¡Felices 51!

por Javier González

La revista quincenal de El mango del hacha cumple 51 números.

Y si bien lo que se estila es festejar los números redondos (hubiera correspondido festejar el número 50 por ejemplo y luego el 100), nosotros decidimos hacerlo con este número 51. Porque el 51 está muy arraigado en nosotros: 5 + 1 es igual a 6, y seis éramos cuando comenzamos con este proyecto.

Ahora quedamos cuatro.

Es que hay sectores que no entienden que la pluralidad es buena cuando uno conserva la mayoría, sino como bien dice Fidel: pluripartidismo? Pluriporquería!

¿Qué es el mango del hacha? ¿quiénes son? ¿qué orientación política tienen? ¿son troscos? ¿por qué el mango del hacha, por qué ese nombre?

Todas estas preguntas se plantea la gente.

Nosotros también.

Y no es por flaqueza de espíritu que no hayamos encontrado la respuesta, sino que filosóficamente comprendimos que la respuesta estaba en las mismas preguntas y que quien pregunta está, en realidad, más hablando de sí que de nosotros.

Con esto nos conformamos, porque de lo contrario hubiéramos tenido que debatir, acordar, definir, leer. Y eso era mucho trabajo. Mucho más que entender porqué Holloway dice lo que dice o porqué la horizontalidad de Zamora terminó más bien algo inclinada.

Somos el producto de las degradadas luchas antiprivatistas de los 90 y de diciembre de 2001 y sus procesos asamblearios pequeñoburgueses, dijimos en algún momento. Pero esto no explicaba para qué nos juntábamos en un programa de radio y una revista electrónica.

Tratamos entonces de entender si éramos un grupo con una tarea definida, con un objetivo común o éramos un proyecto de agrupación política o club de amigos. Pero no, amigos nunca fuimos, de partidos nadie quería saber nada y en cuanto a los objetivos nos dimos cuenta que eran menos comunes de lo que creíamos.

El 78,23% de los integrantes del equipo consideró que el mango del hacha era un programa radial, en tanto que el 20,77% se definió por la revista electrónica. Si ud. es avispado en matemáticas se dará cuenta que 78,23 + 20,77 no llega al 100%, esto es porque un 1% se acurrucó en el no sabe/no contesta, centrista que le dicen.

Para la mayoría pasamos a ser un programa radial que tiene como hobby hacer una revista electrónica y con esto no se zanjó la discusión, pero no la seguimos, más por pereza que por convicciones.

Sobre nuestras preferencias sexuales, el 98% contestó afirmativamente que sí, que tenemos preferencias sexuales, en tanto que el 2% restante consideró inoportuno hablar de sus mascotas.

Sobre nuestras orientaciones políticas, los progres santafesinos nos acusan de ser muy troscos.

Lo dicen despectivamente porque ya nosotros les decíamos despectivamente progres a ellos.

Son muy troscos, dicen y con esto inauguran una suerte de troscómetro, que nadie sabe bien cómo funciona pero que suponemos debe medir el grado de trosqueidad de la gente. A partir de ese momento establecimos un grado de trosqueidad de nuestras notas y comentarios radiales tratando de interpretar qué cosa significa ser trosco para el imaginario de nuestros progres. A algunas conclusiones llegamos aunque respondan más al empirismo que a un método científico.

Pero la duda nos mortificó. Decidimos entonces hacer una encuesta obligatoria y secreta para saber cuanta veracidad podía haber en la acusación progre contra nosotros.

Los resultados fueron los siguientes: el 22,22% dijo ser trosco, otro 22,22% manifestó haber rozado la experiencia trosquista, otro 22,22% confesó haber rozado experiencias frentistas progresistas, un 11,11% dijo casi llorando haber rozado experiencias stalinistas y el restante 22,22% manifestó su adicción al speed con vodka.

En nuestras notas hemos tocado un montón de temas.

Los militantes católicos de la restauración papista y del Opus Dei nos han acusado de ser anticatólicos, anticristianos, falseadores de la historia, promotores del aborto, asesinos potenciales, empleados a sueldo de los laboratoriosmultinacionalesfabricantesdemuerte.

Nosotros nunca entendimos que culpa teníamos de que ellos nunca hubieran cogido.

Desde el stalinismo se nos acusa de hacer el juego al "imperio" porque criticábamos a Cuba, Fidel y poníamos en duda el carácter socialista de la revolución cubana.

Nosotros creemos que quien pone en duda el socialismo es Fidel y son ellos también. ¿O acaso para Marx el socialismo no es sino una transición hacia el comunismo en el cual el estado tiende a desaparecer, imposible de construir en un solo país y en el cual el poder está en manos de los trabajadores ejerciendo una dictadura de clase?

También dicen que somos marxistas dogmáticos.

Y con esto demuestran no entender nada de marxismo. Porque en realidad no es que sostengamos un marxismo dogmático, sino que nuestro dogmatismo es marxista. Y esta afirmación no es caprichosa porque nunca pasamos, en realidad, de la parte en que Marx habla de la acumulación originaria del capital.

Otras de las acusaciones que hemos sufrido en estos 51 números es que nada nos conforma, criticamos todo, nunca hacemos una propuesta y nunca apoyamos las "cosas buenas" que hacen nuestros representantes.

Tampoco nos conformaba esa crítica.

Como han pasado 51 números y todavía no hemos alcanzado a definir qué cosa somos, para qué nos juntamos y a quienes nos dirigimos, a alguien se le ocurrió citar al tándem Machado/Serrat y decir "caminante no hay camino, se hace camino al andar".

Pero un 76% de nosotros consideró que Serrat era un pelotudo.



Opiná sobre este tema
Tapa de la revista número 1 del 15 de abril de 2003 (Museo MdH)

Definiciones para conocer el tipo o grado de trosqueidad de la gente. (Las mismas definiciones pueden utilizarse para maoístas y stalinistas, varones y mujeres)

Trosco sectario: es aquel que critica todo sin piedad y se cree dueño de una verdad trosca.

Trosco amarillento: es aquel que es igual al personaje de Sting en la película Quadrophenia.

Trosco porque sí: es aquel que en el Tíbet sería monje budista y en Estados Unidos igual a Condoleezza Rice.

Trosco por simpatía: es el que simpatiza con el trosquismo porque los bolcheviques no le fusilaron a ningún pariente.

Trosco con autoestima elevada: aquel que se cree más trosco que los demás.

Trosco fashion: es aquel que mira una foto de Trotsky y dice: ayy...! ¿éste era Trotsky?

Trosco machista: es aquel que dice: "a esta mina le hago dos trosquitos, le hago".

Trosco crédulo: es aquel que lee la prensa partidaria y cree firmemente que es la izquierda la que protagoniza la protesta social.

Trosco progre: es el que se cansó del trotskysmo y votó a Bordón-Álvarez, a De la Rúa, a Binner, asiste al Foro social Mundial, apoya a Lula, se babea con Chávez, sueña con Tabaré Vázquez y cree que siempre hay que tener una propuesta que construya.

Trosco sin conciencia de sí: aquel que no sabe que es ser trosco pero se junta con nosotros.

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