Colaboración Presentamos la tercera y última parte de este trabajo de investigación cedido por su autor para su publicación en esta revista. En anteriores entregas, hemos publicado ya la primera y la segunda parte, que pueden consultarse utilizando los links resaltados. Militarización y criminalización de la pobreza en los discursos de la inseguridad por Federico Coutaz IV
El texto que se analizará en este apartado "Prohibido el ingreso sin custodia policial" fue publicado por el diario El Litoral el 20/03/01 y está firmado por Nancy Balza y Lía Masioan. La inclusión del mismo dentro del corpus propuesto obedece principalmente a dos razones: una es que permite cotejar lo analizado hasta aquí con un texto producido en nuestra ciudad y cuyo referente es el tema de la seguridad / inseguridad en la misma; la otra es la particularidad del texto de incluir un plano de la ciudad donde se señalan las zonas denominadas "peligrosas". Sin embargo, la publicación en la información policial de mapas que ilustran y describen distintos informes sobre el delito no es una característica exclusiva del diario El Litoral sino que desde hace algún tiempo es una práctica frecuente en distintos periódicos nacionales. Citamos, a continuación y a modo de ejemplo algunos casos extraídos de un artículo de Marcelo Pereyra (1):
Si tenemos en cuenta los ejemplos mencionados podemos notar de qué forma el texto que se analizará a continuación puede ser representativo de un nuevo estilo presente en los distintos periódicos que, a pesar de sus diferentes posturas ideológicas, marcan una nueva y común forma de presentar la información referida al delito. Creemos, e intentaremos demostrarlo en el análisis, que este tipo de notas cristalizan lo que hemos denominado criminalización de la pobreza. "Prohibido el ingreso sin custodia policial" (informe publicado por el diario EL LITORAL el 20/03/01. Pág. 4). Para el presente comentario abordaremos principalmente los dos primeros párrafos de la noticia y el mapa de la ciudad al que la misma hace referencia. El cuerpo de la noticia empieza con la siguiente oración: 'El mapa de la ciudad es contundente a la hora de mostrar a los sectores más comprometidos en materia de seguridad'. Como puede verse, el sujeto gramatical y el agente de la acción es el mapa. Se desplaza así la responsabilidad del enunciador, es decir, no es el diario, la periodista que firma la nota ni las fuentes policiales en las que supuestamente se fundamenta el diseño de las áreas marcadas en el mapa sino el mapa en sí. Esta figura también puede pensarse como una suerte de apelación a la autoridad (si ponemos en relación el término "mapa" con otros términos contiguos: mapa, cartografía, geografía, ciencia, saber científico). El mapa 'muestra' lo que un periodista o un diario afirma; es decir lo primero solapa lo segundo. El rema de la oración 'hay sectores comprometidos en materia seguridad' se presenta como un hecho constatable con la vista, como algo que es mostrado por un agente inanimado y con autoridad, y no como una afirmación. El distanciamiento del sujeto de enunciación respecto de su enunciado constituye una forma de mitigar su responsabilidad en lo que se afirma, pero también mitiga el carácter declarativo / afirmativo del enunciado. Esto último se corresponde con el uso del condicional en la segunda oración del párrafo: 'Alrededor de 25 barrios - en su mayoría del Oeste- comprenden la franja que podría definirse como peligrosa' El tiempo condicional presenta la acción de 'definir' como algo posible de ser realizado. Sin embargo se nombra como posible lo que en realidad se está haciendo. Podemos ver aquí otra forma de mitigar la afirmación y la responsabilidad de quien la ejerce (nótese la impersonalidad semántica de la frase incluida). Otro modo de afirmación indirecta está dado en la construcción gramatical de la oración. El sujeto de la oración está compuesto por la construcción sustantiva 'alrededor de 25 barrios'; estos, puestos en lugar de sujeto son quienes realizan la acción / proceso de 'comprender la franja...'. A su vez lo que se "podría definir como peligrosa" -y que de esa forma se define como peligrosa- no son, en el orden gramatical, los barrios sino la franja comprendida por estos. En definitiva, la afirmación de que esos barrios son peligrosos no se presenta como tal y se realiza de manera indirecta. 'Cada vez son más los trabajadores que deciden no traspasar los límites y directamente optan por no ingresar si no van acompañados de custodia policial' En el segundo párrafo, se construye la oposición adentro / afuera de los barrios peligrosos -oposición presentada en el mapa- que se desarrollará en todo el texto. Se ubica del lado de afuera a 'trabajadores', situando indirectamente del lado de adentro a no-trabajadores. Del grupo de los trabajadores se predica que cada vez son más y que deciden no ingresar sin custodia. Es decir, que al ingresar sin custodia a los barrios peligrosos son víctimas de delitos. Del lado de afuera de los barrios se ubica a las víctimas e, inevitablemente, del lado de adentro, a los victimarios. Vemos aquí otra forma mitigación de lo que se declara: las afirmaciones se comunican como sobreentendidos. Creemos que la principal de estas es la que se realiza mediante la construcción nominal 'barrios peligrosos', ya que los barrios son peligrosos debido al carácter delictivo de sus habitantes; dicho de manera más clara, lo peligroso no son los barrios sino sus habitantes. De modo tal que 'barrios peligrosos' constituye una metonimia que expresa la peligrosidad de quienes viven en determinados barrios. La dicotomía víctima / victimario se corresponde exclusivamente con la de quienes viven afuera de los barrios / quienes viven adentro. No se plantea la dicotomía víctima / victimario dentro del grupo de quienes viven en los barrios. Es decir, se sugiere la conclusión de que todos quienes viven en estos barrios son victimarios. Por otra parte, no sólo no se plantea la dicotomía víctima / victimario sino que se evita nombrar a quienes viven en los barrios a pesar de ser los agentes / actores necesarios de las acciones que se describen. En los párrafos restantes se menciona a estos actores como: 'banditas', 'delincuentes', 'la delincuencia', 'un grupo de malvivientes'. Estos son los únicos actores mencionados entre los que se ubican en la categoría "adentro de los barrios" es decir, victimarios / delincuentes. Sin embargo, es recurrente en el texto la omisión / elipsis de agentes que realizan las acciones adjudicables al grupo de "adentro del barrio": 'llamados provenientes de estos sectores de la ciudad' Como se dijo, estas son las únicas menciones respecto de quienes viven en los barrios - sujetos no expresados reconstruibles por sus acciones-. La omisión de agentes y la consecuente tematización de las acciones de estos operan construyendo un sujeto colectivo anónimo cuyos atributos son vivir en los barrios marcados (en el mapa) y ser delincuentes. De esta manera el delito se asocia naturalmente, no a ciertos individuos, sino a ciertos grupos sociales y sectores geográficos. En este caso a los sectores más pobres de la ciudad de Santa Fe, barrios y villas en los que conviven la pobreza con la pobreza extrema, hecho que no es mencionado en ninguna parte de la noticia. Intentaremos, en el apartado siguiente, analizar cómo influye el mapa en esta asociación pobreza-delito. El mapa del delito El mapa que acompaña a la noticia funciona como Nota de Servicio mostrando cuáles son las áreas de la ciudad más 'peligrosas'. En el mismo encontramos todos los barrios marginales de la ciudad -no sólo los del Oeste sino también los del Sur y Norte- sombreados con negro. El contraste entre los barrios no marcados y los marcados refuerza la relación barrios peligrosos / barrios no peligrosos; así como también, la oposición habitantes peligrosos / habitantes no peligrosos y trabajadores / delincuentes. El tema de la noticia no es sólo dónde se cometen los delitos sino también, y quizás principalmente, dónde viven los culpables de los mismos. Si aceptamos que todo mapa es una simplificación de la realidad que pretende representar, debemos pensar que las implicancias de la simplificación de este mapa en particular no son inocentes sino que es muy perjudicial para buena parte de la sociedad; a saber: los habitantes de los barrios señalados. La acción de sombrear un sector de la ciudad convierte, para el imaginario social, a todos quienes viven en este sector en delincuentes en acto o en potencia. Las acciones discriminatorias y su particular forma de criminalizar la pobreza señaladas en el cuerpo de la noticia adquieren, en el mapa, una fuerza pragmática mucho mayor. Tal como se afirma en el primer párrafo de la noticia el mapa "muestra" y también señala, acusa, esteriotipa: La estereotipación, tan frecuente en los discursos mediáticos, lleva a estigmatizaciones y discriminaciones que amplían las asimetrías identitarias y sociales. Así los medios reactivan imaginarios reaccionarios y de segregación socioespacial, sobre todo en épocas de crisis en las que la sociedad parece necesitar de chivos expiatorios en los que descargar frustraciones y miedos. En la Argentina de los últimos veinticinco años se observa un desplazamiento del chivo expiatorio: para la dictadura implantada en 1976 los delincuentes eran los subversivos; en el apogeo del neoliberalismo menemista fueron los migrantes latinoamericanos, luego los jóvenes, y ahora los pobres, tanto los ocupados como los desocupados. (2) Al igual que en el texto de la noticia, en el mapa no podemos encontrar ninguna referencia a la composición social de los barrios marcados. La desigualdad social / económica existente entre los barrios marcados y los no marcados no es mencionada, como así tampoco la precariedad de las condiciones de vida de los primeros. Es decir, estas condiciones se desconocen, se niegan o no se consideran pertinentes. En definitiva, la única diferencia que podemos encontrar en la noticia entre los barrios marcados y los no marcados es, como se dijo, que en los primeros viven sujetos peligrosos, desocupados, delincuentes, mientras que en los otros las víctimas / trabajadores. De esta manera lo que podrían considerarse expresiones violentas de la pobreza -como el saqueo a una ambulancia- quedan asociadas más a la inseguridad ciudadana que a la desigualdad estructural de la sociedad. V
El siguiente texto a analizar y que cierra el corpus propuesto "El equipo del hampa se quedó sin seis jugadores" es una noticia que fue publicada por el diario CRÓNICA el 11/05/02. La misma se incluye porque en su tratamiento se enfatiza lo que en el presente trabajo hemos denominado militarización del conflicto. La militarización, que hemos podido cotejar en el análisis de las declaraciones de Ruckauf, también puede leerse en esta noticia en relación a la construcción de la sociedad como campo de batalla y la justificación de la violencia como método para reprimir el delito. La noticia que analizamos, a diferencia del informe del diario EL LITORAL, no puede considerarse representativa de otros periódicos catalogados como "prensa seria". Su estilo enfático se corresponde con el del diario CRÓNICA, al cual podríamos ubicar dentro de lo que se considera comúnmente "prensa amarilla". Sin embargo, si atendemos a las categorías de inclusión / exclusión analizadas en los tres apartados anteriores, este texto tiene la particularidad de estar incluido en un medio cuya distribución y consumo se realiza entre los sectores medios bajos y bajos; es decir, los mismos sectores que son víctimas de distintas discriminaciones apuntadas en los análisis anteriores. Este hecho constituye un motivo de interés particular que también intenta justificar la inclusión del texto en el corpus del trabajo. El equipo del hampa se quedó sin 6 jugadores. (noticia publicada en el diario Crónica el 11/05/02) A partir del título de la noticia se construye una situación social de enfrentamiento armado entre dos bandos: la "delincuencia" (en este caso 'el hampa') y las fuerzas del orden. La metáfora del título remite al juego, al deporte, para nombrar la muerte de seis delincuentes por parte de la policía. La idea de dos equipos sugiere la de dos grupos organizados. Uno de ellos representa al enemigo de la sociedad y será degradado en el texto, mientras que el violento accionar del otro será solapado y justificado. La metáfora del título constituye, además, un eufemismo que intenta mitigar la violencia policial (3) y negar la posibilidad de ser víctimas de abuso policial a los sujetos que fueron matados. Esto queda claro en la lectura de la primera oración del cuerpo de la noticia: 'Si bien la estampida de inseguridad y violencia se llevó la vida de varios policías a lo largo de todo el año, el hampa sufre a diario muchas bajas'. La oración se organiza a través de una cláusula concesiva que opone un hecho a lamentar, a otro a festejar. La muerte de seis personas es celebrada (desde el título) y la justificación de tal tratamiento es el carácter de delincuente que se otorga a quienes fueron matados. También podemos pensar que la situación bélica que enfrenta dos grupos armados determina que la matanza de delincuentes sea la solución más eficaz al conflicto, si no la única solución posible (tal como lo había afirmado Ruckauf dos años antes de la escritura de esta noticia y por entonces Gobernador de la provincia donde se produjeron los hechos que se relatan). Podemos leer la construcción de una situación de conflicto bélico en la elección de sustantivos, construcciones sustantivas y adjetivos intensificadores que constituyen un campo semántico relativo a la guerra: violencia - bajas - lluvia impresionante de proyectiles- cruento tiroteo - lucha - acribillado - refriega - enfrentamiento - infernal tiroteo Los adjetivos 'impresionante', 'cruento', 'infernal' constituyen subjetivemas que refuerzan el carácter bélico de los enfrentamientos, e imprimen un carácter espectacular / épico a los mismos. La metáfora de la 'lluvia impresionante de proyectiles' es una construcción hiperbólica que opera en el mismo sentido. La configuración de los dos grupos antagónicos: la policía / el hampa, se realiza utilizando distintas maneras de nombrar en uno y otro caso. En el caso de la policía la forma es neutra y se usan sinónimos para evitar repeticiones: policías - efectivos de seguridad - patrulla - agente de la policía - un policía bonaerense - custodio - vigilador privado. En el caso del otro grupo se utilizan nominalizaciones y sobreformulaciones en base a distintos adjetivos descalificadores: la estampida de inseguridad y violencia - el hampa - delincuentes - marginales - maleantes - forajidos - ladrón - hombre armado - agresor - tres hombres - cómplices - hampón - malviviente Algunos de los términos pertenecen a la denominada jerga policial y son frecuentes en las noticias policiales de algunos diarios: "el hampa", "hampón", "malviviente", "maleante". Todos estos son sinónimos de "delincuente" y "ladrón" (los más frecuentes en el texto) en cualquier contexto. Sin embargo, el término 'marginales' adquiere en este texto una relación sinonímica particular y naturalizada, dado que en muchos otros contextos los términos no expresan tal relación. En muchos de estos contextos el término "marginal" se relaciona con la situación de pobreza como causa de marginación. La utilización del término "marginal" frecuentemente sinónimo de "pobre", adquiere en esta noticia equivalencias con todos los otros adjetivos que califican al grupo del Hampa. Podemos advertir entonces una sutil (4) relación pobreza / delito. En la manera de textualizar la muerte de los delincuentes se observan distintas estrategias discursivas tendientes a atenuar la relación causal entre el accionar de la policía y la muerte de los delincuentes: 'efectivos de la policía pusieron fin a las andanzas de seis marginales' No se expresa de manera explícita que los "marginales" fueron matados por la policía (pero que fueron matados es innegable); la expresión "poner fin a las andanzas" adquiere valor de eufemismo. El sentido de la expresión es completado por el lector a partir del título y el contexto del párrafo. 'dos delincuentes murieron luego de un infernal tiroteo que mantuvieron con efectivos policiales' También se omite la relación causal entre el tiroteo y la muerte, la misma se sugiere mediante el conector temporal "luego". Asimismo los 'dos delincuentes' ocupan en la oración el lugar de sujetos que realizan la acción de morir. El verbo 'murieron' mitiga la proposición "fueron matados". Los 'efectivos policiales' que son los verdaderos agentes de la acción que se describe se inscriben en un circunstancial dentro de una subordinada adjetiva que modifica el sustantivo "tiroteo". 'En segundos se produjo una impresionante lluvia de proyectiles que culminó con los dos forajidos.' No se mencionan los agentes de la acción de disparar que produce el tiroteo; el mismo, parece haberse originado de manera independiente de cualquier acción humana como la lluvia - tal como lo expresa la metáfora -; los proyectiles "llueven" en vez de ser disparados-. El sustantivo inanimado "lluvia" como núcleo de la construcción sustantiva es, en la oración, el agente de la acción de 'matar a los forajidos'. '(el policía) extrajo su arma y se enfrentó al delincuente en un cruento tiroteo que finalizó cuando el agresor fue abatido' Si bien se expresa (quizás de manera indirecta) al agente y paciente de la acción se omite la relación causal entre la acción realizada y su consecuencia. El policía es agente de la acción de enfrentarse al ladrón mientras que la muerte de éste se presenta como una circunstancia del enfrentamiento y no como la consecuencia directa del mismo. Dentro de este circunstancial la muerte del 'agresor' parecería ser el agente de la acción de finalizar el tiroteo. A su vez, el calificativo 'agresor' marca el papel activo / responsable del sujeto. 'otro malviviente fue acribillado al intentar robarle junto a otros tres ladrones la moto a un agente de la policía federal' No se menciona, tampoco en este fragmento, al agente de la acción de acribillar que se expresa en pasiva sin complemento agente. En lugar del complemento otra vez encontramos un circunstancial que sugiere la causa de la acción principal: "intentar robar la moto a un agente". Este circunstancial, por su parte, constituye una acción cuyo agente es el "malviviente". "un ladrón murió al tirotearse con un policía" Al igual que en casi todos los fragmentos citados, el agente de la acción es el ladrón. La oración invierte la relación agente / paciente quizá paralelamente a la relación víctima / victimario. Dicho de otro modo, la forma canónica de expresar la proposición sería "un policía mato a un ladrón en un tiroteo", en donde se establece el policía como agente de la acción de matar, el ladrón como paciente de esa acción y el tiroteo como circunstancia en que esa acción se realiza. Sin embargo, en la oración de la noticia, este rol es invertido: el ladrón es agente de la acción y el policía sólo un componente circunstancial de la acción realizada por aquel. Es decir: la ofuscación del verdadero agente de la acción (el policía) opera eliminando la posibilidad de que la responsabilidad del mismo constituya un hecho sometible a juicio (en sentido de evaluación, opinión) que pueda ser positivo o negativo. Para esto se vuelca la responsabilidad de la acción en el depositario de la misma; es decir, puede pensarse que la apreciación que subyace a esta operación es la de que el ladrón es el culpable de su propia muerte (5). (Y la recurrencia a este tipo de construcciones gramaticales puede inducir a pensar / aceptar la opinión subyacente a las mismas). CONCLUSIÓN Intentamos demostrar, en el desarrollo de este trabajo, cómo distintos discursos sociales en relación al delito o a la seguridad / inseguridad son expresiones (quizá en distinto grado) de un discurso común que criminaliza la miseria, el discurso de los derechos humanos y plantea la problemática del delito como una guerra, encontrando así un modo de justificar y promover la violencia policial para reprimir a los delincuentes. Tal como se sostiene en el marco teórico del presente, es en el discurso donde se construye el poder. Esto implica, entre muchas cosas, que es en el discurso donde se justifica el uso de la violencia; que es el discurso un lugar de conflicto en el que las distintas significaciones se instauran o derrumban y que es el principal escenario de disputa ideológica donde se define qué está permitido y prohibido en una sociedad. Si pensamos esta disputa librada en el nivel de las palabras podemos notar cómo el significado de los términos seguridad / inseguridad ha sido restringido a la inseguridad física con exclusión, por ejemplo, de inseguridad social y/o económica. De este modo, la palabra inseguridad aparece (en los medios de comunicación principalmente) vinculada al aumento del delito, de la violencia urbana, de la peligrosidad de algunas zonas o barrios, del aumento de la pobreza junto con el aumento de los delincuentes. En correspondencia con esto, según lo analizado, los distintos mecanismos discursivos que naturalizan las significaciones de delincuencia y pobreza como términos correlativos se traducen en la pretensión de un tratamiento penal de la pobreza o, como pudimos ver principalmente en las declaraciones de Ruckauf y también en la noticia de Crónica, en la lisa y llana aniquilación de los delincuentes (de los pobres). Las consecuencias materiales que estas ideas conllevan pueden observarse en cualquier estadística de muertes de policías y civiles ocurridas en enfrentamientos y no ocurridas en enfrentamientos (los cientos de casos de gatillo fácil). El marco de dicha disputa ideológica y política (y de sus drásticas consecuencias) es el de un país donde en las últimas décadas millones de personas fueron condenadas a la exclusión. Quizás una de las explicaciones para los crecientes índices de sensación de inseguridad no siempre coincidentes con el de los índices del delito (6) y del auge y adhesión que genera el discurso de la inseguridad sea el inevitable contacto o choque entre el "mundo de los excluidos" y el de los incluidos; la irrupción de los primeros en la vida cotidiana de los segundos. Es en este contexto en que se inscriben las asociaciones pobre = delincuente, piquetero = delincuente y en el que Juan Carlos Blumberg se erige vertiginosamente como líder de un reclamo social emergente que coincide con los intereses y con los miedos de la clase media y la clase media alta. ![]() Opiná sobre este tema |
(1) Pereyra, M.: "Geografía y mapas del delito. Textos y contextos en la prensa gráfica nacional", en Perspectivas regionales; Año II -N° 7- Bimestre Septiembre/Octubre -Argentina-2004, en http://www.imagine.com.ar. (2) Perspectivas regionales - ISSN 1667-831 - Revista Electrónica de Comunicación, Cultura y Sociedad -12- Año II- Nº 7- Bimestre Setiembre/Octubre - Argentina-2004, http://www.imagine.com.ar/perspectivas, Pág. 12 (3) Dejamos fuera de este análisis otra noticia publicada en la misma página cuyo solo título, si se compara con el de la noticia que se analiza permite ver claramente el diferente tratamiento que reciben la muerte de policías y la de delincuentes: "Horror: Otros dos policías asesinados". Crónica 11/05/02, Pág. 12. (4) O menos explícita que en los otros textos analizados en el presente. (5) Otros ejemplos susceptibles del mismo análisis (que se omite para evitar reiteraciones innecesarias) podrían ser los siguientes: (6) Según un estudio publicado por el diario LA NACIÓN (13/09/2002, Pág.16) la tasa de homicidios en el Gran Buenos Aires es del 11,5 asesinatos cada 100.000 habitantes. Entre tanto, ciudades como México DF o San Pablo tienen una tasa de 25 y 70 muertes cada 100.000 ciudadanos, respectivamente. En Nueva York, donde se aplica la tolerancia cero, la tasa es de 12 por cada 100.000 habitantes. |
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