Colaboración

Esta es la segunda parte del trabajo de investigación en el que Federico Coutaz analiza diferentes textos para desnudar los elementos en común del llamado discurso de la inseguridad. Por las dimensiones del material, hemos optado por publicarlo en tres entregas, de las cuales ésta es la segunda. La primera parte de este trabajo puede leerse en la edición 55 de El Mango del Hacha.

Militarización y criminalización de la pobreza en los discursos de la inseguridad
Segunda parte

por Federico Coutaz


III

  • Manifiesto Cruzada Axel. (1)
  • Declaraciones de Juan Carlos Blumberg, reproducidas por diversos medios gráficos nacionales.

El 17 de marzo de 2004 el joven Axel Blumberg fue secuestrado en la localidad de Martínez (provincia de Buenos Aires). Seis días más tarde, su cadáver apareció en un descampado de La Reja (Moreno), en el Oeste de Gran Buenos Aires. Axel tenía 23 años, era egresado del Goethe Schule y cursaba en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) donde estaba por recibirse de Ingeniero Industrial. Además planeaba hacer un Master en Massachussets (Estados Unidos). Era hijo único y vivía con sus padres.

El caso de Axel Blumberg, conmovió a la opinión pública, tuvo fuertes repercusiones mediáticas y sociales (traducidas luego en repercusiones políticas).

Poco después de la noticia de la muerte de Axel, su padre, el ingeniero Juan Carlos Blumberg, encabezó junto a compañeros de la víctima y empresarios una campaña que denominaron "cruzada" cuyo declarado propósito consistió en el reclamo de distintas medidas y reformas institucionales para combatir el delito.

Como se ha dicho las distintas iniciativas de la Cruzada Axel Blumberg por la vida de nuestros hijos contaron con una gran adhesión social (cuatro millones de firmas y tres marchas multitudinarias) y el tema de la seguridad/inseguridad se impuso como primero en orden de importancia en cuanto al tratamiento del mismo en los medios de comunicación. (2)

Todo esto implicó un intenso debate aun no concluido y en el cual se han pronunciado: políticos, periodistas, medios de comunicación, referentes de derechos humanos, juristas, intelectuales; y, puede deducirse que posicionó a toda la opinión pública teniendo en cuenta la permanencia del tema en los medios y la recurrente presencia, en los mismos, de Juan Carlos Blumberg así como también de sus discursos y de todas las repercusiones que estos provocaron.

Manifiesto Cruzada Axel

No somos de Izquierda o Derecha, no tenemos Color político o partidario, porque somos la Mayoría Silenciosa de los Argentinos que quiere una Argentina distinta.

No robamos, no matamos, no traficamos, no corrompemos. Somos los que estudiamos, trabajamos, cartoneamos, mendigamos o estamos desocupados pero vivimos honestamente en nuestro País.

No queremos emigrar, ni tener vigilancias o custodios, no queremos encerrarnos entre murallas ni esconder a nuestros hijos. Trabajamos, pagamos impuestos y votamos para que todos los Argentinos tengan el país que merecemos.

No queremos desestabilizar, no queremos colapsar, alterar ni quebrantar el orden ni las Instituciones. Pero queremos sacudir la inercia, desidia, ineficacia o corrupción de todas las Instituciones que con estas actitudes nos llevaron a donde estamos.

No queremos venganza, ni racismo o proscripción, no queremos torturas ni pena de muerte. Queremos un país donde todos, en Paz y Democracia contribuyan al Bien común, ayudando a educar y reformar a todos los que arrepentidos quieran formar parte de la Ciudadanía de Bien.

Somos gente de nuestra Patria que DEMANDA que cumplan a los que juraron cuidarnos, protegernos y proveer el bienestar común.

Somos millones de hombres y mujeres comunes, que anónimos cumplimos nuestros deberes de ciudadanos para alcanzar La ARGENTINA que soñamos.


Inclusión y exclusión

Los enunciados negativos que encabezan cuatro de los seis párrafos se inscriben como respuesta o refutación a las afirmaciones contrarias (3). De este modo, el texto postula un otro discursivo al que atribuye las afirmaciones que van a ser negadas y refutadas en el manifiesto. Al otro discursivo (o, siguiendo a Ducrot, enunciador ficticio) que este texto construye y contra el cual argumenta, podemos equipararlo a las distintas críticas y cuestionamientos que tuvieron por objeto las declaraciones de Blumberg, principalmente después de la tercera marcha.

En el primero de los párrafos, presumiblemente se responde a las acusaciones recibidas por Blumberg de ser influido y servir a los intereses políticos de los sectores de derecha. En este párrafo, los términos izquierda y derecha son impugnados. Podemos pensar, a partir de esto, la pretendida filiación de este discurso con los discursos antipartidarios (de amplio consenso social) surgidos a partir de los hechos del 19 y 20 de diciembre de 2001 que terminaron con el gobierno de De La Rúa. Sin embargo, la relación causal que coordina las dos proposiciones indica que se expresa mucho más que una mera oposición. Es decir, se establece que la mayoría de los argentinos no adhiere a discursos de izquierda ni de derecha, lo cual implica que quien sostenga algún discurso que pueda ser encasillado dentro de la izquierda o la derecha (es decir, casi todos o todos) queda marginado al lugar de la minoría no representativa y por tanto ilegítima.

Se establece la oposición entre una mayoría 'silenciosa' (término positivo), quienes comparten los preceptos de la Cruzada Axel Blumberg, y una minoría, posiblemente quienes no comparten este discurso. Por otra parte, si se completa la oposición a dicha minoría le cabría el calificativo de 'no-silenciosa'; es decir, 'ruidosa'. Esta calificación tácita, presumiblemente, descalifica otros reclamos ideológicamente distintos a los de Blumberg. Dicho de otro modo, la mayoría 'silenciosa' se correspondería con la mayoría que participa, por ejemplo, en las marchas de silencio por Axel Blumberg. Frente a esto se construye una minoría "ruidosa" y politizada, en la que podemos ubicar a todas las otras manifestaciones políticas, principalmente los grupos piqueteros. Es posible constatar esto en otras declaraciones de Blumberg, tales como:

'Nosotros pedimos la paz, usamos velas simbolizando la vida. No andamos con palos y caras tapadas' (4)

En el imaginario social el grupo que se caracteriza por andar 'con palos y caras tapadas' tiene como referente a los grupos piqueteros. Entonces, si seguimos reconstruyendo la oposición planteada por Blumberg, podemos agregar que esa minoría "ruidosa" está en contra o atenta contra la paz, y que sus palos y cara tapada simbolizan la muerte.

Las diferencias entre este grupo y el que pretende encabezar Blumberg son, por un lado, ideológicas: esa "minoría ruidosa" se corresponde con grupos de izquierda, los piqueteros, y también -como se verá luego- con los organismos de derechos humanos. Por otro lado, las diferencias son sociales: los grupos piqueteros están conformados casi exclusivamente por personas desocupadas de clase baja, mientras que la composición social preponderante de la cruzada Blumberg, al menos de los actores directos (más allá de las adhesiones que pueda tener), pertenece a la clase media, media alta y alta.

Podemos advertir, entonces, que mediante una serie de oposiciones, que se construyen a lo largo de todo el texto, se constituye un grupo cuyo reclamo es legítimo y otro cuyo reclamo no lo es. A su vez, están en juego, dentro de estos, las categorías de inclusión y exclusión en relación al ser argentino.

En el segundo párrafo se sigue construyendo la oposición abierta al comienzo, a la cual podemos resumir como "delincuentes honestos". En el primer polo se incluye a quienes roban, trafican y/o son corruptos. Podemos notar en la enumeración un orden de importancia decreciente en el que el delito de robar es más importante o al menos más destacado (presumiblemente más grave) que el de matar y que los de traficar o corromper (respectivamente). A su vez, es interesante observar la distinción entre 'robar' y 'corromper'; esto es: entre ser ladrón y ser corrupto. Creemos que esta distinción no obedece a categorías/tipologías jurídicas sino sociales: el término 'corrupción' se asocia socialmente al delito cometido por funcionarios públicos (políticos, jueces, policías, etc.). Por otro lado, los otros tres: robar, matar, traficar -como observamos anteriormente- vehiculan determinadas características sociales, principalmente la de pertenecer a sectores bajos (5). La diferencia entonces, es comprensible en tanto obedece a la tipificación de los distintos grupos que se dejan afuera del polo positivo, a saber: delincuentes y corruptos. Intentaremos analizar cómo opera esta distinción en el resto del texto.

La inclusión de cartoneros, mendigos y desocupados en el polo positivo de la oposición junto con trabajadores y estudiantes, a simple vista, contradicen la lectura propuesta en este análisis; sin embargo veremos que esta inclusión es más que problemática y, creemos, confirma mucho más de lo que niega la lectura aquí propuesta.


Criminalización de la pobreza

En primer lugar, la aclaración 'pero vivimos honestamente en nuestro país' expresa la siguiente implicatura lingüística: 'hay motivos para pensar que los mendigos, cartoneros y desocupados no son honestos o, lo que es lo mismo que algunos, muchos o buena parte de ellos no son honestos'; que, dentro del contexto, es equivalente a decir 'son delincuentes'. Vemos de qué manera se empieza a materializar la criminalización de la pobreza. Las expresiones 'estudiamos, trabajamos' constituyen las acciones de un grupo distinto y, por tanto, otro "nosotros" del constituido por 'cartoneamos, mendigamos o estamos desocupados'. El "nosotros" que expresa al grupo que representa la cruzada Axel sería el primero; mientras que el segundo se incluye como muestra de tolerancia (tolerancia cuestionada) o de los límites de la misma. Podríamos parafrasear esto de la siguiente forma: 'aceptamos también a marginales pero que no sean delincuentes'. La aclaración hace eco en la expresión popular "pobre pero honrado" (6).

Creemos que esto queda más claro en el segundo párrafo donde las acciones que se enuncian no son inclusivas sino excluyentes; es decir, las acciones "emigrar", "tener vigilancia o custodios", "encerrarnos entre murallas" (7) son privativas de sujetos pertenecientes a la clase media alta y excluyen necesariamente a cartoneros, mendigos y desocupados; o lo que es lo mismo, marginales, pobres.

De esta forma vemos cómo 'el nosotros', el polo positivo, se resignifica y plantea cierta contradicción o tensión con el párrafo anterior. En la segunda oración (del segundo párrafo) esto se agudiza, casi negando el anterior: 'trabajamos, pagamos impuestos y votamos...'. Indudablemente, este fragmento excluye del 'nosotros' a los cartoneros, mendigos y desocupados a la vez que constituye el marco en el cual se define la ciudadanía. Las tres acciones enumeradas: trabajar, pagar impuestos y votar, son las condiciones para acceder al rango de ciudadano y a los derechos correspondientes. Este grupo es realmente el que se incluye dentro de "la mayoría silenciosa de los argentinos" y se opone a los delincuentes, a los políticos corruptos y a los excluidos no delincuentes.

La oración se completa con una subordinada incluida en la que puede notarse un movimiento de embrague-desembrague actancial, nos referimos al cambio de sujeto gramatical en 'trabajamos (...) para que todos los argentinos tengan el país que merecemos'. En este distanciamiento (voluntario o no) que se realiza en el paso del "nosotros" al "ellos", quizás se resuelve el problema de inclusión antes descripto. Es decir, podemos pensar que el sujeto "ellos" incluye, a la vez que opone al grupo de quienes no son ciudadanos (dado que no trabajan ni pagan impuestos) pero que tampoco son delincuentes y, sobre el que se ejerce, de este modo, un dominio paternalista. Sin embargo la vuelta a la persona "nosotros" determinada por el verbo "merecemos" vuelve a plantear la distancia, esta vez en relación al merecimiento. Así podemos decir que el sentido expresado supone un grupo merecedor "el nosotros" y otro no merecedor pero que puede acceder a los beneficios merecidos y generados por el primer grupo, el grupo de los "ciudadanos". Esta categorización se expresa de manera más explícita en el penúltimo y último párrafo que cierran el manifiesto:

'...ayudando a educar y reformar a todos los que arrepentidos quieran tomar parte de la ciudadanía de bien'

'Somos millones de hombres y mujeres comunes, que anónimos cumplimos nuestros deberes de ciudadanos para alcanzar la argentina que merecemos'. (el subrayado es nuestro)

La idea y necesidad de progreso se asocia al restablecimiento de un orden que requiere del disciplinamiento de un grupo excluido de la categoría de ciudadano. Tal como se intentó demostrar anteriormente, en ese grupo, no sólo se incluye a quienes cometen delito sino también a quienes no trabajan ni pagan impuestos y a quienes tienen participación política.

Los párrafos tercero y cuarto constituyen una suerte de concesión en la que se cede la palabra a un oponente discursivo para mitigar la acusación de éste, reconstruida en el texto.

Las acciones que se niegan: "desestabilizar", "colapsar", "alterar", "quebrantar el orden", asociadas todas ellas a 'desorden', 'desequilibrio', 'caos' (entendidos en sentido político/institucional) son sometidas a otra oposición: 'sacudir 'como término positivo de la oposición. Se niega la eventual acusación de pretender provocar el desorden político e institucional y de buscar la venganza, el racismo, la tortura y la pena de muerte. Pero se reivindica la necesidad y la pretensión de terminar una situación de "corrupción", "desidia", etc.; es decir, de provocar un cambio, un orden distinto, así como también de "educar" y reformar" a quienes 'quieran integrar la ciudadanía de bien'. Queda, sin embargo, un silencio en relación a lo que debe hacerse con quienes no quieren o no pueden 'integrar' el orden propuesto.

Por otra parte, la idea de venganza supone la idea de un culpable, reconstruible en el contexto (no textual) con los asesinos de Axel Blumberg y, por extensión, con todos los delincuentes. Llama la atención al respecto la relación de sinonimia que se establece entre esta figura de culpable y la noción de raza. Se entabla una correlación entre los términos venganza, racismo, proscripción, torturas y pena de muerte (8). Si bien, como se dijo, se niega la pretensión de ese tipo de castigo; no obstante, se puede notar, que la aclaración/negación supone al menos la posibilidad de la afirmación contraria. Es decir, puede esperarse que una víctima - como el ingeniero Blumberg u otros- pretendan vengarse de sus victimarios, pero no necesariamente que pretendan torturarlos y mucho menos someterlos a racismo. Esta relación entre los términos 'venganza y racismo' solo puede considerarse pertinente si se sugiere que los culpables y/o depositarios de castigo pertenecen a una raza distinta de la propia (¿"los negros" como denominación de los pobres, los delincuentes?). Lo cual constituye un acto racista en sí que, creemos, se inscribe en la oposición ciudadanía de bien/delincuencia, intensificando la carga semántica negativa del segundo polo.


Criminalización de los derechos humanos

La construcción de un sujeto colectivo, un nosotros legitimado en el carácter de "ciudadanía de bien", analizada en el apartado anterior, también supone la oposición al discurso de los derechos humanos y la impugnación del mismo o, como se intentará demostrar, la impugnación de sus actores y la apropiación ideológica del concepto 'derechos humanos'.

La crítica a los derechos humanos y a las posturas "garantistas" es recurrente en las distintas declaraciones de Blumberg, hecho que plantea una filiación de su discurso con las postulaciones históricas de los discursos de derecha:

  • 'Tenemos jueces que están mucho más cerca de los delincuentes y de los asesinos que de nosotros, la sociedad'. (9)
  • 'Un amigo que es un ex magistrado me dijo que la Justicia se fue degradando, aparecieron jueces garantistas con ideas terriblemente equivocadas que priorizan la libertad de los delincuentes'. (10)
  • 'Los derechos humanos son para los delincuentes y no para los ciudadanos comunes como ustedes. A mí nadie me vino a ver de los derechos humanos cuando mataron a Axel'. (11)
  • '...No sé por qué los organismos de derechos humanos lo toman como si fuera un drama. Hay que entender que esos chicos son los que asesinan a nuestros hijos, a los ciudadanos. Entonces hay que separarlos de la sociedad'. (12)

En consonancia con lo analizado anteriormente, Blumberg distingue -en el primer fragmento citado- delincuente/sociedad. La distinción entre delincuentes/ciudadanía de bien se proyecta hacia una separación entre delincuencia y sociedad lo cual implica negar o desconocer que la delincuencia es parte y producto de las relaciones sociales e instaurarla como algo externo que confronta /ataca lo social. Del lado de la delincuencia se ubica, una vez más, el discurso de los derechos humanos y sus actores como otro factor externo a la sociedad y cuya acción atenta contra ésta.

La identificación del opositor político como delincuente, la creación de identidades que configuran un otro discursivo peligroso para el bien común excluido de la sociedad, es una característica de los discursos autoritarios. Quizás la mejor analogía que pueda encontrarse en la historia política argentina es la noción de "delincuente subversivo" instaurada por el discurso de la última dictadura militar (13). También es una característica de los discursos autoritarios la negación de la condición de ciudadano con derechos a los sujetos construidos como delincuentes.

Sin embargo, este procedimiento discursivo adquiere en el discurso de la inseguridad un matiz diferente. En ocasiones no se impugnan/niegan los derechos humanos en sí sino sus actores. Podemos contemplar esto en el penúltimo de los enunciados citados: 'nadie vino a verme' supone una crítica a los sujetos/actores identificables con el discurso de los derechos humanos. Puede advertirse aquí que el concepto 'derechos humanos' es el foco de una disputa ideológica; se intenta impugnar el contenido histórico ideológico de la noción de derechos humanos - vinculado a sectores y discursos progresistas y/o de izquierda- tratando de imponer una nueva significación/filiación ideológica de los mismos. La distinción 'derechos humanos para los ciudadanos/para los delincuentes' pone en disputa la legitimidad de enunciar ese discurso; es decir, constituye un intento de apropiación ideológica del concepto.


La oposición 'menores, hijos'

En el último de los enunciados citados (correspondiente a la segunda marcha) se realiza una oposición entre 'nuestros hijos/chicos que matan', paralela a la dicotomía 'ciudadanos de bien / delincuentes'; en otras ocasiones los jóvenes integrantes del segundo polo son nombrados con el término "menores" que adscribe a su condición penal:

'...una reforma integral del régimen de minoridad de la república con creación de institutos para menores que les permita la rehabilitación y reinserción verdadera y perdurable de los menores. Esto es importante, nuestros legisladores tienen que entender que estamos en una situación de emergencia y que muchos jóvenes....esos menores matan chicos y matan a gente inocente por eso los tenemos que transitoriamente sacar de la sociedad y llevarlos a institutos (...)' (14)

Aquí, la dicotomía se plantea también entre 'hijos/menores' constituyendo la condición de familiaridad en los primeros y, por tanto, la inclusión al grupo de ciudadanos decentes, y negando, por otra parte, a los segundos la categoría de hijos (la inclusión) tal como a sus padres la de ciudadanos. Lo que pide Blumberg en este fragmento de su discurso es la baja de la edad de imputabilidad de los menores a 14 años, esto se realiza mediante construcciones eufemísticas como 'institutos para la rehabilitación y reinserción' para referirse a lugares de detención, o 'sacar transitoriamente de la sociedad' para referirse a privar de la libertad a menores de 14 años.

Sin embargo, al igual que sucede en el manifiesto de la Cruzada Blumberg, en las distintas declaraciones de Blumberg, las categorías de inclusión y exclusión en ciudadanía decente o, en este caso, la oposición entre jóvenes victimarios/jóvenes víctimas, también se definen en relación con la condición social de los sujetos.

La figura que define el prototipo de joven víctima es, como lo define el título de la Cruzada, la figura de Axel Blumberg:

  • '(...) Yo me acuerdo Axel, iba en la calle, eso lo aprende en la escuela, cuando le enseñan bien, una persona tiraba un papel, iba, lo buscaba y se lo daba. "Señor, se le cayó (...)' (15)
  • '(...) Axel tenía un estudio muy intenso. Ud. piense que él estaba estudiando en el ITBA. Un chico con buenas notas. Yo veo todos lo profesores que han venido del ITBA. Bueno, ni hablar de la primaria, después de la secundaria en la Goethe-Schule donde él fue a estudiar en Alemania (...)' (16)
  • '(...) Terminó siendo abanderado de la Goethe-Schule. Notas sobresalientes. Le digo más, yo cuando mi padre me invitaba a ir a un estadio de fútbol. Más de una vez yo le dije "Axel, mirá, está el partido de la selección por qué no vamos?" "No, papá, que el lunes tengo un examen". Fíjese lo que es un ejemplo de vida (...)' (17)
  • 'Mi hijo era un gran deportista, y nunca probó ni alcohol ni cigarrillo. Nosotros como padres, como familia, debemos orientar a nuestros hijos a que participen en todo lo que es el deporte' (18)
  • 'A Axel lo querían de verdad. Le encantaba el deporte. Nunca tocó un cigarrillo. Hacía atletismo y entrenaba dos o tres horas por día. Representó a su colegio y al municipio de San Isidro en distintos lugares del país y del mundo.' (19)

La figura de Axel se construye de manera sobredimensionada como la de un joven ejemplar en cuanto a su capacidad y su esfuerzo, y al merecido éxito deparado por estos; como así también en relación a su vida sana, deportiva y de rechazo al alcohol y al tabaco. Se construye la identidad del prototipo de joven víctima de la delincuencia. Sin embargo, este estereotipo define por oposición a otros jóvenes que, por ejemplo, no se esfuercen, no tengan notas ejemplares, no tengan éxito en los deportes, fumen, tomen alcohol y además, que no estudien en escuelas ni institutos privados ni hayan estudiado en Europa. La figura de Axel como ideal de joven expresa en realidad el ideal de joven de clase media alta y alta y, difícilmente, pueda representar las características de un joven de clase media baja y/o baja.

Como dijimos, los parámetros establecidos por la figura de Axel determinan la condición de víctima, lo cual hace que la no coincidencia con esos parámetros dificulte la inclusión de otros jóvenes a la categoría de víctimas. Es el caso de Sebastián Bordón, joven asesinado por la policía, acerca del cual Blumberg vertió quizás sus declaraciones más polémicas y de las cuales tuvo que retractarse luego:

'En ese caso, el joven se drogaba, hizo una mala actuación, agredió a un agente. Después la policía actuó mal e hizo cosas que no debía. Pero, tenemos que poner todo en su justa causa' (20).

En las representaciones sociales de Blumberg, cuyo discurso vehiculizan, la supuesta (21) condición de drogadicto de Bordón lo excluye de la condición de víctima y subrayan supuestas acciones que sugieren que su muerte no fue injusta o, al menos, que su responsabilidad fue mayor que la de sus asesinos.

En este caso, la relación víctima/victimario es equiparable con la expresada por las declaraciones de Ruckauf antes analizadas. Nótense los eufemismos para nombrar el asesinato por parte de la policía 'actuó mal e hizo cosas que no debía'. No debe dejarse de tener en cuenta que Bordón pertenecía a una familia de clase media baja y eso es lo que principalmente lo distancia de la figura de Axel Blumberg. De este modo podemos entender la infundada acusación de drogadicto y agresor; es decir, sólo en virtud de la relación pobreza/delito. Por otra parte, la necesidad de "demonizar" la figura de Bordón como forma de negar su condición de víctima se condice con una determinada visión de cómo se debe reprimir el delito.

Luego de recibir muchas expresiones de repudio (principalmente de parte de los padres de Bordón y de otros padres de chicos asesinados), Blumberg pidió perdón públicamente y declaró: 'ambos chicos son víctimas y sus muertes fueron injustas e innecesarias'.

Sin embargo estas declaraciones quizás sean menos felices que las que pretendía remediar ya que de las mismas se deduce que hay muertes justas, que hay muertes necesarias y que hay muertes justas y necesarias.Podemos pensar, a partir de esto, que la exaltación de la figura de Axel Blumberg como ideal de joven, opera en el discurso de J.C. Blumberg como indicador/intensificador de lo inmerecido/injusto de su muerte, a la vez que se puede reconstruir otra tipificación de joven: la de menores delincuentes, cuyas eventuales muertes no serían tan injustas ni innecesarias. Esta solapada justificación de la violencia se corresponde por un lado, con una idea de violencia justificable asociada al disciplinamiento (22) y a la represión del delito y, por otro, a una violencia injusta, la violencia ejercida por los delincuentes, la violencia que genera 'la inseguridad'.



Opiná sobre este tema

(1) Fuente: http://www.cruzadaaxel.com

(2) Sirve de ejemplo contemplar los títulos de La Nación en la tercera semana de agosto del 2004, y notar cómo el tema seguridad permaneció en la tapa, como noticia principal.
15-08-2004 : 'Liberaron a Nicolás, el chico secuestrado en San Isidro'
17-08-2004: 'Fuerte crítica de la madre de Nicolás al Presidente. Lo acusa de no hacer nada para combatir la inseguridad'
18-08-2004 : 'El gobierno replicó las críticas de Susana Garnil' Más abajo : 'Fuerte operativo para custodiar la Casa Rosada'
19-08-2004: 'La crisis de la seguridad: aprueban la ley que eleva la suma de las penas. Podrán imponer condenas a prisión de hasta 50 años'.
20-08-2004. Se complementa la noticia que en la Capital 'No serán punibles los menores de 18. Lo fija el Código de Convivencia' con el título catástrofe: 'Dejó de crecer la economía en el segundo trimestre' En pequeño se lee: 'La evolución del PBI: después de dos años consecutivos de alzas'. Al lado : 'Estremecedor relato de un secuestrado y mutilado'
21-08-2004. 'La crisis de la seguridad: Secuestros, saturan de patrullas la zona norte'.
22-08-2004. 'La inseguridad: informe del gobierno de Solá sobre el delito que más preocupa. Se cuadriplican los secuestros en tres años. De los 77 casos denunciados en el territorio bonaerense en 2001 se pasó, en 2003, a 307.'
23-08-2004. La vida después del secuestro 'Todavía me despierto a la noche y trato de sacarme las vendas' Juan Carlos Cirelli relata su dramática experiencia de 42 días de cautiverio.

(3) "Razones diversas nos incitan a comprender muchos enunciados negativos como si fueran refutaciones de los enunciados afirmativos correspondientes, que se atribuyen a un enunciador ficticio." Ducrot; 1980.

(4) Conferencia de J.C.Blumberg, ante un Foro de Justicia que lo convocó a una disertación (Foro de Estudios sobre Administración de Justicia. FORES), 02/09/2004; en http://www.foesjusticia.com

(5) Además de una pertenencia social habría que analizar con mayor detenimiento la relación entre delito - juventud - marginalidad, como representación social. Al respecto nótese la aparente incongruencia de las siguientes expresiones: "joven corrupto" (frente, por ejemplo, a diputado, juez, funcionario o policía corrupto) y la congruencia de la expresión "joven delincuente".

(6) Quizá también se hace una excepción respecto de la "minoría ruidosa" constituida, como hemos visto por los piqueteros (entre otros) a la vez que confirma la regla: 'no todos los pobres son delincuentes', que supone la afirmación: 'la mayoría de los pobres son delincuentes'.

(7) Debe aclarase que el término "murallas", en este contexto, remite a countries, mansiones o, al menos, casas con paredes muy altas.

(8) Se deja de lado, por el momento, la consideración de la carga ideológica "historia textual" que los términos "tortura" y "proscripción" adquieren en el contexto histórico de este país.

(9) J.C. Blumberg; discurso de la Primera Marcha realizada el 01/04/2004; en diario EL CIUDADANO, 02/04/04; http://www.archivoelciudadano.com

(10) J.C.B., declaraciones en diario LA NACIÓN, 03/4/04, pág.22

(11) J.C.B.; discurso de la Tercera Marcha realizada el 26/08/2004; en LA NACIÓN 27/08/04, pág.4

(12) J.C.B., declaraciones radiales reproducidas en http://www.indimedia.com, 12/09/04.

(13) Quizá también pueda ubicarse en este contexto (última dictadura militar) el surgimiento de los derechos humanos como discurso social opositor y su consiguiente impugnación y estigmatización por parte del discurso dominante.

(14) J.C.B.; discurso de la Tercera Marcha realizada el 26/08/2004; en LA NACIÓN 27/08/04, pág.4

(15) J.C. Blumberg: Declaraciones realizadas en un programa televisivo emitido en vivo el 23/04/2004 por Canal Santa María; entrevista realizada por Claudia Echeverría, Rolando Vera y Matías Darrocha, reproducida en http://www.mensajesdelalma.org/archivos

(16) Ibidem

(17) Ibidem

(18) J.C.Blumberg; declaraciones a la prensa; en diario LA NACIÓN, 28/03/2004 (edición digital)

(19) J.C.B., declaraciones en revista SEMANA, artículo "Axel era la luz de nuestras vidas", http/www.revistasemana.//edic.0965

(20) J.C.Blumberg, declaraciones reproducidas por diario CLARIN el 19/05/2004 y PÁGINA/12 el 20/05/04 (ediciones digitales).
Continuando la comparación, respecto del discurso de la dictadura militar, es inevitable comparar este fragmento con el tristemente célebre "por algo será/algo habrán hecho" como enunciados colectivos cristalizados en el imaginario social.

(21) La autopsia determinó que Sebastián Bordón no había consumido drogas ni alcohol.

(22) "(Blumberg) En su visita a Córdoba se entrevistó con el intendente Juez y sus colaboradores quedaron muy preocupados por algunas de sus opiniones. Es que el ingeniero les dijo: "vengo de Estados Unidos y vi la mejor arma para luchar contra los delincuentes; no es un arma sino que dispara energía eléctrica"; en LA VOZ DEL INTERIOR, 27/9/04, pág. 9.

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