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La primera piedra de la violencia

Por Enzo Vicentín

     El bendito Derecho nos enseña que un acusado puede sostener su defensa no en discutir la veracidad o falsedad del hecho que le imputan, sino simplemente impugnado el procedimiento por el cual llegó al banco de los acusados. Es decir, el Derecho liberal, pragmático y burgués nos muestra que uno, acusado de algo, puede tranquilamente no hablar de lo que pasó, de lo que se acusa, que sería lo más importante, sino que puede defenderse, y ganar un juicio inclusive, con la sola objeción a cómo actuó la justicia ignorando olímpicamente el contenido de la acusación.

     Creo que este ejemplo puede funcionar como analogía de lo que pasó y pasa en la ciudad de Buenos Aires con respecto a la sanción del Código Contravencional, o de convivencia urbana como se le llama. Porque gracias a los incidentes del pasado viernes 16 de Julio, que duraron más de 5 horas y fueron televisados minuto a minuto, hoy los que están a favor de la sanción de este nuevo Código pueden reducirse a hablar de la violencia de la protesta social cuando le preguntan por el contenido del Código, ignorando olímpicamente el carácter represivo de esta ley.

     Si la cuestión entonces es saber lo que se está por votar y no entrar en el juego que proponen los impulsores del proyecto, vendría bien aclarar algunos puntos que figuran en el proyecto de "convivencia" urbana que proponen los legisladores que responden a Mauricio Macri.

    "¿El Código Contravencional? Ah, el del quilombo que se vio en la tele los otros días", dijo en cambio Augusto Valles, cuando salía de una boca del subte A, en Plaza de Mayo. Varios fueron los vecinos que echaron mano a esta relación "Código=incidentes", al preguntárseles si sabían de qué trataba. Este fragmento de una nota de Clarín muestra la potencia de las imágenes del viernes 26. Código = quilombo; o manifestantes = violentos son las equivalencias que los medios nos legaron.

Una sola mención sobre los incidentes del viernes pasado: tanto si hubo infiltrados o no, tanto si hubo provocaciones de la policía de civil o uniformada o no, creo que en cualquier escenario las 5 horas de televisión en vivo lograron machacar a la sociedad sobre la idea de que los manifestantes rompieron por romper; los medios de comunicación consiguieron el consenso en la condena a la protesta. El resultado de los incidentes fue haber consolidado esa postura de hablar de los destrozos y no del código en si, de lo que este significa. Y esta nota se concentrará justamente en el contenido de esta ley.

     La cuestión más importante, la que permite salir de toda contaminación informativa e ir hacia lo que es realmente sustancial, es responder a la pregunta: ¿qué se vota? En la ciudad de Buenos Aires, hoy 4 de Agosto, se está votando en particular un nuevo código contravencional resultado de las propuestas del bloque de Mauricio Macri y de otro proyecto del Jefe de Gobierno Aníbal Ibarra. Este nuevo código propone criminalizar la protesta social, con la lógica de que para hacer una marcha primero hay que avisarle al gobierno, e incluso algunos legisladores pidieron que sea el gobierno quien autorice las marchas. También incluye otras contravenciones que directamente criminalizan los piquetes y las marchas con concentraciones frente a edificios públicos. Si una marcha ocurre sin previo aviso, los participantes pueden recibir de dos a diez días de arresto o una multa de 200 a 1000 pesos.
Si eso no es una medida más represiva que las anteriores, ¿qué es? Este artículo, que apunta directamente a las marchas de piqueteros, podría afectar también a cualquier marcha que la clase media convoque por seguridad o por otro tema que puede surgir en el futuro. La espontaneidad del reclamo obviamente irá en contra de ese preaviso que el Gobierno de Buenos Aires quiere que le manden antes de poner un pie en la calle. El código también busca limpiar la calle de vendedores ambulantes y ciudacoches, con multas de 2000 y 400 pesos respectivamente a quienes por no tener trabajo formal buscan una salida a través de esas ocupaciones. Cual jueguito de video en que el personaje limpia de enemigos una ciudad entera, el proyecto avanza sobre el tema de la oferta de sexo en la vía pública. Tanto los travestis como las prostitutas estarán en infracción si ofrecen sexo a menos de 300 metros de lugares como escuelas o iglesias.

    La onda post-Béliz cambia el vocabulario. Ahora, la policía pone a 1.500 uniformados para evitar incidentes en las marchas a la Legislatura porteña del día de hoy diciendo que no busca reprimir sino disuadir. Al parecer a la represión se la dejan a los legisladores, que van a votar un código represivo si los hay. Aunque sus impulsores hablen de que es necesario "ordenar" la ciudad.

Por último este bonito Código propone bajar la edad de imputabilidad a 16 años. Tal vez este sea el único punto que separa a los "progresistas" de Ibarra de los liberales de Macri. La cosa es muy simple, esta medida va en contra de tratados internacionales que Argentina avala, va más allá de los límites del actual código penal nacional. Es lisa y llanamente terrible.

     Pero tal vez no haya que sorprenderse tanto. No se descubre nada cuando se comprende que ley en general no es neutral, sino que está hecha en función de los intereses de la clase dominante. Tampoco se descubre nada cuando se entiende que todo sistema penal en general también responde a los mismos intereses, deteniendo a alguien por pegar una trompada y no a quien gira al exterior ganancias millonarias. No se ve nada nuevo en el hecho de que Ibarra y Macri hayan consensuado un código contravencional salvo en el punto de la baja a la imputabilidad. ¿Acaso alguien pensó que eran muy distintos? Pero así como todo parece tan razonable dentro de lo que el sistema capitalista propone, sería bueno recordar una cosa, que se repite mucho, es cierto, y que hasta cansa, pero que es una verdad insoslayable. Este código busca limpiar las calles de trabajadores y trabajadoras informales que son marginados desde su nacimiento por el sistema, busca limpiar las calles de pobres que protestan por sus derechos más básicos, busca disciplinar en las cárceles a pibes de tan solo 16 años. Este proyecto de código busca en definitiva "esconder bajo la alfombra" a todos los marginados de la economía capitalista, busca tapar el sol con las manos, como dice el dicho. Pero no es solo eso, es también el reflejo de esa idea de la derecha de que lo público es patrimonio de señores y señoras que vistan bien y obedezcan a la policía, o de turistas que traen plata. Aunque suene gastado, ese no el camino a seguir. El camino que proponen es la primera piedra de la violencia. El camino que proponen es el recrudecimiento de la represión sobre la sociedad marginal. Ese camino, es uno de los tantos callejones sin salida de este sistema capitalista.



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