Breves de sábado (16/09/06)

La razón y la fe

por Miguel Espinaco

Éranse los tiempos de mi escuela primaria - así empezaría Seguro Silva - y circulaba por los recreos un chiste bastante sencillo que se hacía con papel y lápiz.

Una bocacalle, acá, en esta esquina, decías, hay un kiosco de diarios, acá en ésta una farmacia, en estas otras tal y tal cosa. Por acá viene un auto y por acá otro y chocan, entonces los conductores discuten yo tenía derecho a pasar, no, yo tenía derecho, y entonces uno preguntaba al interlocutor de turno quién tiene la razón. Uno dejaba pensar un poco y entonces alguna respuesta, cualquiera, casi siempre esa del que va por la derecha y entonces No, contestabas vos, la razón la tiene el diariero.

Es cierto, el chiste es bastante pavote, pero bien contado zafaba. Antes por lo menos, ahora me parece que el diario La Razón ya ni se vende en los kioscos, pero no importa. El cuentito viene a cuento de que en esta polémica entre el papa Benedicto XVI y los musulmanes, me parece que la razón también la tiene el diariero.

Resulta que don Ratzinger se mandó un largo espiche en su Baviera natal, en la Universidad de Ratisbona en la que fue catedrático, y ahí dijo algunas cosas sobre el Islam que sonaron feas. El tipo se apoyó en un diálogo entre el emperador bizantino Manuel II y un persa: "muéstrame también aquello que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba", contó Benedicto que este Manuel le dijo al persa.

Como era de esperar, esta vinculación entre el islam y la violencia, entre Mahoma y el mal, desató la ira de muchos y las aclaraciones de los voceros del Vaticano, que se apuraron a aclarar que el Papa respeta al Islam. Pero lo dicho ya estaba dicho y todos salieron a contestar.

El primer ministro palestino salió a decirle a Benedicto que dejara de atentar contra el islam, que es la religión de más de 1.500 millones de personas en el mundo, el gobierno de Pakistán y las dos cámaras de su parlamento, condenaron sus palabras, el portavoz de Al Fatah las consideró insultantes, en Turquía, país al que Benedicto iba a ir en noviembre, el director del departamento de asuntos religiosos dijo que el mundo musulmán no tiene ningún interés en recibir la visita de una persona con semejantes convicciones del islam y su profeta. El clérigo principal de la Mezquita Yama de Delhi, la más grande de la India, preguntó que si el Papa está tan en contra de la violencia, por qué se queda callado ante la violencia que perpetra Israel contra el Líbano y Palestina, ante los abusos de los detenidos de la prisión de Abu Ghraib por parte de los estadounidenses o ante la violencia contra Afganistán.

"No actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios", pero para la doctrina musulmana "Dios es trascendental. Su voluntad no está ligada a ninguna categoría, ni siquiera a la razón", Estas palabras dichas por el Papa, ubican claramente a los musulmanes en las antípodas de la razón y es lógico que se enojen, pero eso no fue para nada lo central del discurso de Ratzinger. Es casi una pena que sus palabras vaya a pasar a la historia por sus referencias a los musulmanes, porque su debate central es con la ciencia, es una crítica a la razón moderna. Ataca por irracionales a los musulmanes, es cierto, pero sólo para intentar darle un estatus de racionalidad al catolicismo y para atacar a la ciencia moderna por no incluir a la fe. No pretendo volver a los tiempos anteriores al iluminismo, explicó el tipo, pero bueno, por algo tuvo que aclarar que no pretendía.

"La intención aquí no es el reduccionismo o la crítica negativa, sino ampliar nuestro concepto de razón y su aplicación", dijo el jefe del Vaticano y entonces propone que la razón y la fe avancen juntas superando la limitación impuesta por la razón misma, a lo que es "empíricamente verificable". O sea, apelar a la fe, a eso se refiere.

Más allá de las lecturas ofendidas de los musulmanes, si te aguantás leer el discurso del papa, vas a ver que está dirigido en realidad al mundo católico, a occidente, vas a ver que le está pidiendo a los católicos que sean más musulmanes en sus convicciones religiosas, que le está pidiendo a la ciencia que sea menos científica y que acepte que más allá de lo "empíricamente verificable" hay un dios que vela por este mundo y así le sale.

Está pidiendo que la ciencia acepte que hay un dios razonable que, según parece, no tiene nada que ver con las guerras santas, ni con las cruzadas, ni con las inquisiciones.


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