Colaboración

Javier nos envió está nota en la que polemiza sobre el rol del intelectual. No se trata, explica, de saber qué tipo de intelectual queremos, sino de preguntarse si tienen y asumen un plus de responsabilidad, por haber accedido al privilegio de la educación.

El miedo

(Sobre el rol del intelectual, hoy)

por Javier Bonatti

¿Cuál es el rol del intelectual hoy? Es decir...

Admitiendo que la educación en el país es un privilegio (dije admitiendo, no aceptando) ¿Hay algo que deban hacer aquellos "privilegiados"? Y aquí no se trata de decir "a ver... ¿qué tipo de intelectual queremos?". No. Aquí se trata de comprender si tienen (y asumen, claro) alguna carga extra de responsabilidad, por haber accedido, justamente, a aquello a lo que no todos pueden.

Tomás Abraham nos habla desde una posición de poder, desde la posición que otorga el poder del conocimiento. He aquí la primera decisión que debe tomar el intelectual: ¿Para quién estoy hablando? Tomás Abraham sabe exactamente para quién habla. Tomás Abraham no habla para todos. Se me podría objetar con una obviedad: "Tomás Abraham estudió mucho más que ese todos al que te referís". Y es justamente aquí donde la decisión se transforma en una cuestión política. Aquí es donde yo decido cómo me paro frente al mundo, y, lo más importante, qué digo y para quién lo digo.

La figura del Contraopinador (quien ejerce una contraopinión, una palabra de oposición, "digamos para ser más encantadores, de "resistencia", que no se atiene a un rol negativo sino que produce por su misma operación grietas en el muro mediático y nuevos espacios de pensamiento"), invento de Abraham, nos habla de una persona de singulares características: debe saber más de un idioma, debe tener acceso a Internet, radio, televisión y medios gráficos, debe leer Kant y Nietzsche a la mañana, y lo más importante... debe tener la voluntad de hacerlo...

No es la idea de Abraham que todos "contraopinemos". Esto está claro y fuera de ningún tipo de discusión. Su idea no es la de un pueblo que pueda defenderse de los mensajes perversos de los Medios Masivos de Comunicación o del Gobierno... No, el único que puede defenderse es quien sabe 2 idiomas, quien lee a Kant, quién tiene la voluntad... la pregunta que rebota en mi cabeza es: ¿tiene Abraham la voluntad de que todos lean a Kant?

He aquí la pregunta que se transforma en el nudo de la cuestión: ¿nacemos con la voluntad de criticar?

Claro que no, eso es lo que permite la educación... esa inquietud, ese malestar constante, ese saber y sentir que lo que nos pasa no es natural, sino que es una construcción social que tenemos el poder de cambiar cuando queramos... cuando, como pueblo, tengamos la voluntad...

Entonces: ¿No tienen la responsabilidad, aquellos que pudieron acceder a los llamados "altos estudios", de fomentar esa voluntad crítica en aquellos a los que les fue negada esa posibilidad? ¿Por qué crear un personaje ideal de estas características, con estas imposiciones que de la única manera que se resuelven es por la vía económica (comprando un curso de ingles, comprando el libro de Nietzsche, comprando los tres matutinos de Capital, comprando, comprando, comprando…)?

¿Por que esa terrible intención de que sean cada vez menos los que tengan la posibilidad real de criticar? ¿Cuándo intentarán ser más y no siempre menos?

¿Cuál es el pánico que tienen... por qué insistir en esa búsqueda egoísta del conocimiento? ¿Por qué esa falta de compromiso, porque ese individualismo, porque esa prepotencia para responder a quien no leyó tanto como ellos, lo que no es solo prepotencia, es censura: "NO ENTENDIÓ LO QUE QUISE DECIR" ...(cállese!!! - Que es lo mismo-).

Descalificación pura desde un lugar de poder...

¿Y porqué no intentar explicarse mejor, porque no buscar que cada vez más personas puedan entenderlos?

¿Por qué achican cada vez más el círculo? ¿Cuál es el miedo con que se agrande?

¿Cuál es el miedo?

... Ah, ya lo recordé. Respondiendo a una de las personas que se encontraba del otro lado de la sala, es decir, ese lugar donde se amuchan un montón de butacas plásticas azules, con un pequeño colchón de goma espuma, que está por debajo, siempre por debajo de ese otro lugar desde donde habla alguien que... para empezar... es más alto que nosotros...

Decía que, respondiendo a una de las personas de la zona de las butacas plásticas azules, quien discutía el rol del periodismo santafesino acusándolo de "poco comprometido" por no acompañar las luchas populares que se desarrollan en la ciudad, el señor del escalón de arriba decía: "ENTONCES TENEMOS OPRESORES Y OPRIMIDOS... VOS PRETENDÉS QUE LOS MEDIOS SE PONGAN DEL LADO DE LOS OPRIMIDOS... ¿Y ENTONCES QUÉ?... REEMPLAZAMOS LA CRÍTICA DE LAS ARMAS POR LAS ARMAS DE LA CRÍTICA???... REVOLUCIÓN ARMADA???... YO NO ESTOY DE ACUERDO CON ESO".

Ese era el miedo entonces?...

Por eso no hablan para todos, por eso no comparten conocimiento con los oprimidos?...

Porque tienen miedo de que el saber se convierta en acción?...

Miedo de que el pueblo encuentre en la lucha armada el único escape de lo que, ahora que conocen, entienden como injusto?...

Qué triste...

Pierdan el miedo...

y compartan...

y quiérannos un poquito más...

son humanos...

como nosotros.


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