Jugo de tomate frío en las venas que corre pero no se pierde. Una porquería. A la técnica le dicen ínter texto aunque en mi barrio le digan choreo. Acá están estos son: los artistas. Fucking freaks. Pasen y vean.

Seguro & Delfina & La Bestia de marzo

Cuantas veces me mataron, cuantas veces me morí, sin embargo estoy aquí resucitando dijo el Jailander mientras se sacaba dieciséis flechas que tenía clavadas en el pecho. Las heridas se cerraron como por encanto, menos una.

Mickey Macdonald, tal el nombre del jailander, no se inmutó, la certeza de saberse inmortal la daba confianza. Dos horas después aquella herida no había cerrado, y ya llevaba perdidos como cuatro litros de sangre que corrieron hacia la entrepierna y las piernas del inmortal que usaba el Kill, la típica pollera que vestían los guerreros escoceses. A su paso las chanzas de sus pares se multiplicaban y casi todas hacían referencia a imposibles menstruaciones. ¡Póngase algo Macdonald¡ le ordenaban sus superiores pero Mickey no podía hacer nada, la sangre fluía sin control, y la herida no cerraba.

El inmortal empezó a preocuparse cuando descubrió que su presión arterial había bajado mucho. A pesar de que la sangre perdida era reemplazada por sangre nueva, la regeneración no era lo suficientemente rápida, el Jailander se sentía constantemente mareado y sin fuerzas, a la final no tuvo otro remedio que recurrir al pseudo médico del clan que no pudo hacer más que taponar la herida con un emplasto de estopa embebida en grasa de cabra y aplicarle una venda que le cruzaba el pecho, así vendado, Mickey se fue a descansar. En su lecho solitario soñó con la muerte una y mil veces, más de las que ya había sufrido, y de cada muerte le quedaba una herida que no cerraba nunca. Despertó en un grito desgarrador, al punto que la manta escocesa que lo protegía se rasgó de largo a largo. El inmortal sudaba como un caballo en el infierno, aspiró de una vez todo el oxígeno del cuarto y tuvo que levantarse a abrir la ventana para renovar el aire. Mickey llevó su mano al pecho para descubrir lo que ya intuía, la venda y la camisa de dormir estaban empapadas en sangre.

Antes de la batalla del día siguiente tuvo que renovar el vendaje y el emplasto, después de la batalla no fue herido de muerte porque se cuidó, pero no pudo evitar un certero golpe de espada que le había cortado enterita la oreja izquierda, lo que temía se confirmó, aquella herida tampoco cerró y a partir de ahí el jailander se fue transformando en una criatura sangrante que nunca moría.

Mickey Macdonald no sabía que hacer, la desesperación lo llevó a intentar el suicidio, esto solo contribuyó a sumarle más heridas abiertas. Pero el tiempo pasa y pasó y el progreso y la tenacidad le trajeron la solución a su problema. Y Mickey Macdonald fue Walt Disney y después inauguró con testaferros la multinacional cadena de comidas rápidas y después se congeló para descansar un poco.

¿A que no sabes cual es el aderezo secreto que tienen las hamburguesas de Macdonald?

Me encanta.



Opiná sobre este tema
Perdón por esto
por la herida abierta siempre
por el dolor
por el sueño negro
por la vida que
no pediste.

Perdón por darte poco
menos
más.

No te olvides
primero hay que saber crecer
después sufrir
después amar
después sufrir
después amar
y al fin andar
(sin campera)
en contraviento.

Delfina Contreras

har se me ner. car sin e far.
si.

Escrito el 22/02/05 con caca en los azulejos del cuarto de baño a solo cuatro meses de su nacimiento por Federico Sergio Silva, alias La Bestia, hijo primogénito de Seguro y Delfina.

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