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Los Consejos de Seguro

Por Seguro Silva

Sr. Juez:

     Escucheme su señoría, usted que gana tan bien y que me rechazó el presupuesto de pintura que le pasé para pintarle esa casa de mierda que tiene. Trabajo con el cual pensaba comprarme 78 damajuanas de vino para matarme como el tipo ese de la pelicula. Quiero que sepa, usted, su señoría, me robó la posibilidad de quitarme la vida de una manera digna y ahora me veo obligado a vivir, y para vivir tengo que comer, y de migajas he vivido toda la vida. De las migajas que gente como usted tira cuando sacude el mantel.

     A partir de mañana, su señoria, cuando se vaya al trabajo, va a encontrar en su vereda a un despojo humano sentado comiendo de la bolsa de basura que su sirvienta sacó la noche anterior.

Agase cargo.
Nestor.


     Estoy viendo que las cosas ultimamente no son lo que eran, los almacenes son granjas, los kioskos drugstores, las tiendas no tienen ofertas, tienen sales, las conversaciones se transformaron en chats y la mayoría de las cosas se miden por la cantidad de memoria que ocupan para existir. Esto no es nuevo, se veia venir. Alguien que no soy yo dijo que el futuro llegó hace rato. La pregunta es: ¿De donde llegó?, ¿Cual es el límite?, ¿Estamos dispuestos a permitir que esto pase?. Claro que sí, estamos chochos de la vida de vivir de las migajas que el primer mundo nos tira. Consumimos esas migajas en un mantel que después sacudimos para que otros vivan una vida miserable con las migajas de las migajas. ¿Y a mi que me miran?, yo no tengo la culpa de que ustedes sobrevivan a los saltos, jódanse por ignorantes y resentidos, reclamenlé a otro, hagan piquetes, rompan todo, que se yo.

     La carta al señor juez que leyeron al principio la escribió un compañero que está detenido con un servidor, este muchacho, Nestor, hizo lo que escribió, se instaló dos días en la vereda del juez en cuestión y al amanacer del tercer día vino la policía y se lo llevó, le inventaron una causa y hoy purga una condena absurda. Este muchacho no quiso dar a conocer su nombre verdadero ni el nombre del magistrado por que estar preso le solucionó sus problemas de techo y comida.

     Si estamos como estamos es por algo, ¿tenemos nosotros la culpa?, ¿nuestros padres la tienen?, ¿San Martín la tuvo?, ¿quien mierda tuvo la culpa?, ¿hay culpables?, no hay culpables, sepan todos ustedes que no hay culpables, a menos que intentemos echarle la culpa a todo el género humano. Dejemos de echarle la culpa a otros, vivimos como queremos, vivimos como podemos y vivimos como nos dejan, usted elija.

Libertad a Seguro


      Pero claro que se lo dije
      y más de una vez
      lo he repetido.
      Usted no me escucha
      y pretende que yo
      me preste a escucharlo.
      Primero hay que saber
      amar y escuchar
      después que importa
      del después
      toda mi vida
      es el ahora
      y ahora estoy
      y me quedo.

                  Delfina Contreras
                  Del libro inédito "Le dicen intertexto,le dicen".

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