Banderas en tu corazón

por Enzo Vicentín

El Colón de Santa Fe cumple 100 años. 5 de mayo de 1905, cuando comenzó todo allá en el sur de la ciudad. 5 de mayo de 2005, centenario en el Centenario. 100 años, las cosas cambiaron y mucho. Cambió casi todo. La fibra por el algodón, el cemento por la madera, el dinero por el gusto de jugar. Casi todo, pero casi, porque ante tantos cambios busco una invariante, una constante, algo que no cambie, y lo encuentro, y de eso voy a hablar. Voy a correr hacia un lado a los protagonistas, a los hechos, a las efemérides, no por desprecio, sino con respeto. Quedarán firmes en la historia del club, y así como pasaron y pasan, seguirán pasando. Pero acá quisiera hablar de lo que no pasa, de aquello que se conjuga siempre en presente y que nunca dejará de serlo, aquello que no puede guardarse en papel porque es constantemente vivo. Estoy hablando del sentimiento, del sentimiento de ser hincha de Colón.

La hinchada canta "el sentimiento nunca se termina", y es así. Ser hincha no tiene vencimiento, no tiene final. Es lo mismo para un viejo que ya no era ningún pibe cuando vio al "Ploto" Gómez cabecear para ganarle al Santos, como para un chico que recién tenía puestos los pañales cuando "Chupete" Marini clavó aquel inolvidable zapatazo en el arco de los tucumanos. Lo que no se oxida es lo que se siente, lo que pasa por adentro. Lo que cambian son las formas en que expresamos el sentimiento. A través de los años, pero también en un mismo tiempo. Los que se ponen la camiseta siempre que pueden, los que la usan poco, los que van a la cancha con gorra, los que van con boina, los que alientan todo el partido, los que gritan, los que no gritan más que los goles, los que putean, los que sufren más que otros, los que antes del partido se toman una cerveza, los que no toman nada, los drogados, los que no los bancan, los que van con amigos, los que van con hijos, los que van solos, los que mienten para ir a la cancha porque no pueden vivir sin Colón. Los que viajan a verlo a cualquier parte, los que son de Santa Fe, los que no, los que están por el mundo, los que nacieron en el Centenario, los que hicieron socios a sus hijos antes de que nazcan, los que pagan la cuota, los que no, los que van a ver las inferiores, los que lloran por las derrotas, los que lloran de alegría, los que se quedan afónicos, los que se quedan hasta el final y los que se van antes porque no soportan las caídas. Los que se tatúan el escudo en el pecho, los que al escudo lo ponen en su tumba, los que empapelan sus piezas con fotos, los que buscan autógrafos, los fanáticos, los que hacen peñas, los que van a la cancha solo si el equipo anda bien, los que se persignan cuando hay un penal, los que no, los que se inundaron por culpa del gobierno y los que no. TODOS los que vamos a vivir el centenario, deudores de aquellos que permitieron que Colón siga siendo Colón durante 100 años, los hinchas del '30, los del '60, los del '80. TODOS los que de una manera u otra expresamos lo que sentimos por el sabalero, algunos con más intensidad, otros con menos, porque somos distintos, pero con el mismo sentimiento adentro. Todos llevamos la bandera de Colón en el corazón.

Y para hablar del sentimiento de ser hincha de Colón no es necesario perder palabras en Unión. Colón se explica por Colón. Y solo los hinchas de Colón saben dimensionar lo que es ser hincha de Colón. Porque el sabalero es parte de nosotros, de nuestra identidad. Porque lo sentimos propio, porque lo llevamos adentro. Porque no se reduce a un cálculo, porque no sabe de racionalidad. Porque como dice el canto "es un sentimiento, no puedo parar". Los 100 años del Colón de Santa Fe nos da la oportunidad a nosotros, los hinchas, de materializar ese sentimiento latente, de mostrarlo unificado. De resumir en unas horas "100 años de pasión" como bien dicen las pintadas en las calles. Es una bisagra que nos permite mirar hacia atrás, y así darnos cuenta de que pertenecemos a una comunidad mantenida en la historia por el sentimiento. Es una ocasión para enorgullecernos, para unirnos sabiendo que no todos estarán en nuestro mismo lugar, pero que igualmente estarán unidos a nosotros por los dos colores: rojo y negro, sangre y luto, garra y calidad como dice la marcha.

Por eso en estos días tan únicos los sabaleros tenemos que sacar nuestras banderas. Los trapos, si, pero las otras sobre todo. Las que nos unen para ser la hinchada más popular de Santa Fe. Por las que somos sabaleros hasta la muerte. Vuelvo a escuchar la canción de Los Redondos, pero un poco más:

Banderas en tu corazón.
Yo quiero verlas
ondeando luzca el sol o no.
Banderas rojas, banderas negras,
de lienzo blanco en tu corazón.

Banderas rojas y negras: que las banderas se muestren entonces. Salud, Club Atlético Colón por tus 100 años. "Brindo por la victoria, por el empate y por el fracaso" dicen Los Rodríguez en un tema. Brindemos por todo eso, porque no hay resultado que apague el sentimiento. Porque de cualquier manera te vamos a seguir queriendo y alentando…¡¡coloncito viejo nomá!!



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