un movimiento circular con sus manos como abarcando todo lo que nos rodea.


     Gustavo se suma a la discusión. Ferviente radical antiperonista, se exalta progresivamente a medida que las palabras se atropellan por salir de su boca.

     -A mí me asusta terriblemente la falta de valores que hay en esta sociedad. Es increíble lo que pasa en la calle, en los barrios, en las escuelas. Mirá sin ir más lejos, en las escuelas los chicos terminan sin saber leer, escribir bien. No tienen hábitos de lectura, no tienen capacidad crítica para analizar la realidad que los rodea. Por un lado no tienen estos hábitos porque los mismos maestros, que son los que tienen que enseñárselos, no los tienen...

     -Si, ojo! Un maestro no escapa a su contexto y guarda con esto de "enseñar en valores" , postura idealista que pretende que recitándoles los diez mandamientos y no se cuantos consejos de viejo choto, los pibes se van a abstraer de su realidad cotidiana. ¿Cómo los pibes van a educarse en valores si conviven en la calle con militares genocidas, torturadores y violadores? ¿Cómo van a pensar solidariamente si durante diez años o más se impuso un modelo que exaltaba la figura del "ganador", del "exitoso", del argentino primermundista que se cagaba en todo y en todos? No te olvidés que durante más de diez años, los chicos se formaron en la calle, porque sus padres tenían que trabajar todo el día o mendigar todo el día y con Tinelli como el máximo "educador". Y no nos engañemos tampoco, padres y maestros , en muchos casos, tampoco saben leer o escribir, tampoco tienen hábitos de lectura ni capacidad crítica porque ellos no leen, ellos aceptan mansamente lo que el sistema propone, sin cuestionamientos y que no te quepa la menor duda que todas las noches se juntan alrededor del televisor para verlo a Tinelli. Interrumpe Basilio.

     -Sí..si..pero hay que tener en cuenta que no por nada el lema del peronismo era "alpargatas si, libros no". Concluye Gustavo, como siempre fiel a sus ideas.

Qué pasa con el peronismo hoy?

     En la ciudad de Santa Fe, por sobre el resto de la provincia, es muy fuerte la identificación Gobierno-Estado-Partido Justicialista. Casi que son la misma cosa. Los límites se desdibujan y en ocasiones se hace imposible reconocer uno u otro.

     Le pregunto a Susana por esto.

     -Si por supuesto que son la misma cosa. Pero no te confundas: esto no tiene nada que ver con el peronismo. Tampoco olvides que el Lole no es peronista como muchos de los que hoy están en el gobierno, ocupando cargos en el estado o en el partido. El peronismo es el partido que guste o no representa a la mayoría de los trabajadores y promueve la cultura del trabajo...

     -¿Pero, que trabajador ocupa un lugar en la dirección del partido? ¿de qué forma los trabajadores, que según vos son representados mayoritariamente por el peronismo, toman decisiones de gobierno? O dicho de otro modo ¿porqué si el peronismo es el partido que representa a los trabajadores, durante todos estos años sólo se han impuesto políticas antiobreras, diseñadas -entre otros- por dirigentes del partido, impulsada, aprobada y ejecutada por ellos? Interrumpo.

     -Bueno...si...pero los que toman las decisiones te puedo asegurar que no son peronistas. Susana ensaya un enojo. - Ninguno de ellos es peronista, el partido fue copado por todos estos menemistas que son la manzana podrida! Menem marcó un quiebre, Menem se vendió al antipueblo y estas fueron las consecuencias!

     La alocución bastante acalorada de Susana no alcanza a explicar la cuestión. El peronismo es un movimiento, dicen los peronistas, y en él se pueden encontrar tanto a la izquierda de tinte marxista como a la derecha medio fascista, en tanto el canto de esta última fracción y que, dicho sea de paso, posiblemente fue quien mejor expresó el pensamiento y el obrar de Juan Domingo, era: "peronistas, ni yanquis ni marxistas". Cómo sostener, entonces, desde posiciones marxistas estas mentiras del partido de trabajadores?

     La posición de Puiggros, de Hernández Arregui o de Cooke, entre otros, es entendible en el contexto histórico en que se dieron. Un gran movimiento de masas al que trataron de darle forma, precisamente para que no cristalizara en esto que es hoy el peronismo. Si bien Puiggros, más fiel al marxismo, Hernández Arregui más próximo a ese nacionalismo berreta que ajustició a Borges, y Cooke más cercano al castrismo, fracasaron en sus intentos y hoy están prácticamente en el olvido dentro del ideario peronista, son importantes también para que desde posiciones marxistas se tomen, se estudien, se discutan a fin de comprender al peronismo, sobre todo en una ciudad como la de Santa Fe, donde este partido es tan fuerte.

El partido burgués

     Le pregunto a Basilio si cree que el Peronismo es el partido que representa a la burguesía.

     -Que el peronismo es un partido burgués no te quepan dudas. Ahora, el peronismo fue siempre un partido pluriclasista, dentro del cual -como en la misma sociedad- el sector dominante fue siempre el sector burgués, el sector ligado , en un primer momento, a la incipiente burguesía nacional - esto puede verse en los primeros años de Perón,
en su política de substitución de importaciones y que está motivada, no tanto por convicciones de Perón, sino por las necesidades que planteaba para el país la situación de posguerra, es decir: no quedaba otra. En esa primera etapa también fue importante, contrariamente a lo que dicen los "peronistas históricos", el apoyo de la Iglesia Católica y el ejército -si bien luego se produce la ruptura con estos sectores y el posterior derrocamiento de Perón-. Posteriormente, en los 70, Perón vino para encarrilar a un movimiento que se había desviado del curso histórico que él había concebido. Allí es donde fracasa la visión de todos aquellos progresistas que se habían sumado al peronismo porque lo consideraban como única alternativa de cambio social. Dentro de estos progresistas había de todo, ojo! Hasta estaban tus amigos trotskistas tratando de hacer entrismo en Tucumán, Nahuel Moreno como línea interna del Peronismo!
Basilio no puede contener una sonrisa sobradora.

     -El error de ellos fue creerle al viejo, creerse esa caracterización absurda desde el punto de vista que se la tome, de que el viejo quería la revolución socialista pero que el entorno lo aislaba, impidiendo el encuentro de Perón con su pueblo. Obviamente que dentro de esta construcción, el pueblo eran ellos. En realidad el viejo era un hijo de puta; hoy ellos mismos -por lo menos los que sobrevivieron y no se subieron a la hijaputez menemista- te lo reconocen: se equivocaron, lo jodido no era el entorno del viejo, López Rega, Isabelita, etc. , lo jodido era el viejo mismo que le decía a cada sector lo que quería escuchar y el se dedicaba a reinar, divide y reinarás. Ahora... todo esto nos costó y mucho. Muchas muertes, toda una generación desvastada que en gran número se creyó lo del "socialismo nacional". Ahora fijate.. Basilio vuelve a sonreír tratando de hacer memoria, fijate que muchos de esos militantes se habían formado, o se formaban con libros y textos marxistas y dogmáticamente compraban todas las pelotudeces del viejo, que la comunidad organizada, que el socialismo nacional.¿Sabés cuál era la fórmula del socialismo nacional? Nada de expropiación de la burguesía, nada de control obrero, nada de democracia para las 9/10 partes que ahora no la tienen, la fórmula del viejo era 50% para el capital y 50% para el obrero! Fijate la hijaputez de esa formulación! Hoy que nos parece tan absurda, pero en ese momento había intelectuales que se encargaban de "explicar" al viejo. Si uno se atiene estrictamente a la definición, tenemos que concluir que en 1973 llegamos al socialismo nacional, porque la distribución de la riqueza había llegado a un 51% para la burguesía y 49% para los trabajadores.

     Ahora...el peronismo destruyó a la burguesía emprendedora, a esa burguesía progresista que tenía en mente un proyecto propio y la sustituyó por una manga de delincuentes que viven el aquí y ahora y no tienen ningún proyecto político. Ni siquiera , por ejemplo la burguesía santafesina lo tiene. Fijate si no a Gustavo Vittori, presidente de la Bolsa de Comercio y uno de los dueños del diario El Litoral. ¿Ese es el ejemplo del burgués progresista, del espíritu liberal? Por favor! ¿Vos sabés quien banca a la Bolsa de comercio de Santa Fe? Nosotros. La bancamos nosotros con la ley de sellos.

     Basilio divaga unas cuantas cosas más. Trato de volver al tema, Basilio se reacomoda en la silla y prosigue:

     -Posteriormente, con los cambios, con el aggiornamiento de Menem, el peronismo se convirtió en el partido que mejor defendió los intereses de la burguesía transnacional. Esta burguesía de la que hablábamos ,una burguesía pacata, de matones sin visión política, sin visión de país, sin proyecto, que lentamente nos ha metido en esta situación que, no te quepa la menor duda, es de barbarie.

¿Y Kirchner?

     Susana se exalta un poco para comenzar a hablar, pero lentamente se serena.

     -Yo que he vivido muchas cosas, te puedo asegurar que estamos recibiendo nuevos aires, hay señales muy fuertes e importantes de que la cosa se está revirtiendo, que está cambiando.

     Le hago saber a Susana que en mi opinión sólo han sido operaciones de maquillaje, que detrás de la máscara facial sigue estando la misma cara vieja y decadente.

     Susana ríe.

     "-No lo dirás por mí hijo de puta!"

     Nos reímos y digo:

     "- No Susi, a la tuya no la cubre ni todo el maquillaje de Avon".

     Me acusa de todo menos de peronista y seguimos la conversación.

     -Mirá a mi me parece que la cosa está cambiando, fijate si no la apertura del partido con esto de la transversalidad. Esto es importante porque en el ideario peronista está siempre latente la cuestión del gorilismo y vos fijate que Kirchner se ha abierto a sectores que en el 55 apoyaron a la Libertadora.

     Basilio interrumpe.

     -Yo creo que no, que esto no es nada nuevo y coincido con vos -se dirige a mí- esto es más de lo mismo.

     Discutimos los supuestos cambios en el Pami, criticamos la postura de no revisar las privatizaciones, el tema de los peajes en el cual el Estado se tiene que hacer cargo de los arreglos de rutas, mientras las empresas siguen facturando ganancias fabulosas, el sostenimiento de determinados personajes políticos como Obeid en Santa Fe, la inclusión de Zaffaroni en la Corte Suprema, etc.

Que hacer con el peronismo?

     Más allá de todas estas discusiones, lo cierto es que para el conjunto de la izquierda el peronismo se considera como un estorbo que imposibilita la construcción de un partido de trabajadores. En parte es cierto si uno tiene en cuenta lo difícil que resulta pelear contra el aparato del peronismo, su estructura de punteros bien aceitada en el trabajo junto al estado provincial -en el caso de Santa Fe-. Pero también es cierto que ha habido trabas para la construcción de una alternativa de izquierda que tienen que ver con esquematismos, autoritarismos y dogmatismos propios. El partido de cuadros, el centralismo democrático, el dogmatismo intolerante, las posiciones sectarias, la lucha entre las distintas agrupaciones alrededor de quién es más marxista, han sido situaciones desgastantes y estériles que han alejado a miles de trabajadores de las filas de la izquierda. Recuperar la militancia, la organización, la discusión y el respeto a la heterogeneidad dentro de la clase, construir desde abajo, sin sectarismos y sin autoritarismos, sin líneas bajadas por los iluminados de un comité central que se encierra entre cuatro paredes a elaborar política, son pasos que numerosos colectivos están llevando adelante en todo el país. Es tarea nuestra tratar de vincularnos y compartir experiencias. Debatir si, pero construyendo desde abajo.

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