El otro yo en la Bienal

por Juan Altamirano

Cristian y Diego Boris contaban en el Paraninfo la experiencia de la Unión de Músicos Independientes, mientras de fondo se podía escuchar a María Fernanda cantando "Violet" en la prueba de sonido.

Cristian describió con orgullo la dura batalla que "El otro yo" tuvo que librar para poder consolidarse como grupo de rock independiente. La banda surge a fines de 1988, pero recién en 1993 graban en casete su primera "Auto producción" en forma independiente, titulado "Los hijos de Alien". "Iba con los casetes a las desquerías de Temperley y Lomas y los ofrecía a consignación, poco tiempo después nos enteramos que se habían vendido todos", decía Cristian. En el 95 después del cambio de baterista (Ray Fajardo reemplaza a Omár Kirchinovsky), graban el disco "Mundo", que fue concebido en un portaestudio de cuatro canales y usando como consola un Dodge Polara.

En 1996 la banda pudo relanzar su primer disco en CD, y participar del Festival de rock alternativo en el estadio de Ferro. Después de grabar un disco triple en una experiencia casi inédita para el rock local, van a recorrer el país taloneando a Ataque 77. Después del disco "Abrecaminos" en el año 99, el grupo comenzó a ser conocido en todo el país.

La primera vez que vi a El otro yo, fue hace 6 años, yo recién terminaba la secundaria, y en Much Music, escuché dos frases simples pero que me quedaron grabadas "la música que escuchan todos, yo no la escucho", y la otra era simplemente "Alegría" mientras en el video Maria Fernanda se paseaba por el escenario en triciclo. Al poco tiempo vinieron a Santa Fe y tocaron casi de incógnito en abril del 2001 en el desaparecido "Estudio Pub". Ahí el show fue cara a cara porque era un lugar muy chico que estaba rebasado de gente. Mis compañeros de facultad solían cargarme, nunca entendieron (salvo el Javi Bonatti a partir del recital de anoche en la Bienal) porqué me gustaba El otro yo.

Los hermanos Aldana abrieron el show en la Bienal con "la música", canción que con humor dignifica la postura anti-comercial del grupo. Con "69" Cristian homenajea a la primavera y al sexo con gritos y gemidos sobre una base distorsionada y Nirvanesca. El otro yo explicita el absurdo, se ríe, se queja, vibra, se enamora, y explota enérgicamente en el escenario bajo el manto de la desfachatez. La verdad estaba ahí, lo mismo que uno escuchaba en la charla en el Paraninfo, estaba después en el show. El otro yo venia a contar su propia historia, a decirnos, "esto que ven somos".

Sus fans, adolescentes, mezcla punki y alternativa y algunas remeras de Nirvana.

El intenso show fue verdaderamente potente, pero dio lugar a un pequeño set acústico, donde María Fernanda interpretó una versión de "Violet", balada-grunge con versos en francés.

"Los excluidos que el poder mata son los desechos del mundo global, la licuadora mutiladora destruye todo con impunidad, es la impotencia y esta violencia el resultado generacional", versos de "Licuadora Mutiladora" que la banda disparó con todo el power.

Sobre el final "Alegría" y no me importa morir. La mayoría de los espectadores tomaban distancia del pogo y de los fans, estaban haciendo valer la pulserita de Barletta.

La estética de El otro yo choca, molesta, deja descolocados a aquellos que van a buscar al recital un clisé de lo supuestamente bello. Pero todo esto es subjetivo, tómalo o déjalo. El otro yo es contagio, energía y descaro, las letras no son poemas ni fraseología sorprendente. Son dos hermanos que se divierten juntos a un batero que los empuja hacia la debacle. Explicación?, confusión?, no hay apología aparente. Los medidores de imagen los tildan de snobs. ¿Qué o quienes son de verdad? La respuesta es simplemente: el rock, antes de pensar, siente.


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El otro yo

Cristian Aldana (Guitarra y voz)
María Fernanda Aldana (Bajo, teclados y voz)
Raymundo Fajardo (Batería)

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