Colaboración Negocios conjuntos de Disney y Mc´Donald - locales en los parques de diversiones para unos, muñequitos con las cajitas felices para otros -que ahora se terminan. En esta nota, encontrarás un enfoque sobre los cambios que, por lo pronto, no dejan de ser "un asunto publicitario". Buenos negocios por Cepronat (Centro de Protección a la Naturaleza) La buena nueva sorprendió a muchos pero, a poco de escarbar, descubrimos que había cosas ocultas detrás de las noticias. Nos referimos específicamente a que "Disney decidió romper su sociedad con McDonald´s, presumiblemente preocupado por las críticas acerca de la sobrealimentación de los chicos. El merchandising Disney, en especial los muñecos de sus películas, acompañaron durante mucho tiempo las "cajitas felices" y eran un estímulo para que los chicos concurrieran a sus locales. La información destaca que la sociedad quedará sin efecto después de los próximos estrenos (…) de la Disney." (1) En esta cruzada a favor de "la salud de nuestros hijos" encarada por Disney no se menciona que ambas compañías habían firmado un acuerdo a principios de 1997, en donde se comprometían a realizar actividades de comercialización en conjunto por 10 años; específicamente, se incluía la apertura de locales propios -no franquiciados, como es habitual- en los parques de diversiones de EE.UU. y Europa; que los muñequitos de las películas acompañarían a las "cajitas felices" en forma exclusiva y que las corporaciones buscarían "…maneras divertidas y con sentido para juntar nuestras marcas."(2) No nos engañemos: este anuncio que ha ganado los comentarios más diversos se trata, en primer lugar, de la finalización de un contrato que de todas maneras concluiría en el año 2007; en segundo lugar, Disney aprovecha la ocasión para promocionar aún más sus próximas dos películas, incitando al público a consumir los productos de comida chatarra porque se tratará de "los últimos muñequitos", artilugio usado una y otra vez por las agencias de publicidad para exprimir a un producto hasta su retiro del mercado. Por último, si bien puede ser valorable su "presunta preocupación", no deja de seguir siendo un asunto publicitario hasta el último momento, beneficiando a ambas empresas ya que una se despega del problema de la mala alimentación y la otra aprovecha para promocionar que "algo" está haciendo al proponer menúes que contienen ensaladas y frutas. El oscuro pasado y el oscuro presente Con la epidemia mundial de obesidad que tiene su impacto en los servicios de salud de la población de los países centrales -ese es el verdadero motivo de esta campaña: que la gente se enferme menos no por una cuestión altruista sino para seguir obteniendo más ganancias-, muchas compañías han modificado sus mensajes para no perder clientes. Disney, más allá de la fantasía de sus películas y de sus parques de diversiones, tiene a su fundador en turbios manejos con el macarthismo de los años 50, manipulación ideológica fomentando el capitalismo y el individualismo de manera multimedial (3) y, actualmente, está acusada de explotación laboral. Esto afecta al ambiente social, agregando mayores niveles de conflictividad. McDonald´s es diferente pero no tanto: aparte de ser uno de los principales impulsores de la "comida chatarra", de "sufrir" los problemas ya habituales en estas corporaciones con su personal (impide la agremiación, explotación laboral mediante pasantías a estudiantes, trabajo temporario, etc.), su impacto sobre el ambiente es tal que al tener "la mayor cadena de restaurantes del orbe es, al mismo tiempo, el mayor comprador mundial de carne vacuna. En Sudamérica, enormes superficies de selvas tropicales sucumbieron ante la necesidad de obtener tierras de pastoreo para el ganado de esta multinacional (…). La carne que hoy se sirve en las 5.200 sucursales de Europa proviene de reses europeas. Sin embargo, el forraje se importa por toneladas desde países en donde gran parte de la población sufre hambre. Allí se destinan enormes superficies agrícolas a las forrajeras en desmedro de la producción local de alimentos. En julio de 2000, (…) Greenpeace comprobó que McDonald´s alimentaba con soja transgénica a los pollos, a los mismos que luego vendía como McNuggets y hamburguesas McPollo. Fueron necesarias las protestas de los consumidores para que la empresa declarara que, a partir de abril de 2001, dejaría de utilizar productos modificados genéticamente." (4) ¿La Argentina se encuentra al margen de estos problemas por ser productor de carne vacuna?. Pues no: ni la salud de sus habitantes ni la del ambiente están a salvo. En la actualidad, una gran parte de la producción ganadera destinada al consumo interno se hace en "feedlots", con animales en establos alimentados con forraje y saturados de hormonas engordadoras; por otro lado, el avance de la frontera agrícola por el monocultivo de soja transgénica ha acorralado al ganado en áreas no aptas o nuevas tierras incorporadas al proceso de producción luego de ser deforestadas. Cabe aclarar que luego de la crisis del 2001, McDonald´s ha abierto más locales (sólo en Santa Fe hay tres) e intensificado su intervención en los medios de difusión masivos. Miente, miente, que algo queda McDonald´s se recicla una y otra vez: intenta hacernos creer que ha cambiado al ofrecer menúes variados con ensaladas y frutas, los que ya pueden conseguirse en las sucursales locales, con propuestas simpáticas mediáticas de cocineros asociados a la vida sana. Además, trata de limpiar su imagen ("Responsabilidad Corporativa" le llaman) con las "casas de Ronald McDonald" y "Maratones" (donando un centavo por cada producto consumido en un período determinado de tiempo), o invierte millones de dólares que hace circular en forma de publicidades, apoyando a comunicadores sociales, financiando organizaciones supuestamente ambientalistas repartiendo material didáctico en escuelas donde tiene instaladas sus sucursales, convirtiéndolos en herramientas de cooptación de la comunidad que recibe todo sin cuestionar y sin cuestionarse. ¿Podrá limpiar de esta manera el desastre alimentario y sanitario al que ha inducido -junto con otras empresas, es cierto- a millones de individuos desde su más tierna edad? Comenzamos hablando de Disney a la cual, sinceramente, le agradecemos que le trabaje su conciencia: "el pez por la boca muere" dice el refrán, así que deberá cuidarse de aquí en más, al menos en este tema. McDonald´s se presta para los comentarios vertidos y mucho más. Pero el principal problema sigue siendo lo que estamos haciendo con nuestra salud y con nuestro planeta: cada acción, cada consumo que hagamos, tiene su impacto local y global. Por eso, cuando la ministra de Educación británica resuelve prohibir la venta de productos nocivos para la salud en las máquinas expendedoras de alimentos de las escuelas (panchos, hamburguesas de baja calidad, saladitos, chocolates o gaseosas dulces) porque uno de cada cuatro chicos ingleses tiene problemas de sobrepeso o son obesos; o cuando el nunca bien ponderado gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, decide que en esas máquinas debe haber yogur, leche y nueces en lugar de dulces, gaseosas y snacks (5), tendemos a creer que algo está cambiando. No somos ilusos, pero sí creemos que de una verdadera democracia participativa dependerá que esos cambios sean permanentes y no sólo una necesidad puntual y pasajera del mercado. 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(1) "Ahora, guerra a hamburguesas". Diario Ámbito Financiero. Buenos Aires, Argentina, 9 de mayo de 2006. (2) "Nuevo acuerdo entre Disney y McDonald´s: un negocio de cajita". Diario Clarín. Buenos Aires, Argentina, 27 de julio de 1997. (3) Dorfman, Ariel. Para leer al Pato Donald. S/D (4) Werner, K. y Weiss, H. El libro negro de las marcas. Editorial Sudamericana S.A., 2da. Edición, agosto de 2003, Buenos Aires, Argentina. (5) "No servirán comida basura en las escuelas británicas". Clarín, Buenos Aires, Argentina, 29 de septiembre de 2005. Para saber más: |
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