Los Consejos de Seguro

Amargo como el fernet amargo.
De cara al 2005.

Al menos en parte me decido por hacer lo que quiero y en parte hago lo que tengo que hacer porque debo hacerlo, obligaciones que le dicen. Una persona hace lo que puede aunque no pueda porque una voz en sus adentros interiores le dice que tiene que hacerlo, esas voces que escucha no son las de él mismo, sino las del tipo que le gustaría ser al señor que vive en su cabeza de chorlito dormido, y así vamos remontando la ladera de la montaña que subimos para arriba, ascenso que nos dejará en la esquina de la realización humana, que está a una cuadra del conformismo y que no es la cima, a la cima solo llegan los alpinistas avezados que toman coraje y otras porquerías para aguantar el frío y el esfuerzo.

De cualquier forma lo que manda es la forma, el envase ese que vende conforme las pautas que la moda impone y ya como que no podemos ver más allá de los ojos éstos que nos están quedando chicos.

Porque en principio fueron las máscaras que sirvieron para representar lo que el rostro no podía expresar sin evitar la exageración, después fuimos y vinimos y volvimos a irnos otra vez de vuelta y hoy, encontrarnos, aunque sea por un rato, nos cuesta un riñón.

Pero estamos, resurgiendo de las cenizas todo el tiempo como un Fénix amnésico que olvida lo que fue en cada resurrección.

Y quiero más, porque a pesar de la democracia que se fuma a los pibes tenemos el deber de dar pelea por nuestra descendencia a quienes no podemos pedir perdón por el mundo que les dejamos porque eso nos convierte en cómplices.

¿Hacemos lo que podemos o hacemos lo que debemos? Esa es la cuestión y es solo cuestión de tiempo hasta descubrir que estamos errando el vizcachazo desde hace rato.

Están apagando el incendio con carne.

Libertad a Seguro a Delfina y a la criatura.



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